En el ámbito laboral, el escenario para las mujeres en México es de riesgo e importante retroceso en los avances en materia de equidad de género. En enero 2021, eran 5.7 millones las mujeres desempleadas y con escasas posibilidades para incorporarse al mercado laboral, de acuerdo al INEGI.
Para los sectores de servicios que fueron de los más impactados, se registró un 65% de mujeres en riesgo laboral alto contra un 44% de la población masculina en esta situación.
La pandemia generó un retroceso de dos lustros en la participación económica de las mujeres, de acuerdo a la CEPAL. El progreso que se alcanzó en materia de equidad en los últimos 50 años podría borrarse.
Y sí en México no se implementan los principios básicos de inclusión de las mujeres en la Agenda gubernamental, el PIB en 2030 sólo sería 5% mayor. El reto es incorporar a 8.2 millones de mujeres a la población económicamente activa (PEA) para alcanzar un Producto Interno Bruto 15% por encima de 2020, comentó Armando Leñero, presidente del Centro de Estudios del Empleo Formal (CEEF).
Ante el incremento en los niveles de ansiedad y la sobrecarga emocional, las mujeres viven hoy día el dilema de limitar su desarrollo e incluso elegir opciones laborales informales para cumplir con las responsabilidades en el hogar.
Así lo manifestó Ivonne Vargas, asociada del CEEF para el Capital Humano, quien en entrevista, refirió que la mujer se siente imposibilitada para balancear los compromisos laborales y de vida personal, situación que no es nueva, pero que se acentúo con la pandemia del Covid-19.
De acuerdo con estimaciones internacionales, hasta 2 millones de mujeres consideran renunciar a su experiencia laboral, en buena medida por el incremento en las tareas domésticas, cuidado de los niños y el hecho de estar sobre ofertadas en las industrias con mayor impacto por la pandemia, como los servicios.
Sostuvo que las madres tienen hasta tres veces más posibilidades que los padres de responsabilizarse de las tareas en el hogar y del cuidado de familiares enfermos bajo el actual fenómeno de salud, de acuerdo a datos del Informe Women in the Workplace 2020.
Consideró que desde el CEEF, uno de los mayores desafíos para las empresas es tener una mirada más cercana a los retos que viven las mujeres, entre otros, el tener la oportunidad de contar con un mentor o una persona que les apoye para impulsar sus carreras profesionales.
También recibir ayuda para integrarse a redes de apoyo de mujeres y capacitarse en áreas de trabajo, con una mejor salida laboral.
“Esto representa un aprendizaje que las organizaciones empresariales deben impulsar en estos momentos”, subrayó la experta en Capital Humano.
Detalla que si bien la pandemia millones de hombres y mujeres perdieron su empleo, son las mujeres las que se ven obligadas a renunciar a su desarrollo profesional, ya que aumenta 1.5% las posibilidades de que ellas renuncien a su trabajo por falta de apoyo en las empresas donde laboran.
Advirtió que sí un mayor porcentaje de la población femenina se siente obligada a dejar su empresa por falta de políticas de apoyo, “terminaremos con menos mujeres líderes y en camino de no ser ejemplo para otras profesionales en el futuro”.
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Ivonne Vargas refirió que en mayo del año pasado se tuvo la caída más grave de la tasa de participación laboral femenina en comparación con los hombres. Para ellas fue de apenas del 35.3%; para ellos, de 61.1%.
Y en septiembre del año pasado, la diferencia fue de 40.2% para las mujeres, contra 72.7% de los varones.
Para el señor Leñero, para que cada vez sean más las mujeres en el mercado laboral, el gobierno necesita empezar brindarles desde los cuidados infantiles: educación, alimentación y salud así como formular políticas y acciones para que el sector privado fomente la inversión mediante proyectos que incluyan a más mexicanas.