Al cumplirse el quinto día de la toma del edificio de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), colectivos feministas y familiares de víctimas de feminicidio sacaron a la calle los expedientes de casos de personas desaparecidas y víctimas de algún delito, y cancelaron la posibilidad de entablar un dialogo con autoridad alguna.
El grupo de mujeres que tiene tomado el edificio desde donde despachaba la Ombudsman Nacional, Rosario Piedra Ibarra, y que pertenece a “Ni una Menos”, sacaron los expedientes en cajas con el logotipo de la CNDH, afirmando que con esto atienden el llamado que hizo Piedra Ibarra que los conmino a no estropear el inmobiliario y permitir que personal entre por los expedientes.
A partir de que Piedra Ibarra tomo posesión de la CNDH, decidió trasladar sus oficinas de Periférico al edificio colonial de la calle de Cuba 60 en el Centro Histórico, por lo que todos los expedientes de los casos que la comisión tiene en reserva y que datan de muchos años, quedaron en manos del grupo de feministas que desde el pasado 3 de septiembre tomaron las instalaciones.
El argumento de las feministas es que debido a que autoridades de la CNDH no acudieron a recuperar sus papeles, las sacaron del edificio y las colocaron en dos mesas de madera.
Poco antes, una comitiva conformada por personal de la comisión, se acercó al colectivo para tratar de entablar un dialogo que permitirá establecer una ruta de pacificación, pero no fue posible, por lo que prácticamente fueron corridos del lugar.
Entre los documentos que fueron lanzados a la calle, se encuentra expedientes de víctimas, cartas y otros archivos.
En tanto, al interior de la CNDH, se encuentran aún un grupo de al menos siete mujeres que formaban parte de las 15 mujeres que iniciaron el movimiento. Señalan que no se moverán de ahí hasta que el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas se presenten para iniciar una esa de dialogo.
Por su parte el colectivo “Ni una menos” que mantiene la toma de la sede, consideró que Piedra Ibarra “debe renunciar porque no ha hecho nada” por defender y apoyar a las víctimas de violencia y abusos de derechos humanos.
Marcela Alemán, quien se amarró a una silla en las oficinas de la CNDH para exigir justicia en el caso de su hija Lya, quien fue violada en la escuela hace tres años y medios en San Luis Potosí, ya no está en la comisión. Ante el peligro que corre por haber recibido amenazas de muerte, la Segob la traslado a un lugar seguro.
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