Jazz Bustamante, es una activista trans y defensora de derechos humanos del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra personas LGBT; y recuerda que acudió por su voluntad a un templo evangelista donde padeció toda clase de exorcismo, “hasta que dije basta, me están haciendo sentir enferma, eso afecto mi autoestima’’.
Cuenta que ahora ya no le llaman curar la homosexualidad y la transexualidad, ahora le dicen “terapias de amor’’.
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Jazz se refirió a la iniciativa que se encuentra en primera lectura en el Senado de la República, que en la presente semana se perfila para su discusión, que de ser aprobada, castiga con cárcel y multas económicas, las prácticas de “orientación sexual’’ también conocidas como “terapias de conversión’’.
“Nunca te dicen que van a realizar un exorcismo, que te van a tener hincada cuatro y hasta cinco horas, tres días sin comer, solo agua y café y que alucinas, que se supone te están curando y haciendo que renuncies a la homosexualidad, lesbianismo y transexualidad’’.
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Con baños fríos a las cinco de la mañana y a dormir hasta las diez y once de la noche, además de cantos evangélicos, todo para renunciar a las buenas o a las malas.
Los casos más terribles son como anexos, son lugares cerrados y donde los padres llevan a menores de edad y con una firma te encierran con psicólogos y psiquiatras, algunos con cédula otros sin ella, como si fuera película de terror, con sermones de “esto que estás haciendo está muy mal, porque no naciste así, tu naciste para ser heterosexual y son varios casos documentados’’.
Son anexos peligrosos, unos para dejar de beber y drogarse, pero otros específicamente para que dejes de ser gay o lesbiana y la iniciativa en el Senado ha estado atorada por las diferencias de grupos de poder, donde el más fuerte es el de religiosos.
La impunidad por parte de los jerarcas religiosos es una constante, aunque en todo los sectores en general, pero cuando un religioso comete abuso sexual a un menor, difícilmente llega a pisar la cárcel, son contados los casos, dice en su narrativa a El Sol de México.
Ahora ya no dicen curar la homosexualidad y la transexualidad, ahora la llaman “terapias de amor’’
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“Yo acudí por mi propia voluntad –a los 17 años y luego a los 23 años- en la búsqueda espiritual, a una Iglesia evangélica, donde por más de seis meses me hicieron exorcismo hasta que un dije basta, me están haciendo sentir enferma; eso afecto mi autoestima, la parte psicoemocional’’.
Jazz Bustamante comentó que son grupos de poder los que han estado en contra de la iniciativa; son los fundamentalistas religiosos y otros que son profesionistas como “psiquiatras y psicólogos’’, educados en un contexto “conservador’’ sobre lo que es gay, lesbiana y trans. Te quieren curar como si fuera una gripe, después de ir a electrochoques, de tomar terapias, psicoterapias y obligar a tener relaciones sexuales de hombres con mujeres y mujeres con hombres, creen que nos vamos a curar.
Pero el mensaje que envía esta iniciativa es contundente, si eres un pastor, un sacerdote, si eres un psicólogo psiquiatra que quiera corregir la identidad de género o la orientación sexual, “decirles que están cometiendo un delito y eso tendrá consecuencias punitivas, además de afectarles en lo profesional’’.
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