En los últimos dos meses, el nivel de contagios de Covid-19 en las zonas rurales indígenas creció seis veces más al pasar de 899 casos confirmados a 5 mil 413, mientras que las personas que fallecieron en ese mismo periodo pasaron de 157 a 766, son 609 personas más que en mayo, según dio a conocer la Secretaría de Salud.
En este periodo, 112 municipios tuvieron una letalidad de hasta 50 por ciento.
Los tres municipios con mayor número de casos registrados fueron Valladolid (Yucatán), Centla (Tabasco) y Tamazunchale (San Luis Potosí), mientras que el municipio de Benito Juárez, en Quintana Roo, notificó más defunciones.
Frente a ese escenario, la Secretaría de Salud reconoce que “aun cuando se ha tratado de proteger a esta población, los esfuerzos no han sido suficientes y las inequidades estructurales y culturales para el acceso a la salud y educación, aunado a una fuerte discriminación no ha permitido avanzar en su bienestar y el impacto de estos determinantes sociales se ven ahora reflejados con la actual pandemia de Covid-19 donde se observa mayor letalidad en las regiones con mayor población indígena.
“Así como la presencia de enfermedades crónicas no transmisibles y otras condiciones precarias de salud que favorecen la presencia más grave de este padecimiento”, admite.
Para identificar los casos positivos del nuevo virus SARS CoV2 y letalidad a nivel municipal, se realizó un análisis epidemiológico desde el 1 de marzo hasta el 21 de julio y se encontró que a nivel nacional la epidemia llegó a 828 municipios donde la población indígena tiene presencia.
Amas de casa, campesinos, comerciantes ambulantes, jubilados y pensionados junto a las enfermeras o personas que trabajan en los centros de salud de atención a Covid-19 representan a 30 por ciento de la población indígena que se ha contagiado en los últimos dos meses.
El nuevo virus que llegó a México el 28 de febrero es más letal para la población indígena que para los mexicanos en general, mientras el promedio nacional está apenas por arriba del 11 por ciento entre los pueblos indígenas la letalidad es de 14.1 por ciento.
Pero si se hace la focalización por regiones las del sursureste: la zona maya, centro donde se asienta la mixteca y la del noreste, tuvieron una letalidad promedio de 40 por ciento. Ello significa que en 112 municipios la tasa de letalidad superó 50 por ciento.
La entidad con más defunciones reportadas es Yucatán, seguida de Oaxaca y Estado de México. En el reporte de mayo Quintana Roo fue la entidad con mayor número de defunciones, mientras que ahora ocupa la sexta posición.
Hasta el día 26 de julio de 2020 se estudiaron en nuestro país a 11 mil 824 personas que se reconocen como indígenas y se identificaron a 5 mil 413 positivos a SARS-CoV-2, el reto 5 mil 500 han sido negativos y hay 911 como sospechosos, es decir que se encuentra pendiente el resultado de laboratorio.
La distribución por edad y sexo no muestra variaciones siendo el grupo de 45 a 49 años el que concentra la mayor cantidad de casos confirmados de Covid-19, con una mediana de 48 años (rango de 0 a 99 años), y al igual que en la población general los hombres son los más afectados.
En cuanto a la edad a la que se presentaron las defunciones se observa que con mayor frecuencia entre los 55 a 69 años, con una mediana de 63 y el rango va de los cero a los 92 años. Los hombres son los que presentan mayores decesos.
A diferencia del reporte de mayo hay mayor proporción de mujeres afectadas, mientras que en ese momento eran 38 por ciento para este informe son 42 por ciento.
Se identificó que 64 por ciento fueron pacientes ambulatorios, siendo las personas de mayor edad quienes presentan mayor incidencia de hospitalización.
Al tratar de caracterizar si hay alguna diferencia en la sintomatología entre la población que se reconoce como indígena, las autoridades encontraron que no difiere del resto de la población en general, donde la tos, fiebre y cefalea son las más frecuentes.
Las comorbilidades más frecuentes fueron diabetes, hipertensión y obesidad, aun cuando son también las más prevalentes en el resto de la población.
De manera que son la hipertensión, diabetes, obesidad, EPOC, insuficiencia renal, tabaquismo, enfermedad cardiovascular, asma y VIH los detonantes para que pudieran haber contraído el virus que tuvo su origen en Wuhan, China en noviembre de 2019.
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