Para los periodistas Marcel Granier, Cristian Pizarro y Nelson Castro uno de los principales enemigos del periodismo profesional son los gobiernos populistas. Las instituciones populistas que radican en el totalitarismo de las ideas, de la democracia y la información e impiden, por beneficio propio, que se ejerza una libertad de expresión.
En la conversación virtual “El periodismo en el espejo”, con la cual cerró el Foro internacional “Los desafíos de la libertad de expresión”, organizado por la Universidad Autónoma de Guadalajara y la Fundación Internacional para la Libertad, los especialistas coincidieron en que se corre un gran riesgo en América Latina con los gobiernos populistas como el de Venezuela no sólo por sus decisiones económicas y políticas sino porque su control de la información amenaza al periodismo.
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“Aquellas amenazas o intentonas populistas que tienen un origen en las derechas extremas son un gran foco de atención, creo que el periodismo atraviesa un proceso de desafíos y retos tanto en los contenidos se refiere como en la industria de los medios que está asediada en el sentido comercial”, refirió Cristian Pizarro, periodista chileno.
“Los enemigos de la libertad han encontrado nuevas fuerzas, un nuevo impulso que los está haciendo adelantar mucho en su lucha contra la libertad. Todos pensamos que en el siglo XX con la derrota del totalitarismo, la libertad había ganado las batallas, sobre todo con la caída del muro de Berlín, pero la historia nos está diciendo otra cosas con los populismos totalitaristas”, añadió Marcel Granier, abogado y periodista venezolano.
En el mismo sentido, Nelson Castro argumentó que el populismo se vale de herramientas digitales como las redes sociales para difundir información falsa que desacredite el trabajo de las empresas periodísticas, y en esos ataques de desinformación es que encapsula la libertad de expresión y traba el periodismo profesional
“El periodismo profesional es un problema para estos populistas. El periodismo profesional que hoy avanza en las redes ha cambiado el sistema de negocio mientras que el periodismo tradicional somos sujetos de ataques de estos líderes porque lo que se busca es desacreditar el valor del periodismo a través del hostigamiento de las personas. Lo que se busca es destruir porque el periodismo profesional molesta y no puede hacerse por las redes, requiere de un modelo más estable. Por eso el populismo se alimenta de las fake news de las redes y el periodismo profesional de calidad debe contrapoder esas burlas de las democracias de pantomimas”, apuntó Castro.
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A pesar de la crisis financiera de las empresas periodísticas, hoy en manos de empresarios y no periodistas, los tres participantes auguraron un reforzamiento del oficio del reportero a partir del trabajo de jóvenes generaciones y de una desacreditación de las redes sociales como medio de comunicación. En particular, Pizarro refirió que tras la pandemia, los lectores han vuelto a los medios tradicionales luego de que las plataformas digitales han demostrado su falta de seriedad y veracidad en la información.
“El buen periodismo no va morir, tras la pandemia va a salir fortalecido, pues quien ha perdido es el descrédito de las redes sociales y por lo mismo los lectores se voltearon a los medios tradicionales que no significa antiguos, sino los medios serios quienes sí checan cada una de las informaciones que pasan por sus manos, esta coyuntura nos han fortalecido y es una oportunidad que no podemos dejar pasar”, concluyó.