En México, el mayor riesgo que sufren los ministros religiosos son los grupos del crimen organizado, ya que son éstos los responsables no sólo de asesinatos, sino de intimidaciones y amenazas contra los sacerdotes y los grupos de feligreses, de acuerdo con el informe 2018 Libertad Religiosa en el Mundo, elaborado por la organización no gubernamental Ayuda a la Iglesia Necesitada.
“A medida que crece el crimen organizado, disminuyen las posibilidades de acabar con la violencia contra los sacerdotes. Los miembros del clero se encuentran en una posición especialmente peligrosa, ya que son los que denuncian continuamente los ataques o abusos del crimen organizado, del Gobierno y de otros grupos contra ellos mismos o contra los miembros de sus comunidades”, dice el documento.
El informe explica que el fenómeno de la violencia contra los religiosos no está correctamente medido, debido a que, si bien los asesinatos contra ministros están bien registrados, los casos de extorsión o amenazas contra los feligreses o párrocos difícilmente quedan asentados por miedo de las víctimas de sufrir represalias.
Otro de los problemas que identifica el documento es la falta de datos sobre desplazados por conflictos religiosos, debido a la falta de una política pública de justicia para documentar casos y atenderlos. Finalmente, se destaca la objeción de conciencia, pero dice que ésta es aún limitada.