El primer informe del a Cuenta Pública 2020 realizado por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) reveló que la Comisión Nacional Forestal está reprobada en materia de prevención de incendios forestales y de plagas y enfermedades en este ámbito, debido a que no realizó las acciones necesarias de prevención para estos siniestros y dentro de las 14 actividades que efectuó no se acreditó evidencia documental.
De acuerdo con la auditoría practicada por la ASF a la Conafor, se halló que este órgano del gobierno de la Cuarta Transformación, en su Programa de Protección Forestal, “no acreditó contar con la conceptualización de los términos prevención de incendios forestales ni prevención de plagas y enfermedades forestales en un documento interno formalmente establecido y autorizado, que precisara la relación de dichos rubros con las actividades que se efectuaron por medio del programa”.
El órgano auditor nacional indicó que la Conafor en su Programa realizó 18 acciones para atender la prevención de siniestros vinculados con el fuego, así como de agentes patógenos dañinos y, 12 más para combate y control de incendios. Pero, dentro de ellos no concretó “el problema público en el que se pretendió incidir”.
Tampoco, acreditó la ejecución de la totalidad de actividades destinadas a la prevención y detección de incendios, plagas y enfermedades forestales, ni del combate y control de siniestros relacionados con el fuego.
De igual manera, no dispuso de criterios para determinar, clasificar y delimitar sus acciones, y “desconoció en qué medida el programa contribuyó a proteger la superficie forestal y su repercusión en el desarrollo económico incluyente”.
En materia de gasto, la ASF señala que, de 2014 a 2020, el presupuesto ejercido en el Programa Nacional de Protección Forestal, disminuyó en 62.1%. Pero, precisa que la Conafor no demostró la relación de las 428 adecuaciones con la modificación de las metas en 14 de los 24 indicadores registrados en la Matriz de Indicadores de Resultados 2020 del Programa Nacional de Protección Forestal.
Por lo anterior, explica que, “la determinación del costo efectividad del programa, mostró que, los ajustes y cumplimientos de las metas que oscilaron entre el 68.4% y 101.1% fueron más atribuibles a la reducción de sus porcentajes de realización, que una mayor consecución de los objetivos”.
En el Primer Informe de la Cuenta Pública de la ASF, correspondiente a 2020, entregado este miércoles a la Cámara de Diputados, se precisa que, en el rubro de Protección Forestal, este órgano sólo realizó 14 actividades. Dentro de ellas, solo en un 64.3% se reportó cumplimiento menor a la meta programada, es decir que la Conafor realizó apenas 9 acciones, donde casi se cumplió con el propósito para prevenir incendios y plagas.
Mientras que, en el resto de actividades, lo cual representa el 35.7% de su gestión, “se identificaron diferencias en los resultados establecidos entre sus registros internos. Pero resalta que en ninguna de las 14 actividades se acreditó la evidencia documental de su realización.
En el combate de incendios forestales, la ASF precisa que la Conafor informó del desarrollo de 12 actividades dirigidas a ese rubro, de las cuales 2, se vincularon específicamente con el combate, y de las 10 restantes, no demostraron los criterios que permitieran verificar que su clasificación correspondió con dicho concepto.
Además, en 7 de las 12 actividades, la Comisión Forestal reportó un cumplimiento menor a la meta programada; a la vez, que, en las 5 actividades restantes, “se identificaron diferencias en los resultados establecidos entre sus registros internos, y en ninguna de las 12 actividades se demostró la evidencia de su ejecución”.
En cuanto a la protección de la superficie forestal, la ASF precisa que la entidad auditada “no dispuso de una metodología o mecanismos, ni acreditó el diseño de indicadores para cuantificar la contribución para el Programa Nacional de Protección Forestal”.
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La Conafor manifestó que tuvo una reducción anual de 7 mil 55.7 hectáreas afectadas de árboles adultos y renovados y, también, otra reducción de más 38 millones 850 mil hectáreas de árboles que no presentaron plagas; sin embargo la ASF precisó que de estas afirmaciones esta Comisión, “no demostró su imputabilidad con la gestión del programa”.