Este sábado será la última vez que la mayoría de los mexicanos se preocupen por adelantar o atrasar su reloj una hora antes de ir a dormir, esto luego de que el miércoles el Congreso de la Unión aprobó una reforma constitucional que elimina el horario de verano.
Bajo el supuesto de que existen riesgos a la salud y que el ahorro de energía que se argumentó en 1996 −cuando se estableció por primera vez el horario de verano− es imperceptible para las familias mexicanas, los diputados y senadores acordaron mantener sólo un horario estándar, el de invierno.
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Con esta modificación, como ocurre hoy entre noviembre y marzo, amanecerá y oscurecerá más temprano durante todo el año.
En julio el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó formalmente la iniciativa que hasta entonces sólo había planteado como una posibilidad. Durante su conferencia matutina del 5 de ese mes el mandatario federal anunció que su gobierno enviaría a la Cámara de Diputados la reforma para “eliminar lo del llamado horario de verano”.
¿Por qué eliminar el horario de verano?
Cuando se modificó la hace ley hace 26 años para implementar el cambio de horario, el gobierno del entonces presidente Ernesto Zedillo argumentó que de esta manera se ahorraría más energía y se aprovecharía mejor la luz natural entre marzo y octubre, sin embargo, en la conferencia de prensa del presidente López Obrador, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, aseguró que “el ahorro de energía es muy bajo respecto al consumo total y no hay impacto en el gasto familiar”.
Lo que sumado al “rechazo popular” del 71 por ciento de las personas y los aparentes daños a la salud hizo que el gobierno federal se decantara por su eliminación.
“Los humanos tenemos relojes biológicos que se encargan de regular las funciones de diferentes proteínas y órganos desde la vida fetal. El cambio de hora altera el tiempo de exposición al sol y desequilibra nuestro reloj biológico.
“Por ello, varias sociedades internacionales del sueño aconsejan un horario sin cambios y recomiendan mantener el horario de invierno de forma permanente; en especial, para niños y las personas de edad avanzada, pues el horario de invierno promueve un ritmo biológico más estable que del verano, mejora el rendimiento intelectual y ayuda a disminuir a enfermedades del corazón, obesidad, insomnio y depresión”, explicó el secretario de Salud, Jorge Alcocer.
¿Qué implica la eliminación del horario de verano?
La administración del presidente López Obrador envió la iniciativa el miércoles 6 de julio y tres meses después fue aprobada en la Cámara de Diputados por 445 votos a favor, ocho en contra y 33 abstenciones, y en el Senado de la República por 59 a favor, 25 en contra y 12 abstenciones.
Ayer fue publicada en la edición vespertina del Diario Oficial de la Federación (DOF) y entrará en vigor a partir de la madrugada de este domingo a las 2:00 de la mañana.
Entre sus implicaciones, además de que ya no se atrase o adelante el reloj en el país y de que amanezca y oscurezca más temprano, la reforma establece que existirán cuatro zonas horarias en México.
Estas son la Centro, que impacta a la mayor parte del territorio nacional; la Zona Pacífico, que va retrasado una hora con respecto al Centro, se refiere a Baja California Sur, Sonora, Sinaloa y Nayarit −con excepción del municipio de Bahía de Banderas que se regirá con la Zona Centro−, la Zona Sureste, que comprende a Quintana Roo.
También mantiene la Zona Noreste, con dos horas por detrás de la Zona Centro, para el estado de Baja California y 33 municipios que integran la frontera norte con Estados Unidos, los cuales mantendrán el mismo huso horario con el país vecino debido al intercambio comercial que existe entre dichos territorios.
Los municipios son: Acuña, Allende, Guerrero, Hidalgo, Jiménez, Morelos, Nava, Ocampo, Piedras Negras, Villa Unión y Zaragoza, en el estado de Coahuila; Anáhuac, en Nuevo León; y Nuevo Laredo, Guerrero, Mier, Miguel Alemán, Camargo, Gustavo Díaz Ordaz, Reynosa, Río Bravo, Valle Hermoso y Matamoros, en Tamaulipas.
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“El horario estacional fronterizo norte surtirá efecto desde las dos horas del segundo domingo de marzo, y concluirá a las dos horas del primer domingo de noviembre”, expone la reforma.
Asimismo, según señala el DOF, los municipios y estados pueden regresar o modificar su huso horario si así lo desean, pero para ello la mayoría del congreso local o el Ejecutivo de la entidad debe enviar una iniciativa al Congreso de la Unión y se puedan “realizar foros y/o consultas ciudadanas, a efecto de conocer la zona horaria o el horario estacional que, conforme a la opinión de la ciudadanía, deba aplicarse a la entidad o municipio”.
Después de dicho proceso la solicitud se sometería a consideración de la Secretaría de Gobernación.