No obstante todas las acciones para fortalecer el Programa de Prevención de embarazos entre adolescentes, como ¡Échale Neurona!, en Colima o Morelos, este problema continúa siendo un foco rojo para el país.
De acuerdo con cifras del INEGI, la tasa de fecundidad en niñas y adolescentes de 10 a 17 años, es de 25.5 nacimientos por cada mil mujeres. Coahuila es la entidad con mayor tasa en el país, mientras que la Ciudad de México registra el indicador más bajo con 12.2 nacimientos, en el mismo rango de edad.
Se trata, según explica el diputado de Morena, Manuel Huerta Martínez, de un grave el problema de salud pública que debe incluirse dentro de las cinco prioridades del recién creado Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI).
Hurta Martínez, quien es el secretario de la Comisión de Salud en la Cámara de Diputados, agregó que dado la gravedad de la situación, el tema ya se abordó con el Instituto Nacional de Salud Pública, el año pasado, como uno de los problemas prioritarios a atenderse, junto con el cáncer de mama y el abasto de medicamentos.
“Le puedo decir que está muy alta la natalidad, 70.6 por ciento de las adolescentes en el grupo de 15 a 19 años se han embarazado y 52 por ciento de ellas no tuvieron una adecuada educación, orientación y no utilizaron métodos de anticoncepción. Es muy alto. Solamente 6 por ciento de ellas dijeron que utilizaron anticonceptivos y muy irregularmente”, agregó el legislador.
En entrevista con El Sol de México, refirió, además, que 56 por ciento de las adolescentes tienen una vida sexual activa y han tenido de uno o dos embarazos. Esto –subrayó-es alarmante porque quiere decir que más de la mitad se está embarazando. El problema es muy serio porque no hay futuro para esos niños.
Asimismo, destacó que 49 por ciento de adolescentes de entre 15 y 19 años de edad, desearon no embarazarse, sin embargo, “ocurrió porque ni modo, ya estuvieron en el asunto”.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económica (OCDE), México ocupa el primer lugar en embarazos de adolescentes, y la tasa de muerte materna en jóvenes de 15 a 19 años, es de 12 por ciento, debido, principalmente a abortos provocados.
El embarazo en adolescentes es, además, una de las razones por las que 9 de cada 10 mujeres abandonan la escuela.
En el 2016, en el país se registraron 395 mil 597 nacimientos de madres de entre 9 y 19 años de edad; entre 2010 y 2017, nacieron tres millones 460 mil niños cuyas madres tenían 19 años y menos, lo que supone un promedio anual de 432 mil 742 nacimientos.
“Lo que podemos decir de estas cifras tan alarmantes, que son focos rojos, es que la política de regímenes anteriores en salud, no hubo monitoreo de lo que se llama Salud Sexual y Reproductiva”, agregó en la entrevista el diputado Huerta Martínez, quien considera “conservadoras” estas cifras. “Lamentablemente, van en aumento”, subrayó.
Consideró que lo primero que debe hacerse es revalorar el programa de salud sexual, meterle más presupuesto, “porque se requiere de recursos humanos que atiendan esta problemática en los hospitales de todo el país”.
“Tenemos que ver qué hacer porque el diagnóstico ya está hecho. Constatar sí en cada hospital no existe este departamento de Salud Sexual y Reproductiva, hay que inyectarle presupuesto y echarlo a andar y apuntalar al INSABI en la instrumentación legal de los programas en la materia”, destacó.
¿Entonces, este problema debe incluirse en el INSABI?, se le preguntó
“Es parte de la canasta básica de servicios de salud y urge ponerle mucha atención. Sí se debe incluir. Es uno de los cinco temas prioritarios, para que la máquina aceitadita de salud funcione y que la gente vea que se está trabajando”, respondió.
Advirtió, asimismo, que sí los indicadores no cambian, seguiremos en las mismas cifras de la OCDE y de la calificación internacional.
METAS DEL ENAPEA
Según la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA) donde converge el trabajo de 16 dependencias del gobierno federal y organizaciones de la sociedad civil, organismos internacionales, expertos y académicos, el embarazo en adolescentes tiene muchos efectos negativos.
Afecta negativamente la salud de las madres a edad prematura, su permanencia en las escuelas, sus ingresos presentes y futuros, el acceso a la recreación, sus actividades sociales y laborales y su desarrollo como personas.
Además, tener relaciones sexuales sin protección implica un riesgo permanente de adquirir enfermedades de transmisión sexual.
Las metas del ENAPEA son reducir a cero los nacimientos en niñas de 10 a 14 años y en 50 por ciento la tasa de fecundidad de las adolescentes de 15 a 19 años, para el año 2030.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), 46 por ciento de las mujeres de 12 años y más que declararon tener al menos un hijo vivo, se encontraban en situación de pobreza y 20 por ciento en condiciones de pobreza extrema.