La política migratoria es soberana y tiene sus propias determinantes, señaló el director del Instituto Nacional de Migración (INM), Tonatiuh Guillén López, quien además rechazó que la política migratoria esté alineada a la agenda electoral de EU. “No hay una conexión con la coyuntura electoral de los Estados Unidos que es ahí en donde se expresan ese tipo de posiciones”, argumentó.
En entrevista con El Sol de México, el funcionario admitió que la migración es un desafío para las políticas públicas de este gobierno, pero descartó que represente una crisis.
“Sí reconozco que es un desafío importante por el lado social, sobre todo cuando hay personas que están en movilidad con traficantes y que corren todo tipo de riesgos, pero no lo vemos aún y espero que no llegue, como una situación crítica o inmanejable”, explicó.
Guillen López detalló que por la frontera sur han ingresado de manera abrupta a la nación un aproximado de 20 mil migrantes centroamericanos, principalmente de Honduras.
Expuso que en las Caravanas hay intereses, algunos legítimos y correctos como querer apoyar a las personas en esta necesidad y otros no buenos, como puede ser que estén traficando personas o quiénes tengan una agenda política.
-¿Quién está promoviendo este tipo de oleada masiva de migrantes para beneficiarse en el caso de las próximas elecciones en ese país?
-No lo sé. Hay muchas especulaciones sobre el tema. Debe haber varias organizaciones e intereses, pero esta conexión que se hace no sabría cómo sustentarla. No tendría datos al respecto.
-¿México no responde a ningún interés de Estados Unidos?
-No es así. Estados Unidos es un referente para México, por razones obvias de interdependencia económica, la interdependencia social que es muy grande, interdependencia culturales, la dinámica fronteriza, entonces es un referente. Pero en ese referente hay la necesidad del trabajo conjunto de la mejor manera y estos retornos de ciudadanos que se han dado es una decisión unilateral, pero de lado mexicano existe una la política de protección sobre todo cuando se trata de personas que ya tuvieron una atención por el gobierno mexicano, como aquellos que les dimos por razones humanitarias.
-¿México no es el patio trasero de Estados Unidos?
-Yo no digo eso, ni lo planeo, ni lo reconozco de ninguna manera.
-En torno a la seguridad. Sabemos que el discurso es garantizar los derechos humanos, pero ¿no se está saliendo de control?
-Sin duda es un desafío importante. La política del presidente ha sido muy clara en este sentido en donde hay que privilegiar los derechos humanos y también de desarrollo que es el punto en el que hago énfasis de que si no resolveremos la problemática del desarrollo, lo que vemos son estos resultados y sobre todo reitero en Honduras.
Vamos a seguir en la atención de las personas hasta donde sea posible pero con este parámetro de derechos humanos que es del todo justificado y necesario.
-¿Habrá una crisis?
-Pues puede ser un escenario que prevén, pero no lo vemos. México es una nación muy grande, la inmigración mexicana, aún suponiendo que decidan quedarse en México, que es una probabilidad, la inmigración extranjera en México es menos del 1% del total de la población. Realmente no tiene un peso significativo y estaría muy lejano de algo inmanejable.
-¿Cuántas personas son las que tienen registradas en el frontera sur, a pesar de que es muy difícil contabilizar porque la frontera sur es porosa?
-De manera regular en la frontera sur cada año se tienen 3 millones de movimientos. Esta dinámica va continuar, pero debe formar parte de un proyecto de desarrollo amplio, que vaya desde el sur de México hasta Centroamérica. Ese es el proyecto.
-¿Cuántos migrantes fueron los que ingresaron por caravanas?
-Estamos arriba de 15 mil personas, 15 a 18 mil personas desde octubre de 2018, pueden ser un poco más. En números gruesos podemos estar en los 20 mil.
-¿Cuál es el llamado a los países del triángulo norte y la seguridad que México brinda a los migrantes?
-El gran asunto es desarrollo y hay que fortalecer la cooperación y la colaboración internacional y tomar el tema para atenderlo de manera regional, donde se involucre a Estados Unidos y Honduras en la problemática y esta necesidad urgente. México está trabajando a través de la Cancillería mexicana en el programa desarrollo integral de América del Norte.
Lo que estamos haciendo es procurar la atención básica de migrantes en los caminos, pero el desafío mayor está en el área de Chiapas, en Mapastepec.