Académicos de México y Estados Unidos, ante el incremento de la movilidad en la frontera y para evitar una crisis humanitaria, presentan a ambos gobiernos una propuesta de política y logística binacionales.
Consideran que resulta fundamental y urgente la instalación de lugares dignos para niñas, niños y adolescentes no acompañados. Las condiciones actuales de hacinamiento en las Estaciones Migratorias, ponen en grave riesgo la salud de las personas migrantes y no permiten la detección de quienes tienen necesidades de protección internacional.
La detención masiva lleva a las personas a viajar en condiciones extremadamente peligrosas y provoca enorme costo humanitario.
Aunque el aumento de la movilidad humana en la frontera México-Estados Unidos presenta retos importantes, “tenemos la certeza de que se puede evitar una crisis humanitaria, sí se reducen las barreras logísticas para solicitantes de asilo, se coordinan las acciones públicas a ambos lados de la frontera y se garantiza el derecho de asilo”, proponen.
Así lo ponen a consideración de los gobiernos de México y Estados Unidos cerca de una centena de académicos especializados en estudios de migración.
Ante el incremento de familias que llegan a la frontera norte con la esperanza de poder entrar a los Estados Unidos; el aumento extraordinario de niñas, niños y adolescentes no acompañados, el aumento en el número de personas expulsadas a México bajo el título 42 y el fin de los Protocolos de Protección a Migrantes (MPP), buscan contribuir a la gestión y atención de flujos migratorios ordenados.
Y esto, en un marco de protección de los menores no acompañados, de familias migrantes y de personas con necesidades de protección internacional y con ello, reducir los riesgos a la salud, en el contexto de la pandemia del Covid-19.
Señalan que debe aumentar la capacidad de los centros de atención y albergues en México y los Estados Unidos. El funcionamiento en los espacios filtro y los hoteles filtro, en Ciudad Juárez y Tijuana, lugares eficientes en el control de la pandemia antes que las personas migrantes se les traslade a los albergues, no dan abasto.
Consideran que las autoridades de ambos países deben garantizar tanto el derecho de asilo como la implementación de procedimientos para una migración segura y ordenada. “Esto permitirá reducir la movilidad de niñas, niños y adolescentes no acompañados y disminuirá la probabilidad de una crisis de salud”.
Hablan de recuperar la experiencia exitosa de la terminación de los Protocolos de Protección a Migrantes (MPP). “La readmisión de las personas bajo este protocolo, ha sido un proceso eficiente y seguro”.
Detallan que, al llegar a las instalaciones en México, pasan una prueba para detectar posibles casos de Covid-19 y rellenan sus formatos. Posteriormente, son trasladados a EU y reciben atención en albergues locales donde hacer arreglos para llegar a su destino final.
“Esto ha permitido que no estén por períodos prolongados en detención, que no se genere un cuello de botella en el procesamiento de los casos y que disminuya el riesgo de contagio”.
Subrayan: “Si las personas pueden iniciar sus solicitudes de asilo en México bajo un esquema similar, permitiría eliminar los requerimientos de detención de familias y de personas susceptibles de protección internacional”.
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Estas propuestas son de académicos de los Colegios de la Frontera Norte y Sur; de la Universidad de Texas en El Paso; del Centro Global de Migración; de las Universidades Autónomas de Ciudad Juárez, de Tamaulipas, Chihuahua y Zacatecas.
Y suscriben de la Universidad de California en San Diego; de la Iberoamericana, de Lasalle, UNAM, CIDE; Universidad Libre de Bruselas, del Colegio de México; de la Universidad de Arizona, de la de Princeton, El Colegio de Sonora, Universidad de Guadalajara, entre otras.