Al interior del Ejército mexicano se han registrado 582 denuncias por conductas de índole sexual de 2006 a julio de 2021, pero sólo 33 militares han sido procesados por ese delito, de acuerdo con varias solicitudes de información obtenidas vía transparencia, lo que equivale a una efectividad de justicia de sólo 5.6 por ciento.
Además, hubo un repunte a partir de 2012 donde sólo se registraron ocho denuncias y para 2019 se dieron 112 casos. En cuanto a los años recientes, con el inicio de la pandemia por Covid-19, hubo un descenso con 68 en 2020 y 23 en 2021.
El Sol de México buscó a la Secretaría de la Defensa Nacional para conocer su postura ante el tema, pero al cierre de edición no había contestado.
El hecho de que existan pocas denuncias, es porque se les considera frágiles a todas aquellas víctimas que se atreven a alzar la voz, aseguró Paloma Mendoza Cortés investigadora en temas de Seguridad Nacional y Fuerzas Armadas mexicanas. “Lo que dicen es que si alguien llega a denunciar un acoso de ese tipo, es considerado como débil y por lo tanto ni siquiera merece estar dentro de las Fuerzas Armadas”, explicó.
La investigadora comentó que hay casos de cadetes que acceden a este acoso y hostigamiento sexual de sus supuestos superiores, ya sea por tener tal vez unas horas libres para dormir o por tener un alimento de mejor calidad. “Osea, por cosas muy pequeñas”, dijo Mendoza.
Los casos de índole sexual al interior del ejército mexicano van desde el acoso sexual y hostigamiento sexual en el que se han registrado al menos 417 denuncias; les siguen el abuso sexual, con 139 y 26 violaciones. A quienes se les acusa es personal del Ejército de distintas jerarquías.
La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida libre de Violencia define el hostigamiento sexual como el ejercicio del poder, en una relación de subordinación real de la víctima frente al agresor en los ámbitos laboral y/o escolar. Se expresa en conductas verbales, físicas o ambas, relacionadas con la sexualidad de connotación lasciva.
Sobre el acoso sexual señala que es una forma de violencia en la que, si bien no existe la subordinación, hay un ejercicio abusivo de poder que conlleva a un estado de indefensión y de riesgo para la víctima, independientemente de que se realice en uno o varios eventos.
En 2011 se creó el Observatorio para la Igualdad entre mujeres y hombres en el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, en apoyo para la planeación, detección, evaluación e implementación de acciones dirigidas a prevenir y eliminar cualquier forma de discriminación por motivos de género y asegurar la igualdad de oportunidades para las mujeres y los hombres en la institución. Sin embargo, a la fecha parece no dar buenos resultados.
“El Observatorio es como una oficina que solo se dedica a crear estadísticas y a dar cursos, pero realmente no pueden sancionar. No pueden dar castigos ejemplares a los infractores y a quienes acosan a las mujeres en las Fuerzas Armadas, pues es solamente como una especie de elefantes blancos que generalmente no sirven para nada”, subrayó Paloma Mendoza.
En cuanto a las agresiones a las mujeres militares se dividen en dos clases por parte de quienes las cometen.
“Uno es por abuso de autoridad y jerarquía, y otro tiene que ver más con la narrativa, porque son instituciones muy machistas y muy falocéntricas, donde es la hombría la manera en la que el hombre predomina sobre las mujeres. (Además el agresor) no solamente no es castigado, sino hasta luego es compensado. Y puede ser por un caso de que hay abusos de autoridad por parte de comandantes de todos los grados y que no son solamente generales. Hay casos de delitos por miembros de tropa que, por ser un grado superior, o sea hasta pueden llegar a abusar o pueden llegar a ultrajar de cierta manera sexual u ofender sexualmente a una inferior”, destaca la también consultora privada en MB Consulting y Dr. Cuervo consultores.
Al menos entre 2006 y 2015 la jerarquía del personal militar denunciado como presunto agresor son jefes y oficiales, con 42 cada uno; 20 de la tropa y seis generales —respecto a los años recientes— la dependencia omitió dar los datos.
De estos 110, sólo 33 militares fueron procesados por el delito de abuso sexual.
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A los que se les instruyó acción penal: 16 fueron sentenciados; seis seguían siendo procesados y a 11 se declinó la competencia a favor del fuero federal.
En cuanto a los procesos de los seis generales se abrieron las averiguaciones previas y carpetas de investigación SC/293/ 2013-XI; 37ZM/164/2013-I; SC/458/2014-IV, entre otras. Sin embargo, la Sedena señaló que “fueron archivadas sin responsabilidad para los imputados”.