Los bomberos en California combaten varios incendios forestales que han destruido casas y obligado a la evacuación de miles de personas, mientras que otros focos del otro lado de la frontera, en Baja California, dejaron tres muertos y graves daños.
En California, miles de personas recibieron la orden de abandonar su casa debido al llamado incendio Tick, cerca de Santa Clarita, que ha arrasado casi mil 618 hectáreas y estaba controlado en apenas 10% la noche del viernes.
El incendio obligó al cierre de todas las escuelas de la zona, así como de la autopista Tijuana-Ensenada.
Nuevas evacuaciones se ordenaron en la zona a primera hora del viernes luego de que el fuego siguiera extendiéndose durante la noche, impulsado por los llamados vientos de Santa Ana, que soplaban a 105 km/h.
Unos mil 325 bomberos apoyados por aviones y helicópteros cisterna luchaban contra las llamas que amenazaban a unas 10 mil construcciones, dijeron las autoridades.
Seis hogares fueron destruidos por las llamas, dijo el jefe de los bomberos del condado de Los Ángeles, Daryl Osby.
En México, intensos incendios en Baja California dejaron tres muertos y más de 150 viviendas destruidas, informaron autoridades locales.
El director de Protección Civil de Baja California, Antonio Rosquillas, detalló que el mayor problema se generó durante la madrugada en el municipio de Tecate, fronterizo con Estados Unidos, donde dos personas perecieron atrapadas por el fuego.
En Tijuana, fronteriza con San Diego, los bomberos tuvieron a lo largo de la jornada más de 140 intervenciones ante la voracidad del fuego.
18 millones de personas en alerta roja
Una serie de incendios se desataron en el sur de California esta semana, alimentados por las temperaturas superiores a los 30 grados centígrados y muy baja humedad.
Una alerta roja fue emitida el viernes por condiciones propensas para incendios en un área en la que viven 18 millones de personas.
Otros cuatro incendios forestales se desataron en la parte norte del estado. El más serio, el Kincaid, estalló a última hora del miércoles en la región vinícola de Sonoma, lo que también provocó evacuaciones.
El Servicio Meteorológico Nacional advirtió que la velocidad del viento disminuiría el viernes de tarde, pero volverá a aumentar hacia el domingo y el lunes en la parte sur de California.
"Parece que viene otro Santa Ana", dijo el meteorólogo Eric Boldt a la AFP. "Ahora mismo, esperamos vientos de fuerza moderada (domingo y lunes), nada parecido a lo que estamos experimentando ahora mismo".
No obstante, advirtió que las condiciones "críticamente secas" con poca humedad podría detonar grandes y peligrosos incendios.
El alto riesgo de incendios ha obligado a cortes preventivos de energía a miles de usuarios e impulsado al gobernador Gavin Newsom a declarar estado de emergencia en los condados de Sonoma y Los Ángeles.
Newsom visitó el viernes las áreas afectadas por Kincaid, que se extendió a poco más de 8 mil 900 hectáreas y está controlado en solo 5%.
El fuego, que arde en terrenos remotos y escarpados, ha destruido casi 50 estructuras y obligó a evacuar la comunidad de Geyserville y sus viñedos cercanos.
Newsom dijo a los periodistas que el área parecía una "zona de guerra", con casas y vehículos destruidos.
Los residentes afirmaron que apenas tuvieron tiempo de recoger sus pertenencias cuando el feroz incendio se acercó a sus hogares.
"No podía creer lo que vimos"
"Miramos la colina y no podíamos creer lo que vimos", dijo el dueño del rancho Dwight Monson, de 68 años, a Los Angeles Times, contando que el fuego avanzó 23 kilómetros en cinco horas antes de destruir cuatro casas y un granero en su propiedad.
La compañía de servicios públicos más grande del estado, Pacific Gas & Electric Co., advirtió que millones de personas podrían verse privadas de suministro eléctrico durante el fin de semana dado el alto riesgo de incendio.
La compañía ha sido objeto de una intensa vigilancia después de informar el jueves que algunas de las líneas de transmisión de alto voltaje del condado de Sonoma todavía estaban funcionando cuando se produjo el incendio.
El mismo tipo de equipos fue responsable del incendio forestal más mortal del estado, el Camp Fire, que en 2018 mató a 86 personas.
PG&E, que se declaró en bancarrota a principios de este año, ha sido responsabilizada de varios otros incendios en el estado en los últimos años.