Según el INEGI, el 7.6% de los policías de todos los niveles reportan han sido amenazados por el crimen organizado y al mismo tiempo 21% no tiene un arma de fuego asignada. Donde se observa una mayor asimetría en esta desprotección es en la Ciudad de México, donde el 12.1% de los policías han sido amenzadas, la mayor proporción a nivel nacional, y al mismo tiempo el 26.5% no tienen un arma para defenderse. En Sinaloa, cuna del uno de los cárteles más poderosos, sólo el 2.5% de los uniformados reportan haber sido amenazados.