La reforma laboral sobrerreguló la democracia sindical al poner demasiados candados a las organizaciones obreras para las negociaciones de los contratos colectivos y otros trámites ante las autoridades laborales, afirmó Salim Kalkach, secretario general de Vanguardia Obrera.
"La ley nueva lo que está provocando es una sobrerrepresentación y sobredemocracia. Lo que están haciendo es que los sindicatos que deben de obtener la carta de representatividad van a tener que ratificarla cada año, pero además, le van a preguntar a todos los trabajadores cada vez que haya una negociación del contrato colectivo, el sindicato se va a convertir en mensajero”, afirmó durante el foro Las claves de la nueva reforma laboral, organizado por Oxford Business Group.
Kalkach afirmó que el problema radica en que se echó la culpa de la falta de competitividad a las disputas sindicales, cuando el verdadero problema es la informalidad en la que labora la mayor parte de los mexicanos. “Somos un país que tenemos a 70 por ciento de la población en la informalidad, y esta reforma vino a 30 por ciento de la población, la que paga impuestos. No hemos visto al final una reforma integral que repiense la estrategia de crecimiento sostenible ni la creación de empleos decentes”.
Añadió que incluso, ante los nuevos requisitos para reconocer a los sindicatos titulares de los contratos colectivos puede generarse más conflicto entre los mismos trabajadores.
En el foro también participó Esteban Martínez, director de la Unidad de Asuntos Internacionales de la STPS, quien acudió en representación de Luisa María Alcalde Luján, quien defendió la reforma al decir que los nuevos mecanismos acaban con los sindicatos blancos.
"El sindicalismo hoy más que nunca es importante para la defensa del trabajador", dijo el funcionario, quien llamó a no tener miedo a una mayor democracia al interior de los sindicatos de este país.