Con binomios caninos, robots especializados y trajes blindados (conocidos como trajes de Kevlar), la Secretaría de Marina (Semar) patrulla diariamente las instalaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), en búsqueda de interceptar todo tipo de drogas y también de neutralizar posibles amenazas de bomba.
Desde que asumió el control total del AICM, el 21 de febrero del 2022 y hasta el pasado 30 de junio, la Semar ha interceptado 320 kilos de fentanilo, lo que se traduce en 6.4 millones de pastillas, de acuerdo con una conversión basada en información dada a conocer por el secretario de la Defensa Nacional, Luis Crecencio Sandoval, en una conferencia de prensa desde Palacio Nacional en mayo de 2021.
Lee también: Le mataron a su perrito Zeus, pero se reencuentra con su familia 13 años después
La Marina reporta, además del fentanilo, el decomiso de 167 kilos de cocaína y más de ocho toneladas de metanfetamina que fueron interceptadas por sus binomios caninos mientras intentaban ser traficados en el aeropuerto capitalino.
Además de reportar un total de 2 mil 968 patrones de búsqueda de explosivos y fuentes radiactivas. Es decir, casi 3 mil patrullajes realizados en partes sensibles del AICM por sus binomios caninos en busca de bombas o fuentes radiactivas.
13 binomios caninos desplegados
En una visita de El Sol de México al equipo antidrogas y antibombas de la Marina en el AICM, la Semar subrayó que tiene desplegados a 13 binomios caninos en el aeropuerto, de los cuales 10 están entrenados como sensores para narcóticos y el resto como sensores para materiales explosivos y radiactivos.
“Los perros siguen un ciclo de trabajo dentro del aeropuerto, en una rotación permanente, también para evitar precisamente el desgaste de los elementos caninos”, explicó el capitán de corbeta, Edén Flores, en entrevista desde un área de trabajo en las plataformas del AICM.
El encargado de los binomios y el resto de equipos de detección que resguarda el AICM detalló que los perros, entre los que están Ícaro y Eska, dos pastores belgas jóvenes que lucen orgullosos una pecheras verdes con los logos de SEMAR, tienen turnos que les permiten aprovechar los 20 minutos de tiempo efectivo de empleo que tienen por cada hora.
Esto es por turnos y dependiendo también de la demanda que exista en cuanto a las inspecciones que llevan a cabo en las cargas o la situación que se presente, en el caso de los explosivos.
Los 13 perros se encuentran en entrenamiento permanente con tal de mantener en condiciones óptimas la fijación de aromas para los que son adiestrados. Cada perro puede tener dos o hasta tres aromas con los que trabaja, ya sea para detectar drogas o explosivos.
“Esto es precisamente para continuar con la fijación de la función zootécnica para la cual fue entrenado. Entonces, el perro se encuentra precisamente en los lugares donde se resguarda con todas las medidas y de higiene correspondientes. Se alimenta, continúa con su entrenamiento y asimismo, cuando se va a emplear, obviamente el perro debe ser relajado antes de poder llegar al área de trabajo o al entorno laboral”, precisó el capitán Flores.
Respuesta de 30 minutos frente a amenaza de bomba
El tiempo de respuesta que tiene este equipo ante una amenaza de bomba en el AICM es de 30 minutos.
En media hora desde que se reporta un objeto sospechoso o se recibe una amenaza, estos marinos junto a sus perros determinan si es una falsa alarma o si se enfrentan a una amenaza real.
“Hemos tardado en responder a los requerimientos que nos han solicitado por parte de los puntos de inspección a pasajeros 30 minutos. Pero ya descartando lo que es la amenaza, o sea, del lugar donde nos encontramos hacemos un tiempo aproximado de cinco minutos al punto de inspección a pasajeros o a cualquier área del aeropuerto donde se nos requiera. Posterior a ello estamos tardando aproximadamente unos 10 minutos más, 15 minutos máximo, en determinar si es positiva o si es negativa la amenaza. En 30 minutos se tiene una respuesta”, dijo orgulloso el capitán Flores.
Los marinos que forman parte del binomio canino utilizan protección Kevlar, resistente a metralla, y sus trajes están hechos con sustancias que funcionan como retardantes térmicos.
Acompañándoles vienen sus perros. Estos están entrenados para detectar explosivos, ya sean pólvoras o también explosivos militares.
“La marcación, el canino la hace sentándose, esto con la finalidad de evitar mover alguna maleta o algún artefacto que consideremos de alta probabilidad de riesgo. Se va a sentar y eso es un indicativo para nosotros que modificó su conducta y con ello, nos está dando a entender que existe alguna amenaza”, abundó el capitán Flores durante la demostración de maniobras de detección.