La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) afirmó que las desapariciones de personas en México no se han detenido y el número de víctimas va en aumento, mientras muchos de los avances que se registran en la búsqueda y localización de las más de 40 mil personas en esa situación es producto del trabajo incesante e incansable de miles de familias que enfrentan el infortunio de la desaparición.
Así lo indicó el Primer Visitador General, Ismael Eslava Pérez, al participar en la presentación de la Estrategia Integral para la Atención a Víctimas de Desaparición en Jalisco donde evidenció que 18 entidades federativas no han establecido su respectiva Comisión Local de Búsqueda y 7 no han constituido o puesto en operación su Comisión Local de Atención a Víctimas.
El Organismo Nacional puntualizó que esa deuda no podrá cubrirse en tanto las autoridades no garanticen las condiciones mínimas de seguridad que acaben con el entorno de violencia, impunidad e ilegalidad.
Agregó que requerimos seguridad, pero no a cualquier costo y no por cualquier medio, sino la que corresponde a un Estado Democrático de Derecho, que se construya a partir de un vínculo de confianza, cercanía y cooperación entre autoridades y sociedad, que no descarte la justicia transicional como camino para lograr la verdad, la reparación para las víctimas y una efectiva rendición de cuentas de las autoridades.
Sostuvo que la falta de investigaciones ministeriales homogéneas para la búsqueda, localización, investigación y sanción de los responsables de la desaparición de personas representa un problema estructural en materia de procuración de justicia en el país, particularmente a nivel de entidades federativas, lo que en muchos casos sitúa a los agraviados y a sus familiares en un estado de abandono y revictimización y hace nugatorios sus derechos reconocidos en la Constitución General de la República.
Por otra parte, considera que la violencia, inseguridad, corrupción e impunidad que se presentan en diversas regiones del país propician e inciden en que la desaparición de personas sea un flagelo que no obstante las voluntades políticas reiteradamente expresadas y algunos avances para hacerle frente aún estamos lejos de dimensionar y atender adecuadamente.