Monitorear y mantener el registro de la glucosa en sangre, así como dar seguimiento a los tratamientos para el control de la diabetes han sido de los mayores retos en medio de la epidemia de Covid-19 ante el temor de asistir a los hospitales, a lo que se suma caminar poco, comer más, así como la depresión y no dormir bien hacen esperar una “ola de enfermedades crónicas y nuevos diabéticos en México, aseguran especialistas.
Se estima que a los 1.1 millones de mexicanos que en el último año se diagnosticaron y no siguieron un tratamiento se suman aquellos que tendrán un retraso en el diagnóstico por no acudir a los centros hospitalarios, por lo que se le considera como un “problema de salud pública preocupante”.
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En México se estima que son 8.6 millones de mexicanos los que viven con la enfermedad, pero se advierte que hay un número equivalente que ha desarrollado ese padecimiento y muestran factores de riesgo asociados como obesidad, sobrepeso, lípidos elevados, sed, visión borrosa, acuden a orinar de forma constante y adormecimiento de pies y manos, entre otros.
Al conmemorarse el Día Mundial de la Diabetes, Jennifer Litaker, educadora en diabetes del Hospital Houston Methodist, asegura que en nuestro país cerca de 8.6 millones de personas viven con diabetes y “se calcula que aproximadamente la misma cantidad de gente viven con la condición y lo desconocen, lo que en muchos casos complica el control de la enfermedad”.
A pesar de que no existe cura para la diabetes, ésta puede ser manejada con éxito, si te decides a trabajar en conjunto con tu médico.
“Trabajar con tus médicos y educadores en diabetes te ayudará a controlar eficazmente la enfermedad, prevenir complicaciones graves y mantenerte al día con los avances en el tratamiento,” explicó.
Humberto Medina, jefe del área médica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) afirmó que la diabetes es en nuestro país un problema de salud pública preocupante” por el nivel de prevalencia al que ha llegado.
Explicó que la situación de confinamiento a consecuencia de Covid-19 ha provocado que cada día que pasa las personas tienen mayor grado de depresión, ansiedad, de insomnio y problemas de salud mental que repercute en las personas que tienen diabetes y contribuya a un peor control de sus niveles de glucosa por caminar poco y comer más.
La ansiedad y la depresión provoca que el gusto por alimentos de alto contenido calórico como puede ser panes, harinas, chocolates, refrescos no ayudan al control.
Mientras que, por otro lado, la petición de Quédate en casa para evitar el contagio en la epidemia ha provocado que los adultos mayores, que son el grueso de la población que tiene diabetes, a la concentración de glucosa se suma el que se vayan atrofiando los músculos y tengan pérdida de su capacidad funcional o movilidad.
En consecuencia “se espera un impacto, una ola en donde se pueda incrementar la cantidad de diagnóstico y el empeoramiento de la enfermedad. Es esperado que haya una repercusión en los pacientes enfermos con diabetes que no se están atendiendo adecuadamente porque no están yendo a consultas”.
La otra consecuencia es en las personas que se estaban detectando de manera oportuna, temprana, en las estrategias de Prevenimss, de Chécate, Mídete y Muévete, “eso se ha retardado porque las unidades se volcaron a atender Covid-19 o están híbridas”.
María elena Sañudo directora Médica de Sanofi México, quien es especialista en diabetes y metabolismo por el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, aseguró que esa enfermedad no es “solo una cifra de glucosa”
Comentó que a fin de identificar a quienes están en situación de riesgo las personas deben asumir medidas de prevención como mantener el peso, realizar una alimentación adecuada, estar alertas a partir de los 45 años, ser obesos, sedentarios y tener otras enfermedades como hipertensión, lípidos o enfermedad cardiovascular y antecedentes de familiares con la misma enfermedad para poder asistir al médico.
La especialista coincide en la necesidad de dar seguimiento a los tratamientos y que en medio de Covid-19 asistan a acudir a vacunarse en contra de influenza, dado que se han convertido en una población de alto riesgo.
Dijo que no suspender el tratamiento también es un aspecto central entre quienes ya fueron diagnosticados, además de mantener nivel de glucosa, con un plan de alimentación indicada, la práctica de ejercicio, pero central es quedarse en casa y usar cubrebocas para evitar el contagio.
La especialista estimó que en función de las encuestas de salud en nuestro país existen cifras que señalan que 50 por ciento de pacientes que tienen la enfermedad no están diagnosticados. Eso significa que alrededor de 300 mil personas se suman cada año a las filas de la diabetes