Los recursos del Fondo de Salud para el Bienestar (Fonsabi), que financia 66 intervenciones de padecimientos de alto costo de pacientes del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) —como cáncer, trasplantes, VIH, malformaciones congénitas y/o adquiridas— disminuyeron 44 por ciento en dos años, pasando de 113 mil millones de pesos en 2019 a 64 mil millones en el segundo trimestre de 2021.
Además, la Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal de 2022 pretende disponer de todo el remanente del fideicomiso para la adquisición de vacunas, la atención de Covid-19 y el fortalecimiento de los programas y acciones en materia de salud, lo que representa un riesgo para la atención actual y futura de los pacientes del Insabi, alertó el colectivo Cero Desabasto.
“La propuesta contenida en la LIF 2022 que pretende disponer de todo el remanente resulta preocupante por varias razones. En primer lugar, porque, si bien es necesario atender la pandemia, esto no debe hacerse disponiendo de los recursos que están destinados a cubrir las enfermedades de alto costo de pacientes del Insabi, que no cuentan con un esquema de seguridad social. La disminución sustancial del patrimonio del fondo pone en riesgo la atención actual y futura de pacientes”, expresaron las organizaciones civiles que integran el colectivo mediante un comunicado.
Un 73 por ciento de los ingresos del Fonsabi se usan para financiar las enfermedades caras y así evitar que las familias incurran en gastos catastróficos. Da una cobertura a 68 millones de personas (16 millones más que el Seguro Popular) que no cuentan con seguridad social.
“La gran ventaja de que los recursos estén depositados en un fideicomiso es que éste puede ir acumulando recursos para cubrir sus fines en el largo plazo, evitando que estos tengan que regresar a la Federación año con año”, agregaron las organizaciones.
No obstante, preocupa que los recursos del Fondo se han reducido 44 por ciento debido a tres reformas aprobadas en los dos últimos años “que toparon el monto anual que el Fondo puede gastar y/o acumular —estableciéndose en 32 mil millones de pesos— y permitieron al gobierno disponer del excedente de este monto. De hecho, en dos años, por ley, se ordenó retirar del Fondo hasta 73 mil millones de pesos, etiquetándolos para el Insabi y/o la compra de vacunas de Covid-19, desconociéndose cuánto de ese monto ya se ha erogado”.
Cero Desabasto destacó además que en los últimos dos años el gasto ejercido para financiar enfermedades de alto costo se redujo, pasando de siete mil 715 millones de pesos en 2018 a cinco mil 642 millones en 2020 (una disminución de 27 por ciento), lo que significa que cada vez se realizan menos intervenciones y se dan menos tratamientos a pacientes del Insabi cubiertos con recursos del Fonsabi.