El despliegue de militares se disparó durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, no contrarrestó la violencia en territorio mexicano, ya que el número de homicidios dolosos con arma de fuego no bajó. Contrario a esto se incrementó en distintas entidades del país, de acuerdo con un análisis de datos hecho por El Sol de México.
De acuerdo con las cifras disponibles, los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) que se mantenían en las calles en combate contra la delincuencia organizada durante 2015 apenas sumaban 37 mil 142; para el último año de gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto aumentó a 54 mil 980. Y los que se desplegaron el año pasado fueron 80 mil 210, es decir, un incremento de 45.9 por ciento respecto a los soldados en activo con los que inició el gobierno de la Cuarta Transformación.
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Guanajuato representa perfectamente el fenómeno de más soldados y más violencia. En agosto de 2021 arribaron poco más de mil 900 efectivos para reforzar la seguridad del estado, sobre todo en los municipios de Apaseo el Grande, Celaya, León, Irapuato y Salamanca. En esa fecha sumaron un total de cinco mil 82 en toda la entidad, una cifra mucho mayor a los 225 que estaban desplegados en 2015: concretamente, dos mil 158 por ciento más.
No obstante, lejos de disminuir la violencia, se intensificaron los homicidios dolosos con arma de fuego en un 284 por ciento, al pasar de 600 en 2015 a dos mil 309 al terminar 2021.
En el Estado de México también se disparó el número de militares, pasando de apenas 258 a cuatro mil 27 en el mismo periodo, un aumento de mil 460 por ciento. Sin embargo, los homicidios dolosos con arma de fuego tampoco mostraron un decremento, puesto que en 2015 se registraron mil 251 y en los siguientes años el promedio fue de mil 526.
La capital del país también atraviesa por la misma situación. A mitad de la administración de Miguel Ángel Mancera apenas se mostraban vigilando las calles 386 efectivos y al cierre de su gestión había mil 926. El año pasado, a la mitad del gobierno de Claudia Sheinbaum, ya había tres mil 738 soldados desplegados en la Ciudad de México, un crecimiento de 868 por ciento respecto al dato de 2015. Los asesinatos pasaron de 39 a un total de 5 mil 981 en ese periodo.
Recientemente, el secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, reconoció en una entrevista con Organización Editorial Mexicana la necesidad de contar con personal militar en la capital, no patrullando las calles sino en tareas muy específicas de combate al crimen organizado.
“Creo que los necesitamos para que nos ayuden con investigaciones muy específicas o blancos muy específicos como los que traemos. No, nunca los van a ver patrullando aquí en Cuauhtémoc, eso no, no lo vemos necesario. Nosotros agradecemos mucho el apoyo que nos dan, yo creo que eso, a todas luces se vea que quien está patrullando es el que tiene que patrullar: la policía de la Ciudad de México”.
Baja California es otra de las entidades que enfrentan el mismo fenómeno, al pasar de 539 a mil 927 militares entre 2015 y 2021, un incremento de 257 por ciento. Pero los homicidios crecieron de 497 a mil 560 en el mismo lapso, 213 por ciento más.
Repliegue en Sinaloa
Mientras los soldados se han desplegado exponencialmente en distintos puntos del país, en Sinaloa –la tierra del cártel que lleva el mismo nombre–, la presencia militar ha tenido altibajos. En 2015 había dos mil 395 elementos desplegados, para 2018 fueron tres mil 424.
Luego, con el cambio de poder y la llegada de la Cuatroté, el número de efectivos militares bajó a dos mil 558 en 2019. Para finales de 2021 había tres mil 18.
Fue precisamente en Sinaloa, concretamente en Culiacán, cuando el 17 de octubre de 2019 integrantes del Ejército mexicano capturaron a Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, al que poco después liberaron tras una serie de enfrentamientos y bloqueos de vialidades en la capital de la entidad.
El presidente Andrés Manuel López Obrador defendió la polémica decisión de liberar a Guzmán López, conocida popularmente como el “culiacanazo”, argumentando que evitó pérdida de vidas.
En Durango, otro de los estados que controla el Cártel de Sinaloa, el despliegue de militares se ha mantenido casi intacto, pasando de dos mil 302 elementos a dos mil 356 entre los años 2015 y 2021.
Por otro lado, en Michoacán y Guerrero, otros estados con fuerte presencia del crimen organizado, las Fuerzas Armadas, más que aumentar su presencia, se replegaron. En el primero los efectivos castrenses bajaron de tres mil 379 a dos mil 987 (11 por ciento menos) y en el segundo disminuyeron de cinco mil 71 a cuatro mil 343 (14 por ciento menos).
Lo mismo ocurrió en Nuevo León. A mitad del gobierno de Peña Nieto había mil 961 soldados y para el año pasado patrullaban mil 504 (25 por ciento menos).
Y en San Luis Potosí, el número de efectivos también disminuyó de mil 885 a mil 504 (20 por ciento menos).