Este domingo 19 de marzo murió la periodista Catalina Noriega, especializada en opinión política desde más de 50 años, quien ocupara importantes espacios de análisis en la radio, la televisión y por más de 40 años en las páginas de El Sol de México.
Crítica ácida de los gobernantes en turno, nunca dejó de analizar al poder y a quienes lo ostentaron desde hace ocho sexenios, siempre desde una ética personal de distanciamiento con los políticos.
No se puede ser amigo de quienes críticas, ni te puedes dejar linsonjear con chayotes o prebendasCatalina Noriega
Cuchillito de palo, la columna de Catalina Noriega. Lee su última colaboración en El Sol de México
Aun con tal postura ante su profesión, Catalina fue respetada por los políticos de todos los partidos y los medios siempre le abrieron espacios de manera ininterrumpida.
De prosa incendiaria, Catalina no dejó nunca de reconocer cuando alguien hacía bien su trabajo, aunque estaba más cómoda en la oposición.
“Ellos (los políticos) siempre tendrán forma de dar a conocer sus logros, así que en realidad no lo necesitan a uno, que más bien tenemos que ser como esa conciencia que les señale sus errores…”.
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Desde López Portillo, a quien fustigó por la nacionalización bancaria, pasando por Carlos Salinas de Gortari a quien criticaba su tecnocracia, y hasta el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, a quien consideraba no sólo un mal gobernante sino alguien peligroso para la democracia mexicana, Catalina dejo constancia de su lucidez hasta el último día de su vida.
Su voz gruesa y contundente se dejó escuchar por décadas en programas de Radio Centro, junto a periodistas como Paco Prieto, Héctor Martínez Serrano, Nino Canún y Tomas Mojarro, entre otros. Después en varias emisiones en Canal 13, cuando era parte de Imevisión, y finalmente en Canal Once, donde condujo varios programas de análisis político, junto con la periodista Pilar Ferreira.
La periodista Pilar Ferreira, quien trabajó con ella en Organización Editorial Mexicana y en Canal 11 y quien fue quizá una de las últimas en estar en contacto con ella nos dice:
“Nos reuníamos una vez cada dos semanas, para comer y una sopita”, siempre tenía perlas de sabiduría, acumuladas de todas sus experiencias.
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Su columna, Cuchillito de Palo, no concedía, siempre fue crítica, muy claridosa “no se andaba con lo políticamente correcto, le decía al pan pan y al vino vino”.
Su risa era sin reservas, carcajadas particulares que resonaban. “Se reía echando la cabeza para atrás, se reía con los ojos, se reía con todo”.
“Tenía muy buen sentido del humor, decía que sin el humor nada tenía sentido. Con el poder siempre estuvo más o menos peleada, no concedía, no importaba el color del partido en turno.
“Yo la conocía desde hace 20 años, dice Ferreira, mucho de su trayectoria en radio, con Nino Canún. Al final coincidimos en Canal 11, en el programa Entre Mitos y Realidades, pero ese programa se canceló durante la pandemia
“Llegó a Organización Editorial Mexicana donde don Mario Vázquez Raña siempre la recibió con respeto y cariño. Era guapísima y tenía una prestancia, caminaba con clase, donde entran se hace notar. A López Obrador le decía El Tlatoani”.
Fue precisamente en El Sol de México donde publicó su último Cuchillito el sábado pasado, 18 de marzo, criticando la concentración convocada por Morena con motivo de la expropiación petrolera, aunque lo hizo de manera ininterrumpida desde hacía más 40 años en estas páginas, siempre los miércoles y sábados.
Sus exequias se realizan en el velatorio de la Ciudad de México en Gayosso Sullivan y este martes habrá una misa, cuyo horario será a dado a conocer pronto.