La entrega de apoyos económicos no garantiza el acceso de los derechos sociales, por lo que estos programas deberían ser temporales y el Gobierno federal debe enfocarse en la instauración de un sistema de protección social universal, concluyó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
“Si bien existe una clara intención del Gobierno federal para construir un sistema de bienestar universal que atienda de manera integral los derechos humanos, los programas que lo conforman han tendido a enfocarse en las transferencias drectas de apoyos económicos más que en la prevención, mitigación y atención de dichos riesgos que limitan el acceso a derechos”, señala dice el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2020 elaborado por la institución.
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El documento reconoce que los programas del presidente Andrés Manuel López Obrador priorizan a personas en situación de pobreza a través de apoyos directos sin intermediarios, pero estos “no atienden en su totalidad los riesgos que enfrentan las personas en sus distintas etapas de vida”.
Coneval identificó que los Programas Integrales de Bienestar no cubren la totalidad de los riesgos que se asocian a una o más etapas de la vida de las personas, las cuales son la niñez, adolescencia, adultez y la vejez.
En específico, indica que en los programas asociados con la atención a los riesgos de la niñez “no es posible asegurar que los apoyos económicos de estos grupos sean suficientes ni que se utilicen para atender las necesidades específicas de este sector”. O en el caso de la población adulta, si bien existen intervenciones relacionadas con el desempleo o discapacidad, “algunas poblaciones quedan fuera de los apoyos que otorgan” y no se identifican las que corresponden a los riesgos asociados con la atención médica.
“Se resalta la necesidad de instauración de un sistema de protección social universal, que permita mitigar los riesgos asociados a las etapas de vida y a contextos de emergencia, como el que atraviesa el mundo en la actualidad. Lo anterior debido a que, aunque las transferencias monetarias que son necesarias, dados los cambios que la pandemia ha ocasionado, es indispensable considerarlas como medidas temporales e impulsar otras de carácter estructural”, dice el documento.
Sólo en el caso de las personas mayores, el Coneval identificó que el programa Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores contempla la mejora de calidad de vida de este grupo, mismo que se vincula con la atención al riesgo por inactividad laboral y seguridad en el ingreso, pero “no fue posible identificar programas que cubran riesgos por enfermedad o discapacidad”, señaló durante la presentación del Informe José Nabor Cruz Marcelo, secretario ejecutivo del organismo público.
Al respecto Alexandra Hass Paciud, directora ejecutiva de Oxfam México, señaló que de acuerdo con un estudio de su organización publicado el año anterior, aunque hubo mejoras en asistencia escolar y manejo de enfermedades, los programas de transferencias actuales no incluyen a todos los grupos afectados por el Covid-19, como las y los trabajadores urbanos que viven al día.
“Se necesita mayor articulación para cubrir a las personas en todo el ciclo de vida”, reafirmó. En ese sentido señaló que el problema es estructural, “porque hay una fragmentación de servicios de salud y protección social”, diseño que amplía las brechas de desigualdad “porque está basado en una concepción patriarcal y anacrónica de la familia”, dijo.
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