Los políticos que integran la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados festejan Navidad y Año Nuevo de múltiples formas. Tal es el caso de su presidente y líder de la bancada de Morena, Mario Delgado, quien asegura que para este fin de año propuso a su familia llevar un karaoke para celebrar la Nochebuena con sus familiares.
“La pasamos en casa, llegan muchos familiares, cenamos tranquilos. Este año estoy haciendo la propuesta que pongamos un karaoke; los parientes llevan cada uno pavo, romeritos, ensalada de manzana, lo que sobra mucho al otro día” indica.
EL vicecoordinador de la bancada del Partido del Trabajo (PT), Gerardo Fernández Noroña recuerda que como una tradición obligada en su familia era convivir con su abuela materna y cenar la noche de Navidad romeritos y bacalao, “entonces quedé hasta las orejas de eso” y relata que tras la muerte de su madre, en fechas como Navidad y Año Nuevo prefiere irse de vacaciones: “Vivo en el Centro de la Ciudad de México y es complicadísimo la zona en diciembre, entonces acabo cenando cualquier cosa, pues regularmente no estoy en casa”, comenta.
La diputada Verónica Juárez, coordinadora de los diputados del PRD, en cambio, celebra Navidad en Tlaquepaque, Jalisco, lugar de donde es originaria, y celebra preparando carne en su jugo, platillo típico de la entidad y llevando los bolos navideños.
Durante la víspera del 24 de diciembre, la perredista narra que se encarga de llevar las piñatas porque van alrededor de 100 parientes o más del lado paterno. “Pedimos posada, se reza El Rosario y esperamos a las 12 de la noche y escogemos a una niña o niño para ser madrina o el padrino del Niño Dios”.
Entre los alimentos que prepara con su familia, sobre todo, no falta el ponche y pinole, también buñuelos; con regularidad, todos los años explica que cenan mole, carne en su jugo y pozole.
El coordinador panista, Juan Carlos Romero Hicks celebra la Navidad congregando a cuatro generaciones de familiares en Guanajuato, entidad donde él fue gobernador, y ahí celebran juntos su abuela, sus padres, hijos y nietos, “ahí nos convocamos hasta 60 personas, generalmente en casa de mi mamá (..) hacemos la convivencia, damos regalos, ofrecemos la cena, se hace una reflexión y hacemos oraciones libres”.
Como mensaje para este 2020, recuerda el líder panista que están trabajando para construir un mejor país, y en el que desea “que el amor venza al odio, donde nos veamos todos como mexicanos, con una gran herencia de un país que está esperando mucho de cada uno de sus hijos”.
A su vez, el líder priista en San Lázaro, René Juárez, originario del Puerto de Acapulco, Guerrero, pasa la Navidad en la Ciudad de México, pero se traslada al Puerto en Año Nuevo para estar con sus hermanos. A la familia la acompañan sus perros, Milo y Buba y en Año Nuevo se trasladan a Acapulco, donde comenta que siempre es un estímulo estar allá, principalmente por la comodidad que le ofrece estar en familia con sus hermanos.
Recuerda que el día 31 de diciembre, a las 10:30 de la mañana, como una tradición desde hace 32 años, se reúne con un grupo de amigos con los que tiene un equipo de futbol, conviven en familia y realizan un partido. “Convivimos un rato, se acercan compañeros que incluso jugaron profesionalmente, siempre va el "Brothy" Campos… Ya después de la "cascarita" llevamos tacos y barbacoa, relleno y después nos vamos con la familia”.
Como cena disfruta de “un rellenito, un marranito que preparan sobre todo en Tecpán, en la Costa Grande” y se queda en casa con su familia en la Colonia La Laja, de Acapulco, y durante los 4 o 5 días que permanece por allá aprovecha para correr y saludar a los conocidos con los que a veces aprovecha para almorzar un bolillo con relleno que le invitan.
El legislador tricolor, a propósito de estas fechas de asueto, pide a los mexicanos esmerarse por encontrar la felicidad, “busquemos la unión familiar, consolidemos a nuestra familia y mantengámonos también unidos como mexicanos, cuidemos el país y hagamos lo que a cada uno toca hacer con actitud constructiva”, pero sobre todo llama a no guardar rencores ni enclaustrarnos en el reclamo permanente, concluye.