El Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM) solicitó nueve millones de pesos a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para adquirir juegos modulares infantiles a fin de atender a los niños que residen en cinco unidades habitacionales militares ubicadas en Guerrero y Michoacán.
El dinero, indica la ficha técnica del proyecto publicado en la Cartera de Inversión de Hacienda, se usará para la sustitución de seis columpios, seis resbaladillas y tres subibajas en las unidades habitacionales de Petatlán I y I-B, en Guerrero, y Apatzingán, Morelia I y Morelia II, en Michoacán.
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Los recursos que solicita la Sedena para la compra de los juegos infantiles son mucho mayores en comparación con otras ofertas de juegos modulares con características similares revisadas en línea por este diario, y que muestran valores entre los 50 mil hasta los 300 mil pesos con sets completos.
Ejemplo de ello fue la compra de dos juegos infantiles modulares instalados en el parque Lineal del Malecón de Villahermosa, Tabasco, los cuales tuvieron un costo de 107 mil y 46 mil 736 pesos, según muestra el expediente COTAIP/0023/2021.
Además del costo de adquisición de los equipos, valuado en nueve millones de pesos incluyendo IVA, el ISSFAM prevé también desembolsar anualmente un millón 800 mil pesos para su mantenimiento, en un horizonte de cinco años, se lee en el documento firmado por el director de Vivienda del instituto, Vicealmirante C.G. DEM José Luis Ruiz Gervacio.
En lo que respecta al trazo y nivelación con equipo topográfico –que incluye materiales, mano de obra, equipo y herramienta– el costo es de 175 mil pesos. A esto se agrega el costo del piso de hule EPDM reciclado y aglutinado con resina de poliuretano para absorber el impacto de posibles caídas y resbalones, que es de un millón 191 mil pesos.
La justificación del reemplazo en las unidades habitacionales militares de Petatlán, Apatzingán y Morelia es que se encuentran en mal estado de conservación o clausurados por falta de reparación o porque ya no sirven.
“Los juegos recreativos con los que cuentan (las unidades de Petatlán, Apatzingán y Morelia) tienen 28, 11 y 33 años respectivamente de antigüedad, los cuales se encuentran en su mayoría en mal estado… Los juegos que aún están tienen presencia de óxido y descascaramiento de pintura, así como puntos de soldadura expuesta que pueden causar lesiones a los niños; los pisos en las áreas de juego están cubiertas con gravilla, lo que constituye un peligro para los jóvenes y niños que hacen uso del parque”, detalla el instituto
Advierte también que “se registra una pérdida de interés por los niños hacia los juegos mecánicos tradicionales prefiriendo pasar horas de ocio en internet, además de poner en peligro la integridad física de los menores, hasta la pérdida de la vida, ya que se han registrado dos decesos por las malas condiciones que presentaban los juegos infantiles”.
La dependencia insiste en diversas ocasiones que los niños ya no juegan en los juegos modulares “prefiriendo la utilización de los juegos electrónicos y el encierro, no socializan con los demás niños y no se ejercitan, afectando su desarrollo psicomotriz y psicológico”.
Por otro lado, ante la falta de juegos óptimos al interior de las unidades habitacionales, las familias de los militares deben trasladarse a otros parques a varios kilómetros de distancia para que sus hijos tengan opciones de espacios lúdicos para ejercitarse y recrearse. Lo anterior genera mayores tiempos de traslado y otros gastos adicionales en transporte, por lo que no siempre es una opción.
De acuerdo con el documento, en el caso de las unidades de Petatlán, el parque recreativo más cercano está a tres kilómetros de distancia, lo que implica un traslado en transporte público de 60 minutos –ida y vuelta– y un costo de entrada de 35 pesos por persona.
En el caso de la unidad de Apatzingán, el parque más cercano se localiza a 19.5 kilómetros, con un tiempo de traslado en transporte público de tres horas.
Y en Morelia, el parque más próximo se ubica a ocho kilómetros de las unidades militares, siendo el tiempo de traslado en transporte público de una hora y media.
En promedio, si una familia se trasladara cada fin de semana al parque erogaría al año más de dos mil 600 pesos sólo en entradas, sin considerar los gastos de transporte o alimentación. “Esta medida afecta principalmente a las familias del personal de tropa, quienes son los que menos recursos tienen y esto limita el número de visitas a los parques cercanos”.
Las características físicas de los juegos modulares que requieren las Fuerzas Armadas son de fabricación en acero “limpiado a chorro de arena, triple capa de pintura electrostática horneada para todo tipo de clima, plásticos moldeables de polietileno lineal de baja densidad”, entre otros. Las estructuras y componentes de los juegos infantiles tendrán una vida útil de cinco años.
Con la compra del nuevo equipo, se planea beneficiar a 198 niños en las unidades militares de Petatlán, a 72 en la de Apatzingán y a 237 en las de Morelia, con edades de cinco a 10 años.
El documento muestra que una alternativa de solución podría ser el arrendamiento de bienes, pero se erogaría casi el doble de dinero que si se compraran. Además, las empresas existentes en el mercado nacional dirigen su actividad al arrendamiento sólo de forma temporal o por tiempo determinado, generalmente para fiestas, convenciones, conferencias, exposiciones y ferias, con un costo financiero mensual de aproximadamente 25 por ciento del costo de su valor de adquisición.
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