CHIAUTLA, Méx.- Suman más de dos mil “cachorros” salidos del orfanato del padre Sergio Gutiérrez, también conocido como Fray Tormenta, un verdadero héroe que a diferencia de El Santo y Blue Demon no lucha en las películas contra monstruos ficticios, lo hace en la vida real día a día por su religión y los fieles católicos, por rescatar huérfanos de la calle y darles una profesión y un oficio y para ello también se enfrenta en los cuadriláteros profesionales a nivel nacional e internacional.
A sus 74 años, Fray Tormenta oficia en la iglesia de San Antonio Tepatitlán, se pone la máscara en esta ocasión en la misa dominical para las cámaras de El Sol de México; su iglesia está llena e informa a sus feligreses “está un reportero, me va a hacer una entrevista, pero quisiera que se las hiciera a ustedes para que digan si voy bien o no”. De inmediato las muestras de cariño hacía el sacerdote se vuelcan; en la calle lo detienen le ofrecen comida, y mientras platica con los jóvenes les pide que acudan a su escuela de lucha libre, si no quieren ser luchadores al menos les sirve para defenderse en la calle de los peligros, dice.
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De su casa hogar, a través de sus 45 años de sacerdocio, han salido más de dos mil 500 de los que llama sus "cachorros", de ellos tres estudiaron medicina, 16 maestros, un contador público auditor, un contador privado, 20 técnicos en computación, nueve abogados, un sacerdote y como 20 luchadores profesionales entre ellos el Místico, Fray Tormenta Junior, Niño Veloz, Niño Tormenta, Arácnido, Signo de Fuego, entre otros.
Es una gran familia, no todos lo visitan, algunos están en el extranjero, y de sus hijos ya tiene como 700 nietos comenta con cariño a El Sol de México. Ya quedan pocos en la casa, uno de ellos, el Niño Tormenta, se recibe de abogado; “ya estoy para que me cuiden, en dos meses cumplo 74 y sigo luchando, este año lo hice contra La Parca, Virus, Rey Bucanero y Pirata Morgan”.
En Japón y Francia es un héroe, y en la isla nipona Dios le dio respuesta a su pregunta, un milagro me respondió que Dios sí estaba contento con lo que hacía”. Relata el padre Sergio Gutiérrez con la voz entrecortada y lágrimas en los ojos que “estaba en una lucha en Yokohama y me fue mal, me golpearon duro y me arrojaron fuera del cuadrilátero, un niño japonés de unos 12 años fue a ayudarme a levantarme y subir de nuevo al ring, tiempo después en otra visita la familia de ese niño me fue a hacer un agradecimiento por un milagro, no entendía por qué, me explicaron que ese niño era paralítico y ese día se levantó con la fuerza de Dios a ayudarme, entendí que al señor le agradaba lo que hago”.
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Nunca le gustó participar en películas como las de El Santo, Blue Demon y Mil Máscaras, “no era mi onda, pero mi vida sí les gusto para hacer películas”, pero ninguna es fiel representación de ésta, la que más se asemeja, dice, es El Hombre de la Máscara Dorada en Francia estelarizada por Jean Reno, Nacho Libre también, pero no se parece mucho a su historia, platica que le han hecho muchos documentales, algunos de ellos con el Místico y está en pláticas para una nueva película coreana.
“Tuve de compañeros a verdaderos monstruos de la lucha libre al El Santo, a Blue Demon, Huracán Ramírez, éste me descubrió que era sacerdote cuando me avisó que tendríamos lucha en Chiconcuac y se me salió decirle que no podía porque oficiaría misa, luego se encargó de decirle a todos que sí era padrecito y se me armó con el obispo, que me dijo que no era evangélico el luchar, pero cuando le pedí que entonces el obispado cubriera los gastos de mi casa hogar me permitió seguir luchando”.
Su primer pago como luchador fue de 200 pesos hasta que lo descubrieron en el consejo mundial de la lucha libre y lo proyectaron internacionalmente, principalmente en Japón donde junto a Mil Máscaras, Fray Tormenta es uno de los más grandes ídolos.