A través de los años, el pago promedio al pollero, como se les conoce a los traficantes de personas, por parte de los migrantes mexicanos para entrar a Estados Unidos se ha incrementado, al pasar de 993 pesos en 1992 a 87 mil en 2017.
Para un centroamericano, el costo es de 11 mil 500 dólares por cruzar México y llegar a la frontera norte, señala el documento “Migración y Remesas México 2019, elaborado por BBVA México y el Consejo Nacional de Población (Conapo).
“Las políticas restrictivas de Estados Unidos hacen que cada vez sea más complicado llegar al país vecino, de tal manera que se ve como un mercado económico que ha incrementado los costos en la contratación de los agentes ilegales conocidos como coyotes o polleros”, advierte Rodrigo Jiménez Uribe, director general de Población y Desarrollo de la Secretaria de Gobernación (SG).
En entrevista a El Sol de México, el funcionario señaló que, aun así, Estados Unidos y Canadá siguen siendo los países preferidos de los migrantes mexicanos, y los costos en la paga hace que muchos connacionales prefieran aventurarse por el Río Bravo o el desierto, lo que aumentan las posibilidades de morir en el intento.
Señala que si a los 12.3 millones de mexicanos que emigraron en 2018, le sumamos los que nacieron allá pero que son de padres mexicanos, tenemos que hay en la Unión Americana un aproximado de 38.4 millones de connacionales.
Jiménez Uribe destacó que el 97.83 por ciento por ciento de los mexicanos que deciden emigrar lo hacen a Estados Unidos y una parte más reducida a Canadá.
Refirió, también, que las principales actividades en las que laboran los migrantes mexicanos en Estados Unidos son la construcción, ya que dos de cada diez se dedican a ese ramo, seguido por la manufactura, profesionales administrativos, hostelería, esparcimiento, entre otras.
De acuerdo a las previsiones, se estima que este año el envío de las remesas familiares de Estados Unidos a México alcance 35 mil 460 millones de dólares y para 2020 podría llegar hasta 37 mil 200 millones de dólares.
Desde la perspectiva de Jiménez Uribe, el fenómeno migratorio en los últimos años ha incrementado la migración de centroamericanos, sobre todo de Guatemala y El Salvador por diversos factores como la violencia, faltas de oportunidades e incluso las sequías. “Los migrantes huyen de sus países buscando oportunidades y se les conoce como migrantes de tránsito”, explicó.
Respecto a la identificación de redes de polleros o coyotes dedicados al tráfico de humanos, Jiménez refiere que, al final de cuenta funciona como un mercado económico y en la medida que siga habiendo mano de obra que se demande en Estados Unidos, si hay trabajo para ellos y a su vez en sus países la crisis sigue, seguirá habiendo este tráfico.
“En la medida que se pongan restricciones a la migración, se genera este mercado negro; es una consecuencia natural de ese mercado económico porque el mercado negro aprovecha esas oportunidades”, advirtió.
Ante este panorama, señaló que el Gobierno mexicano apoya la iniciativa de una migración segura, regular y regulada. “Es una iniciativa por parte de Naciones Unidas; en diciembre del año pasado México el Pacto Mundial para una Migración, con el que se pretende regular el cruce de indocumentados, precisamente para terminar con este mercado ilegal de personas”, dijo.
Lamento, sin embargo, que no todas las naciones lo firmaron como Estados Unidos, lo que complica las cosas.
Jiménez Uribe destacó, además, que, a nivel nacional, se inculca el respeto a los Derechos Humanos de las personas no importando su origen, sean regulares o irregulares en su estancia por México. “Es complicado saber si la migración aumente, pero prevemos, viendo las tendencias del pasado, que podría ver de manera mínima un crecimiento, la migración es un fenómeno, que depende de muchas cosas, una de ellos es el económico pero lo que se esperaría es que aumentara un poco más, no mucho” finalizó.