CHIHUAHUA.- El calvario para los jóvenes mexicanos explotados laboralmente en Eilat, Israel, comenzó desde que entraron a los departamentos donde vivirían durante todo un año, al encontrarlos llenos de basura, con alfombras sucias, baños llenos de hongos y mobiliario destrozado.
Los nervios por el viaje estaban a flor de piel, porque luego de un apresurado trámite de pasaportes; entrega de documentos a la Universidad Autónoma de Chihuahua, que a su vez los enviaba a la empresa; solicitud de visas, y compra de vuelos, comenzaron a hacer las maletas para viajar a la ciudad que los que los recibiría por un año entero.
Dennis Ivonne Arjona, Edgar Adrián Caballero, Mario Alberto Duarte, Vianney García, Paola Hernández, Michell Lozano, Roberto Abraham Pretalia y Dania Silva salieron a la Ciudad de México el pasado 2 de febrero y ahí durmieron una noche en espera de la salida del vuelo que los trasladaría hasta Múnich, Alemania, y de ahí, rumbo a la ciudad de Tel Aviv, Israel.
Cuando llegaron a Eilat, conocieron el campus que tiene la universidad de Ben- Gurion en este lugar, les dieron un recorrido por las instalaciones, muy bonitas señalan.
Pero todo cambió cuando llegaron a los departamentos donde iban a vivir, relató una estudiante que sólo estuvo una semana y decidió regresar a México.
Los dormitorios se ubican justo frente al hotel donde realizarían sus “prácticas profesionales”, y al abrir la puerta se toparon con un verdadero muladar, empezando con el mobiliario totalmente destruido, las puertas de los baños en las mismas condiciones y el ventanal de la terraza quebrado.
“El trato del personal era malo, había muchos rusos, por lo tanto no teníamos como comunicarnos y entendíamos a señas lo que teníamos que hacer. Nos trataban mal, nos gritaban por la impotencia de no tener un idioma por el cual pudiéramos conversar. No hablaban inglés, y nosotros no hablamos ruso ni hebreo”, expresó una de las estudiantes.
Fueron pocas las veces que pudieron comunicarse con sus padres, porque el único lugar con internet era el hotel y desde su arribo únicamente trabajaban. Las jornadas laborales comenzaban, para unos, desde las seis de la mañana hasta las tres de la tarde, y en ocasiones se alargaba hasta las 12; otros entraban a las 8:00 horas, salían a la una de la tarde a comer y regresaban de siete a 11 de la noche.
DE VÍCTIMAS A ACUSADOS
De víctimas, los 15 mexicanos estudiantes de posgrado en Israel, detenidos por las autoridades migratorias, pasaron a acusados.
Es una situación un poco complicada, porque ellos fueron afectados por esta situación, afirmó el embajador de México en Israel, Pablo Macedo Riba. “Ellos no violaron su estatuto migratorio.
Los obligaron a violarlo ofreciéndoles empleo y dinero. Es la situación que hemos hecho ver a las autoridades”, precisó.
Los estudiantes mexicanos serán llevados mañana a juicio, donde se les determinara su situación.