La Secretaría de Salud (Ssa) ya no repartirá a los menores de comunidades vulnerables los suplementos alimenticios que entregaba a través del programa Prospera para combatir la desnutrición, debido a que no hay evidencia de que sean efectivos, aseguraron funcionarios del sector.
Estos suplementos formaban parte del componente de salud y nutrición de Prospera y fueron presumidos por el Gobierno pasado como una opción efectiva para promover una mejor nutrición en la población beneficiaria de ese programa.
Sin embargo, Asa Cristina Laurell, subsecretaria de Integración y Desarrollo del Sector Salud, afirmó que al revisar este componente encontraron que dichos suplementos no son adecuados, por lo que ya no se repartirán.
"A partir del análisis que hicimos, pensamos que es totalmente inadecuado ese suplemento alimenticio, de tal manera que se va a eliminar. Se va a entregar lo que está comprado, pero en adelante no se van a usar ese tipo de suplementos", afirmó al participar en el último día del Parlamento Abierto para discutir reformas al sector.
Por su parte, Hugo López Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, explicó que estos suplementos se daban a la población con menores ingresos en centros de salud comunitarios, y rurales, donde hay mayor desnutrición.
Pero afirmó que detectaron que no hay evidencia de que hayan sido efectivos, además de que se adquirían con opacidad.
"Había opacidad administrativa en cómo se adquirían y cómo se distribuían, había grandes dudas sobre el uso real de estos productos y sobre la efectividad que estaban teniendo", sostuvo.
López Gatell dijo que se requiere una acción urgente desde la salud pública para garantizar la nutrición de los niños y de las mujeres embarazadas o en edad reproductiva.
"Los primeros mil días de la vida de un niño o una niña son fundamentales para garantizar su desarrollo integral, particularmente neurológico, y no puede ser que haya un vacío nutricional que los ponga en riesgo, en eso estamos trabajando", agregó.
En su turno, Arturo Perea, coordinador de la Clínica de Obesidad del Instituto Nacional de Pediatría, expuso que, según los avances de la Ensanut 2018, el 33 por ciento de los preescolares y el 25 por ciento de los escolares tiene anemia por deficiencia de hierro; también se preserva en los menores un bajo consumo de hierro, zinc, calcio, vitamina A y D. "Si esto concluye así al final de los datos de la Ensanut 2018, tendremos un retroceso que nos lleva, prácticamente, a 1999", alertó.