En una frontera donde aparte de las altas temperaturas, el ambiente es tenso, de desesperación, en donde se palpa la angustia, el miedo, la desesperanza, el temor por la lentitud del avance de los procesos de asilo y muchos optan por la ilegalidad, desde hace dos meses funcionan los “hoteles filtro”.
Son alojamientos temporales habilitados en Ciudad Juárez y Tijuana para prevenir la propagación del Covid-19 entre la población migrante y las comunidades de acogida. Después de permanecer dos semanas bajo observación de personal médico y de enfermería, las personas sin síntomas, los reciben en los albergues.
En Tijuana el “hotel filtro”, abrió sus puertas el pasado 29 de junio. En Ciudad Juárez, ya tiene 2 meses en operación la iniciativa de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y entidades públicas y de la sociedad civil y personas solidarias que se suman a brindar sus servicios.
“Aunque sea por unos días, es el lugar para “quedarse en casa” que recomiendan las autoridades sanitarias. Aquí en medio de la desolación, hay una respuesta para familias completas, para mujeres embarazadas, para niños, para hombres solos”, refiere doña Rosa Mani, coordinadora del “hotel filtro” en Ciudad Juárez.
Ante una situación muy difícil en las ciudades fronterizas porque los albergues están cerrados por la pandemia, para Jessica Tapia, quien coordina el “hotel filtro”, en Tijuana “es muy gratificante el trabajo que se brinda, porque atendemos a migrantes que esperan para una solicitud de asilo en los Estados Unidos”.
Con cuatro familias de huéspedes de Honduras, Venezuela, Guatemala, Bangladesh y dos mexicanos desplazados internos, justo este lunes festejaron el cumpleaños número 4 de un niño hondureño Erick, con pastel, mañanitas y todo.
“Son las recompensas. Es muy grato ver las caritas sonrientes. Y tenemos seis pequeños y solo uno tiene 10 años”.
Y también la solidaridad de profesionales, como el médico Junior Astrel, haitiano de origen quien llegó hace un lustro a Tijuana, en calidad de migrante y hoy ofrece sus servicios profesionales a los que buscan cruzar la línea fronteriza norte.
“Damos lo mejor de nosotros. Estoy contento de estar aquí. Ya soy mexicano, Me gusta el chile y la tortilla, como a todos. Y tengo una hija mexicana. Está por cumplir 4 años y habla como mexicana, a mucho orgullo. Toda ella es mexicana”, dijo este médico quien es parte del grupo que atienden a los huéspedes en el “hotel filtro”, junto con otra doctora y enfermera mexicanas, otras dos: una de Haití y otra de Camerún, esperan respuesta a su solicitud de asilo.
Los dos “hoteles filtro”, cuentan con el apoyo de alrededor de 30 instituciones en cada ciudad. Se incluyen autoridades, empresas privadas, organizaciones internacionales y la sociedad civil, comenta Alex Rigol, coordinador de la oficina de la OIM, en Ciudad Juárez.
Entre las personas atendidas están 4 mujeres embarazadas; 12 bebes entre 0 y 2 años; 32 niños entre 3 y 11 años: 15 adolescentes entre 12 y 17 años. En total 157 personas ingresadas: 75 hombres y 71 mujeres y 11 más se identificaron como LGBT.
Sus nacionalidades por mayoría de personas son de Honduras 41; de Guatemala, 33; El Salvador, 27; 23, mexicanos; 8 de Cuba; 7 de Brasil; 6 de Nicaragua y otros 6 de Venezuela; 4 de Ecuador; y uno de Costa Rica y otra de Colombia.
“El número ya aumentó. Suman ya 170 las personas atendidas aquí en Juárez”, comentó en entrevista.
A todas las personas que se acogen a esta iniciativa se les brinda atención integral. Se les atiende psicológicamente y reciben atención especial médica, psicosocial, en salud reproductiva y apoyo legal con abogados.
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