Estoy convencida de que realicé un buen trabajo

La exdirectora del Foro Consultivo Científico y Tecnológico hace un llamado urgente al diálogo, porque a México le hace falta conciliación y unidad de esfuerzos

Nurit Martínez | El Sol de México

  · viernes 21 de enero de 2022

Tagüeña afirma que es importante poner la ciencia por sobre las decisiones personales / Ilustración: Alejandro Oyervides

Al iniciar este 2022, Julia Tagüeña, al igual que otros 30 científicos, confía en las pruebas que aportó ante un juez sobre su inocencia y ahora espera que se dicte el cierre del expediente que abrió el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ante la Fiscalía General de la República (FGR) por peculado, uso ilícito de atribuciones, operaciones con recursos de procedencia ilícita y delincuencia organizada.

La exdirectora del Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT) –instancia encargada de analizar el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación en el país– aún no entiende el acoso del Gobierno federal a los científicos. Considera que “por naturaleza somos críticos y cuestionadores, pero eso es justamente lo que requiere una democracia. Claro que la crítica debe de estar acompañada con tolerancia, puesto que sin duda pensamos muchas veces diferente”.

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Por ello, plantea la necesidad de convocar de forma urgente a un “diálogo porque a México le hace falta conciliación y unidad de esfuerzos”.

Mientras en México la investigadora comparecía ante las autoridades para conocer de las acusaciones, la comunidad internacional la reconoció con The Public Understanding and Popularization of Science Award 2021, otorgado por The World Academy of Sciences (TWAS), Latin American and Caribbean Regional Partner, en noviembre del año pasado.

A ellos les agradece el apoyo, “las muestras de solidaridad que recibí en lo particular y que, en general, recibimos todos los involucrados en el tema de los 31 científicos. Esta gran respuesta tanto nacional como internacional es la gran motivación para nuestro ánimo y esperanza de pronta resolución final”.

Ella creció en una familia donde la ciencia era algo importante y divertido. “Mi padre estudió física y después medicina. Mi madre, que había estudiado filosofía y letras, también estaba muy interesada en la ciencia y los temas científicos eran la charla habitual de sobremesa”. Era una familia donde sabían que la educación es la única riqueza real, “lo único que llevas contigo si tienes que emigrar”, como ellos lo hicieron desde la entonces Checoslovaquia.

Así, su hermana y ella estudiaron física en la Facultad de Ciencias de la UNAM y más tarde, con apoyo de una beca del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), estudió el doctorado en la Universidad de Oxford.

A su regreso al país se incorporó a la UNAM, lo cual ha sido “maravilloso para desarrollar una carrera científica. Así, he podido dedicarme tanto a la docencia, como a la investigación y a la divulgación de la ciencia” como retribución al sueño que se hizo posible en la educación pública, cuenta.

A lo largo de su trayectoria en la ciencia en nuestro país participó en numerosas comisiones y jurados honorarios. Recibió la Presea Tlacaélel 2001 en la categoría Desarrollo Científico, pero los galardones más significativos han sido por su labor para comunicar la ciencia: el Premio Latinoamericano a la Popularización de la Ciencia y la Tecnología 2017, dado por la RedPOP, el Premio Nacional de Divulgación de la Ciencia Alejandra Jaidar en octubre, 2020 y hace un par de meses el que la academia de ciencias TWAS.

Pero para ella la satisfacción, más que los reconocimientos, “es el placer de que te dedicas a algo que te gusta y la gran felicidad de hacer un descubrimiento, por pequeño que sea. Entender un fenómeno de la naturaleza y poder aportar un dato más al conocimiento es invaluable”.

En lo que se refiere a divulgación de la ciencia, cuenta con más de 70 publicaciones y dos libros en esta área. Diseñó y supervisó la construcción de la sala de Energía de Universum, hace casi veinte años.

Como directora General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM fue responsable del diseño y la construcción del Museos Chiapas de Ciencia y Tecnología, en Tuxtla Gutiérrez, inaugurado en octubre de 2006.

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Después de ocupar cargos administrativos en la UNAM aceptó la dirección adjunta de Desarrollo Científico en el Conacyt, de lo cual afirma: “Estoy convencida de que realicé un buen trabajo, sobre todo porque conté con un gran equipo. Gran parte de ellos personal muy conocedor de la metodología necesaria para llevar con eficiencia sus programas. Además, las decisiones se tomaban con base en las comisiones evaluadoras que son absolutamente clave para que se desarrolle la ciencia en libertad, pero con altos criterios de calidad”.

Dice que su intención fue siempre “apoyar, nunca dejé de contestar solicitudes, aunque desde luego no todas se podían resolver, ni de recibir a quien quisiera verme. Siempre lo consideré algo temporal, como una especie de pago a lo recibido, pues fue un trabajo muy demandante y agotador. Claro que nunca imaginé que tuviera ninguna consecuencia negativa”.

Después de su paso por el Consejo y las acciones que emprendió la actual administración en su contra, Tagüeña asegura que “un país necesita de ciencia y de científicos para desarrollarse correctamente. No sólo un país, el mundo necesita de ciencia, lo han demostrado claramente el tema de la pandemia de Covid-19 y el tema del cambio climático, por dar un par de ejemplos”.

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Considera que sólo la ciencia no puede dar las respuestas a los problemas de un país, “tiene que haber siempre ética y respeto a los derechos humanos, junto con investigación científica libre. Sin ciencia un país no tiene futuro”.

De la investigación en su contra y otra treintena de investigadores señala que “ha habido mala información al respecto y que todavía estamos a tiempo de rectificar. Yo llamaría urgentemente a un diálogo porque a México le hace falta conciliación y unidad de esfuerzos. Es muy importante poner a la ciencia sobre las decisiones personales, debe de ser un proceso colaborativo que escuche a las diferentes voces”.