Sin consulta previa a la población ni la presentación de los estudios correspondientes, la construcción del Tren Maya llegó a Chemuyil, una población al sur de la Riviera Maya donde habitan un grupo de jóvenes que desde hace varios años son conocidos como los guardianes de los cenotes.
Así lo denunciaron los integrantes del colectivo Bejil-Ha a través de sus redes sociales, en las que informaron que de la noche a la mañana el trazo del Tren Maya alcanzó al “tercer sistema de cenotes más grande del mundo”, conocido por los pobladores como K’oox Baal, que tiene una distancia de 102 kilómetros y dónde están más de 57 cenotes.
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“Lo que hace unos días era selva y hogar de muchos animales hoy es simplemente un engranaje del Tren Maya. Nunca nadie nos consultó si la gente del pueblo estaba de acuerdo, no se hicieron los estudios correspondientes, si bien es un proyecto de primer mundo, la realidad es que debido al suelo kárstico y todos los cenotes que hay en él, en México no es seguro hacerlo”, compartió el colectivo en su cuenta de Instagram.
En mayo, El Sol de México publicó el reportaje “Chemuyil, el lugar donde los guardianes de los cenotes esperan ser consultados por el Tren Maya”, donde se narró la historia del colectivo comprendido por 16 jóvenes oriundos de esta localidad, quienes se organizaron para recuperar y preservar los cenotes que hasta hace seis años estaban repletos de basura.
Hasta ese día, seis suspensiones provisionales contra la obra concedidas por un juez habían conseguido frenar las obras del tramo cinco del Tren Maya, que va de Playa del Carmen a Tulum. Sin embargo, todo cambió cuando el mes pasado el Gobierno federal clasificó a esta obra como de “seguridad nacional” y el mismo juez desechó todas las suspensiones, con lo que las obras se reanudaron de inmediato.
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Desde entonces la construcción del Tren Maya avanzó rápidamente y continuó a lo largo de siete kilómetros selva adentro hasta llegar a Chemuyil, donde ayer por la mañana los guardianes de los cenotes grabaron un par de videos y tomaron fotografías para demostrar los daños.
En uno de los videos se observa a un miembro de este colectivo donde explica que en el punto que graba “hasta hace unos días, como damos recorridos muy cerca de aquí, esto era selva y de la noche a la mañana devastaron completamente todo y todo fue muy muy rápido. Tan rápido que la gente de Chemuyil podría decir que ni siquiera la mitad lo sabe”.
“Aquí hay una gran cantidad de agua y todo esto es un suelo kárstico donde hay muchísimos y demasiados cenotes. Para mí la gran pregunta es ¿vamos a poner en riesgo toda esta gran cantidad de agua que hay y que somos afortunados y privilegiados de tener aquí en Quintana Roo en la Península de Yucatán? Porque también no solo es hablar de agua, también es hablar de toda la fauna. También es hablar de los cenotes, de las cuevas, y también es hablar de todo nuestro patrimonio como mexicanos”, agrega en otro vídeo grabado dentro de una cueva.
Consultados nuevamente por El Sol de México, los integrantes del colectivo declinaron responder preguntas para mantener un “perfil bajo”, debido a que a raíz de las publicaciones realizadas en sus redes sociales a partir de ayer han recibido críticas hacia su proyecto.
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