Un taquero, una abogada, un empacador, un mesero, una odontóloga y un repartidor, todos tiene algo en común y es que no importa su profesión y ocupación, hoy con las medidas aplicadas por el gobierno federal podrían ser damnificados del Covid-19.
El subsecretario de Salud, Hugo López-GattelLa, expresó en la conferencia diaria sobre el coronavirus que es necesario mantener el confinamiento por un mes y la sana distancia, como una serie de medidas sociales promovidas para reducir la transmisión de la pandemia.
Con el fin de que dichas medidas puedan llevarse a cabo las autoridades han dictado un receso escolar, el cierre de establecimientos públicos en algunas entidades e incluso han exhortado a las empresas a poner en práctica el home office y otras iniciativas.
Si bien estas acciones pueden ayudar a la contención y mitigación del brote epidémico en México, traen también como consecuencia la afectación económica para muchos mexicanos, debido a que el paro de actividades resulta también en un paro económico para ellos.
Sergio Cruz Martínez
Abogado especializado en derecho laboral
Sergio Cruz Martínez, de 32 años, es socio de una firma de abogados en la Ciudad de México. Su principal función es coordinar y dirigir el área en la defensa de Derecho Laboral.
Hace más de una semana, los principales foros de impartición de justicia tomaron la decisión de suspender sus actividades, por lo que su fuente de trabajo vio directamente afectada.
“Los trámites de los asuntos se suspenden y la situación legal de nuestros representados queda incierta”, menciona en entrevista para El Sol de México.
Añade que los ingresos de la firma son perjudicados sobre todo en casos laborales, pues se suele trabajar en la modalidad “pro bono”, es decir, cobran sus honorarios hasta que el cliente obtenga una cantidad derivada de las pláticas conciliatorias, mismas que por el momento permanecen suspendidas.
Sergio es casado, no tiene hijos, pero sí ayuda con la manutención de su madre, por lo que señala que si sus ingresos se ven afectados también los de ella.
Cruz Martínez confía en que ahora que no recibe ingresos por su trabajo cuenta con un ahorro suficiente para solventar sus gastos hasta el 19 de abril, fecha dictada por la Secretaría de Salud para reiniciar las actividades en el sector público. Pese a ello, contempla que de extenderse el paro de actividades tendría que recurrir a algún crédito o préstamo.
Ramiro Pastor Jiménez
Comerciante
El señor Ramiro, de 50 años de edad, lleva 22 años atendiendo un local de alimentos ubicado a las afueras de la Facultad de Estudios Superiores Aragón, en Nezahualcóyotl, Estado de México.
Sin embargo, el pasado 17 de marzo cuando comenzó la suspensión de clases en la UNAM a raíz del brote epidémico, asegura que su venta se ha reducido hasta en un 95 por ciento, pues la mayoría de sus clientes son los estudiantes universitarios.
Manifiesta que sus ingresos se han visto altamente afectados tras el Covid-19 y por tanto, también el sustento de su hogar. Él es padre de familia, tiene dos hijos y esposa, pero para solventar los gastos de su casa es necesario que dos integrantes más de la familia laboren.
Al ser cuestionado sobre si contaba con un ahorro para sobrellevar un posible confinamiento, contestó con un rotundo “no”.
Durante la entrevista, Ramiro detalla que desde hace unos meses se incorporó a la plataforma digital UberEats, con la que se ha ayudado durante estas semanas a seguir llevando alimento a su casa.
A su consideración, el que los bancos den prórrogas para los pagos es una iniciativa que ayuda oportunamente al grueso de la población que se verá en aprietos económicamente durante los próximos días y tras la pandemia.
“Estoy tranquilo, porque tengo ahorita la alternativa de la plataforma; sin embargo, si no fuera así me estaría tronando los dedos”
Lizbeth Hernández Gutiérrez
Odontóloga
Lizbeth, de 31 años, es odontóloga egresada desde hace seis años. Aunque trabajó previamente en otros lugares, hace un año da consulta de manera autónoma a pacientes con enfermedades dentales en un consultorio privado en el Estado de México. El brote de Covid-19 trajo para ella una reducción de sus consultas en un 50 por ciento, según indica en entrevista para El Sol de México.
“Mis pacientes regulares cancelan citas y yo también ante el riesgo de un posible contagio. Las reagendo y solo atiendo emergencias. Son citas muy espaciadas, no dejo a nadie en la sala de espera, si van dos personas solamente se queda la que se va a atender”
La que está más expuesta al Covid-19 soy yo, añade, y dice que en este momento prefiere mantener citas muy espaciadas para mantener limpio su lugar de trabajo y desinfectar todo a la perfección.
Lizbeth asegura que sus ingresos se han visto afectados con la emergencia sanitaria, debido a que muchos de sus clientes no quieren gastar y deciden ahorrar su dinero para lo que pueda venir durante la cuarentena y tras el Covid-19.
Por ello, contempla que el ahorro que hizo previamente podría alcanzar para solventar sus gastos hasta para un mes y medio. Menciona que si esta situación se prolonga, consideraría pedir prestado a sus familiares, cuyas actividades laborales no se han afectado, antes que a una institución bancaria.
Jaime Moreno
Capitán de meseros del restaurante Centro Castellano
Jaime Moreno es el capitán de meseros del restaurante Centro Castellano, ubicado en la colonia Polanco de la Ciudad de México. En las últimas semanas su clientela ha bajado, a su consideración, en un 95%, por lo que meseros, garroteros y cajeras han optado por salir a las calles a vender galletas y empanadas para percibir un poco de dinero.
“La afluencia de gente ha bajado en las últimas dos semanas, hay días que tenemos uno o dos clientes”, detalla en entrevista para El Sol de México.
Debido a que gran parte del personal del restaurante percibe un sueldo mínimo y es compensado con lo obtenido a partir de las propinas, la administración del restaurante proporciona los alimentos que están a la venta sin ningún costo, para que se vendan y las ganancias sean repartidas, mientras la venta en el establecimiento vuelve a su normalidad.
“Hay algunos días que si se vende y otros que no, por ejemplo, hoy. Esto nos afecta porque la mayor parte del personal son jefas y jefes de familia”, precisa el capitán de meseros.
Los aperitivos son vendidos en Polanco, Zona Rosa y Reforma, lugares aledaños al restaurante.
Jaime comenta que por ahora y debido a la poca demanda se les está otorgando un día extra de descanso con paga. Además, la administración les adelantó que en caso de que las condiciones epidemiológicas se compliquen y tengan que cerrar, su sueldo está asegurado.
Jessica Hernández
Repartidora de plataformas digitales
Jessica tiene 28 años y trabaja desde hace meses en la aplicación Cornershop, que consiste en realizar las compras de los clientes en supermercados o centros de servicio y entregarlas a domicilio.
A partir de que algunas personas se han resguardado voluntariamente en sus hogares, Jessica explica que sí existió un aumento en los pedidos, pero la demanda del servicio se mantiene con normalidad.
Sin embargo, un aspecto que sí ha cambiado es que la peticiones de productos de higiene como gel antibacterial, cubrebocas, alcohol y desinfectantes ha ido en aumento y el desabasto de estos productos provoca que las compras no lleguen completas. Esto, afecta directamente su trabajo porque al no completar los pedidos, a calificación de los repartidores baja y se les asignan menos peticiones.
“A nosotros nos califican por encontrar todos los productos, por ello nuestra calificación es menor y las consecuencias consisten en prestar menos servicios”
Además, el protocolo de entrega ha cambiado. A diferencia de hace unas semanas, ahora no debe haber contacto entre clientes y repartidores, las compras se dejan en la puerta, o bien, en la recepción de cada domicilio.
Pese a que los repartidores de esta app no están asegurados, la empresa les ha comunicado que en caso de que se contagien de Covid-19 por alguno de sus clientes, Corneshop se haría cargo de los gastos médicos.
Jorge Ramos
Actor
Jorge Ramos, de 42 años, es licenciado en comunicación y también en arte dramático. Actualmente trabaja en una compañía de teatro y tiene proyectos como desarrollo de contenido de entrevistas, puestas en escena, una casa productora, entre otros. Pese a ello, dice con tono humorístico: “verás que mi campo de trabajo es amplio, pero todos los caminos que tengo están cerrados”.
Lo anterior es consecuencia directa del anuncio de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, para el cierre de distintos establecimientos, entre ellos, los teatros. Además, la mandataria capitalina hizo un llamado para que todos los eventos públicos y privados no contemplen a más de 50 personas.
El actor y dramaturgo detalla que no tiene otra fuente de ingreso, solventa sus gastos con sus ahorros y por ahora busca la manera de obtener una remuneración a través de una actividad que no se acerca a su profesión, sino a la logística de encuestas.
Por regalías y presentaciones ha acumulado un dinero que por ahora está en posesión de la Asociación Nacional de Actores (ANDA) y la Asociación Nacional de Intérpretes (ANDI); sin embargo, por la contingencia ambos sindicatos permanecen cerrados, y por lo tanto, su dinero está congelado.
Ante la situación, cuenta que en el gremio se ha propuesto realizar festivales por internet para obtener ingresos y a la par fomentar el #YoMeQuedoEnCasa.
Don Luis
Empacador en una tienda Soriana
Don Luis, está por cumplir 68 años y es empacador de la tercera edad en una tienda Soriana del Estado de México. LLeva más de una semana sin asistir a su centro de trabajo debido a que pertenece a un grupo vulnerable frente al Covid-19.
Él es padre de familia y parte del sustento de su hogar. Según cuenta en entrevista a El Sol de México, en días muy buenos ha llegado a sacar 220 pesos de las propinas de los clientes, pero realmente en el día a día “llegar a los 100 pesos es algo milagroso”.
Relata que la semana pasada al llegar a su lugar de trabajo, notó que no estaban el resto de sus compañeros y se acercó a ayudar a los clientes, fue entonces cuando la gerencia del supermercado le comunicó que no podría seguir asistiendo y regresó a casa.
Después, a través de los medios, se enteró que la empresa Soriana duplicaría la propina de los clientes para entregarla a los empacadores, pero de eso no ha recibido ninguna información por parte de la administración de la tienda.
Don Luis estudió la carrera de filosofía y letras, pero no logró finalizarla. Ahora, recibe una pensión por su trabajo en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, con lo que solventará sus gastos durante este tiempo.
Finalmente, detalla que su confinamiento lo dedicará a un proyector de poesía, el cual se conformará de tres tomos con 366 obras de su autoría que espera publicar.
Santiago Calixto
Taquero
Santiago Calixto, de 37 años de edad, tiene una taquería desde hace 20 años en el mercado de Villa de Guadalupe, en el municipio de Ecatepec en el Estado de México. Aunque el ritmo y dinámica de su trabajo ha cambiado, menciona que aún no tienen claridad sobre lo que pasará en los próximos días.
“El fin de semana el personal de mercados y obras públicas pasó a darnos una serie de indicaciones, con las que nos informaron que por el momento sólo tenemos permitido vender comida para llevar”.
Santiago ya se ha preparado ante la pandemia y en su puesto de tacos tiene disponible gel antibacterial para lo clientes y empleados. Y a partir del anuncio del aumento de casos contagiados de Covid-19, él y sus trabajadores han atendido con cubrebocas y guantes.
Santiago menciona que sí se ha reducido la venta en su local, prácticamente desde que comenzó el receso escolar. dictado por el gobierno federal. Aunado a ello, comenta que es probable que descansen a uno de sus tres empleados, pues por ahora las ventas no dejan lo suficiente como para pagar su sueldo.
Finalmente, asegura que ellos seguirán trabajando hasta que las autoridades sanitarias del país les digan lo contrario, y en ese caso, sus trabajadores no tendrían goce de sueldo asegurado, pues el negocio va al día y no existen ahorros suficientes para solventar la renta del local y el salario acordado.
Dulce Villegas
Terapeuta infantil
Dulce, de 32 años, es una terapeuta infantil independiente, trabaja con niños y adolescentes con autismo y problemas emocionales. Ella ha decidido por su cuenta suspender las sesiones hasta nuevo aviso, debido a que la población con la que trabaja puede ser vulnerable ante el Covid-19.
La medida la puso en marcha en cuanto la Secretaría de Educación Pública anunció un receso escolar. Antes de ello, asegura no había notado ausencias por parte de sus pacientes.
“Fui yo la que decidí poner pausa a las terapias, porque a pesar de las medidas de prevención que pudiera adoptar, mi trabajo se acompaña con material didáctico, con lo que se facilita el contagio. Esta medida fue para protegerlos”
Aunado a ello, asegura que el suspender las terapias puede representar un retroceso en los avances que sus pacientes hayan logrado. Sin embargo, lo que ahora hace es dotar a los padres de familia de las herramientas necesarias para que trabajen en casa.
Dulce menciona que esta medida está pensada para retomar las sesiones el próximo 20 de abril, como las autoridades de la SEP lo dictaminaron. No obstante, en caso de este periodo se extienda no estaría preparada para solventar sus gastos por más de dos meses.
Gloria Martínez
Estudiante de Veterinaria
Gloria, de 23 años de edad, es una estudiante de medicina veterinaria en la UNAM que también trabaja en una clínica de la Ciudad de México. El establecimiento es propiedad de su familia y llevan ofreciendo sus servicios desde hace más de 20 años.
La universitaria comparte que a partir de que las autoridades anunciaron un receso en diferentes instituciones la clientela bajó; sin embargo el efecto fue momentáneo, ya que supone, la gente perdió el miedo y volvió a salir de casa.
No obstante, el personal de la clínica ha tomado medidas de prevención. “Viene la familia entera a dejar a un perrito, entonces estamos restringiendo el paso a máximo dos personas. También que no venga niños y adultos mayores”.
La estudiante de veterinaria indica que en la clínica laboran siete personas, tres de ellas reciben ingresos por comisiones, por lo que en caso de que se ordene un cierre temporal para evitar más contagios, estos empleados no recibirán algún ingreso.
David Arroyo
Taxista
David Arroyo, de 50 años, es taxista que comienza a ofrecer servicio desde las 4:30 de la mañana. Su base está ubicada en Ecatepec de Morelos y la mayoría de sus pasajes son personas que trabajan a la Ciudad de México.
En cuanto el Gobierno exhortó a la población a seguir las medidas de prevención y sano distanciamiento muchos de los empleados fueron enviados a sus casas, por lo que le han cancelado sus viajes, lo que provocó que su ingreso disminuyera en un 60 por ciento.
Además, David señaló que en la fila de la base pueden pasar hasta una hora para poder realizar un pasaje al metro más cercano o al mercado, que son pagados normalmente entre 20 y 15 pesos. Antes del brote de Covid-19, la espera sólo era de 15 minutos.
Arroyo es padre de familia y abuelo. Junto con otras dos personas comparte los gastos del hogar. En caso de que no pueda laborar debido a la emergencia sanitaria, tendría que recurrir a algún préstamo, pero no tiene historial crediticio, por lo que no sabe si se lo otorguen.
Ángel N
Estilista
Ángel, de 26 años, originario de Tamaulipas, es estilista en la Ciudad de México y se especializa en la colorimetría. Él trabaja en un salón de belleza y su remuneración es a partir de comisiones, entre más clientes, mayor es su ganancia.
En entrevista con El Sol de México señala que sus ingresos se han visto afectados en la última semana, a raíz de que se pusieron en marcha las medidas de prevención para evitar contagios, pues a pesar de que el salón sí ha recibo a clientes, la mayoría de las personas van por cortes de cabello y no a procesos más especializados.
Pese a ello, menciona que siempre busca la manera de obtener más ganancias, por lo que ahora tiene agendado algunos trabajos a domicilio con los que pueda solventar sus gastos.
Si la situación se complica y el confiamiento se hiciera más severo, Ángel no se quedaría en la capital del país y partiría a su lugar de origen, Tamaulipas, para estar junto a su familia.
Fernando Padilla
Conductor de Didi*
Fernando tiene 34 años y además de ser pintor en una contratista de obras, completa sus ingresos trabajando como conductor de la plataforma Didi. Al igual que a muchos, a él le ha afectado fuertemente la llegada del brote de coronavirus, pues afirma que los viajes se han reducido en un 90 por ciento.
Lleva ya ocho meses trabajando para la aplicación, pero en las últimas semanas se ha visto forzado a reducir sus horario, debido a que “no tiene caso esperar si no hay pasaje”.
Él es el sostén de su esposa y una pequeña de 11 años, por lo que su preocupación es mayor.
Durante la entrevista con El Sol de México detalla que llega a esperar hasta una hora para tomar un pasaje y no siempre vale la pena, pues la ganancia que sale es invertida en gasolina.
En su otro trabajo tampoco pintan las cosas bien, la mayoría de las obras se han suspendido y las que quedan en pie no dejarán la paga suficiente para los gastos diarios.
Si el confinamiento se alarga y fuese obligado a no trabajar, Padilla detalló que “la única opción sería vender el carro y recuperar el dinero después, pero por la situación de la economía en este momento, sería difícil venderlo. Nadie quiere gastar”.
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