/ viernes 10 de mayo de 2024

Lo personal es político: No ser madre también es un derecho

Optar por no ser madre es una decisión y un derecho de la mujer, que ha sido tradicionalmente criticado por una sociedad patriarcal

Optar por no ser madre es una decisión y un derecho de la mujer, que ha sido tradicionalmente criticado por una sociedad patriarcal que ha romantizado el tener hijos como un destino inevitable de cualquier mujer. Sin embargo, los estereotipos poco a poco van cambiando en la sociedad y dependiendo del lugar que se ocupe en ella es el grado de aceptación a dicha idea.

En una plática con la doctora Brenda Gómez Cruz, feminista, profesora de género, que ha estudiado el tema, nos anticipa que no tener hijos pareciera una decisión personal e íntima de la mujer, sin embargo hay múltiples elementos en juego, pues coexisten muchos discursos sociales que apoyan o se contraponen, haciendo más compleja la toma de decisión.

“Primero tenemos el discurso más tradicionalista, el patriarcal, en el que una mujer es madre porque está en su naturaleza. Como una especie de situación biológica instintiva por la cual las mujeres tienen que ser madres. Por otra parte, tenemos ya el discurso desde los derechos humanos, que reconocen los derechos reproductivos de las mujeres, pero que también reconoce el derecho a no reproducirse”, dice la doctora.

El núcleo familiar suele reforzar dicha narrativa. Más los medios de comunicación que idealizan la maternidad a través de programas, comerciales y películas. De manera indirecta está el discurso que nos inculcan en la escuela de que nacemos, nos reproducimos y morimos, como la secuencia inevitable.

La doctora Gómez menciona también la incursión del discurso feminista que cuestiona los roles tradicionales y que va también mucho de la mano del discurso de derechos y que apuntan a que más bien se entienda el derecho de las mujeres a decidir.

Optar por no ser madre es una decisión y un derecho de la mujer, que ha sido tradicionalmente criticado por una sociedad patriarcal. Foto: Pexels



Para que a partir de sus condiciones subjetivas, materiales y sociales definan cómo es que quieren construir su proyecto de vida. Y si deciden no ser madres, que existan las condiciones para ello y para las que deciden serlo, también. Por eso es que digo que convergen y coexisten varios discursos

Incluso menciona el de los que, sin ser feministas, por razones más individualistas prefieren saltarse la maternidad y optan por mejor tener perros o gatos, o algo alterno.

Las mascotas se han convertido en una opción alterna a los bebés. Foto: Pexels


Brenda Gómez, quien también es profesora investigadora de la FES Zaragoza, menciona que también existe el discurso médico que asocia la reproducción con la salud. En el que si no son madres, entonces vendrán quistes o enfermedades asociadas, cuando es algo que puede suceder en cualquiera de los dos casos, teniendo o no teniendo hijos.

Relata que a todas estas narrativas ya se oponen posturas críticas, incluso feministas, dentro de la medicina, de la psicología, dentro de los medios de comunicación y dentro de los discursos educativos, que van mostrando realidades alternativas. Y que no son discursos que estén en contra de la maternidad, sino simplemente del derecho de las mujeres a decidir que proyecto de vida tomar.

Estamos como en un proceso de transición, que necesariamente genera tensiones ante discursos contradictorios, pero que las mujeres, generación a generación, incluso negociando, debemos ir solventando. El feminismo es una herramienta indispensable para transitar culturalmente en este tema y vivir el tema de manera distinta menciona.

Dice que no existe una medición o termómetro de cuánto ha permeado el discurso del derecho a la no maternidad, pero que existen ya estudios de género que pretenden ir tomando el pulso a los cambios culturales.

Optar por no ser madre es una decisión y un derecho de la mujer, que ha sido tradicionalmente criticado por una sociedad patriarcal. Foto: Pexels


“De pronto en un contexto universitario hay muchos temas que ya ni siquiera son polémicos, como por ejemplo el tema del aborto o la no maternidad, que las estudiantes tienen muy claro. Para las que es normal que las mujeres tengan el derecho a decidir si quieren ser madres o no. Pero si nos movemos a otros contextos, con menor escolaridad, donde las mujeres han tenido poco acceso a redes, a información que les permita contrastar sus opciones, presas de los discursos dominantes en medios y en la familia, que las llegan a seguir naturalizando la maternidad, pues el cambio será más lento”.

No perdamos de vista que hablamos de las mujeres, sí, pero no de todas, depende de qué mujeres en qué condiciones económicas, sociales, culturalesexplica

Lo personal es político

La doctora Brenda Gómez asegura que, como se dice en feminismo, lo personal es político, por lo que las autoridades tienen qué ver en tanto que, vía la educación pública, moldean el proyecto de vida de los y las estudiantes, que deberían tomar conciencia sobre su vida reproductiva y sobre su proyecto de vida, para ayudarles a tomar conciencia de qué es lo que quieren para su futuro, qué implicaciones tiene el ser madre, el ser padre, etcétera.

Podríamos empezar, asegura, por complementar la Constitución. El derecho a no tener hijos no ha quedado suficientemente plasmado en nuestras leyes, pues en el artículo Cuarto Constitucional se habla del derecho de las personas a decidir cuántos hijos tener, sin embargo no se expresa explícitamente la opción del derecho a no reproducirse.Explica la Dra. Gómez

La maternidad se ha venido estudiando por el feminismo desde los años 80 y 90 del siglo pasado, que es cuando inician los enfoques de género en los Estudios de la Mujer. Pero la Dra. Gómez considera que el tema nos convoca a seguir tomándolo en serio y a seguir viendo cómo se va modificando.

Optar por no ser madre es una decisión y un derecho de la mujer, que ha sido tradicionalmente criticado por una sociedad patriarcal. Foto: Pexels


Por ejemplo en mis entrevistadas que eran mujeres de mediana edad, es decir de los 44 a los 55 años, fueron de la generación del VIH, que no se embarazaban o rechazaban la maternidad más por miedo a una infección. Sin embargo, ahora veo a mis estudiantes universitarias en otro canal. Ya cada vez es más aceptado el no querer tener hijos, a diferencia de las mujeres con las que yo trabajéExplica.

“Por eso entonces creo que es importante seguir tomando el pulso, porque la sociedad se está modificando, la tecnología, la globalización, las nuevas formas de reproducción a través de técnicas de reproducción asistida, más la adopción van llevando a que sigamos investigando cuáles son las nuevas formas de ejercer la maternidad o de no ejercerla. Todo eso nos convoca a seguir problematizando a la luz de las necesidades actuales”, concluye la Dra. Gómez.

Optar por no ser madre es una decisión y un derecho de la mujer, que ha sido tradicionalmente criticado por una sociedad patriarcal que ha romantizado el tener hijos como un destino inevitable de cualquier mujer. Sin embargo, los estereotipos poco a poco van cambiando en la sociedad y dependiendo del lugar que se ocupe en ella es el grado de aceptación a dicha idea.

En una plática con la doctora Brenda Gómez Cruz, feminista, profesora de género, que ha estudiado el tema, nos anticipa que no tener hijos pareciera una decisión personal e íntima de la mujer, sin embargo hay múltiples elementos en juego, pues coexisten muchos discursos sociales que apoyan o se contraponen, haciendo más compleja la toma de decisión.

“Primero tenemos el discurso más tradicionalista, el patriarcal, en el que una mujer es madre porque está en su naturaleza. Como una especie de situación biológica instintiva por la cual las mujeres tienen que ser madres. Por otra parte, tenemos ya el discurso desde los derechos humanos, que reconocen los derechos reproductivos de las mujeres, pero que también reconoce el derecho a no reproducirse”, dice la doctora.

El núcleo familiar suele reforzar dicha narrativa. Más los medios de comunicación que idealizan la maternidad a través de programas, comerciales y películas. De manera indirecta está el discurso que nos inculcan en la escuela de que nacemos, nos reproducimos y morimos, como la secuencia inevitable.

La doctora Gómez menciona también la incursión del discurso feminista que cuestiona los roles tradicionales y que va también mucho de la mano del discurso de derechos y que apuntan a que más bien se entienda el derecho de las mujeres a decidir.

Optar por no ser madre es una decisión y un derecho de la mujer, que ha sido tradicionalmente criticado por una sociedad patriarcal. Foto: Pexels



Para que a partir de sus condiciones subjetivas, materiales y sociales definan cómo es que quieren construir su proyecto de vida. Y si deciden no ser madres, que existan las condiciones para ello y para las que deciden serlo, también. Por eso es que digo que convergen y coexisten varios discursos

Incluso menciona el de los que, sin ser feministas, por razones más individualistas prefieren saltarse la maternidad y optan por mejor tener perros o gatos, o algo alterno.

Las mascotas se han convertido en una opción alterna a los bebés. Foto: Pexels


Brenda Gómez, quien también es profesora investigadora de la FES Zaragoza, menciona que también existe el discurso médico que asocia la reproducción con la salud. En el que si no son madres, entonces vendrán quistes o enfermedades asociadas, cuando es algo que puede suceder en cualquiera de los dos casos, teniendo o no teniendo hijos.

Relata que a todas estas narrativas ya se oponen posturas críticas, incluso feministas, dentro de la medicina, de la psicología, dentro de los medios de comunicación y dentro de los discursos educativos, que van mostrando realidades alternativas. Y que no son discursos que estén en contra de la maternidad, sino simplemente del derecho de las mujeres a decidir que proyecto de vida tomar.

Estamos como en un proceso de transición, que necesariamente genera tensiones ante discursos contradictorios, pero que las mujeres, generación a generación, incluso negociando, debemos ir solventando. El feminismo es una herramienta indispensable para transitar culturalmente en este tema y vivir el tema de manera distinta menciona.

Dice que no existe una medición o termómetro de cuánto ha permeado el discurso del derecho a la no maternidad, pero que existen ya estudios de género que pretenden ir tomando el pulso a los cambios culturales.

Optar por no ser madre es una decisión y un derecho de la mujer, que ha sido tradicionalmente criticado por una sociedad patriarcal. Foto: Pexels


“De pronto en un contexto universitario hay muchos temas que ya ni siquiera son polémicos, como por ejemplo el tema del aborto o la no maternidad, que las estudiantes tienen muy claro. Para las que es normal que las mujeres tengan el derecho a decidir si quieren ser madres o no. Pero si nos movemos a otros contextos, con menor escolaridad, donde las mujeres han tenido poco acceso a redes, a información que les permita contrastar sus opciones, presas de los discursos dominantes en medios y en la familia, que las llegan a seguir naturalizando la maternidad, pues el cambio será más lento”.

No perdamos de vista que hablamos de las mujeres, sí, pero no de todas, depende de qué mujeres en qué condiciones económicas, sociales, culturalesexplica

Lo personal es político

La doctora Brenda Gómez asegura que, como se dice en feminismo, lo personal es político, por lo que las autoridades tienen qué ver en tanto que, vía la educación pública, moldean el proyecto de vida de los y las estudiantes, que deberían tomar conciencia sobre su vida reproductiva y sobre su proyecto de vida, para ayudarles a tomar conciencia de qué es lo que quieren para su futuro, qué implicaciones tiene el ser madre, el ser padre, etcétera.

Podríamos empezar, asegura, por complementar la Constitución. El derecho a no tener hijos no ha quedado suficientemente plasmado en nuestras leyes, pues en el artículo Cuarto Constitucional se habla del derecho de las personas a decidir cuántos hijos tener, sin embargo no se expresa explícitamente la opción del derecho a no reproducirse.Explica la Dra. Gómez

La maternidad se ha venido estudiando por el feminismo desde los años 80 y 90 del siglo pasado, que es cuando inician los enfoques de género en los Estudios de la Mujer. Pero la Dra. Gómez considera que el tema nos convoca a seguir tomándolo en serio y a seguir viendo cómo se va modificando.

Optar por no ser madre es una decisión y un derecho de la mujer, que ha sido tradicionalmente criticado por una sociedad patriarcal. Foto: Pexels


Por ejemplo en mis entrevistadas que eran mujeres de mediana edad, es decir de los 44 a los 55 años, fueron de la generación del VIH, que no se embarazaban o rechazaban la maternidad más por miedo a una infección. Sin embargo, ahora veo a mis estudiantes universitarias en otro canal. Ya cada vez es más aceptado el no querer tener hijos, a diferencia de las mujeres con las que yo trabajéExplica.

“Por eso entonces creo que es importante seguir tomando el pulso, porque la sociedad se está modificando, la tecnología, la globalización, las nuevas formas de reproducción a través de técnicas de reproducción asistida, más la adopción van llevando a que sigamos investigando cuáles son las nuevas formas de ejercer la maternidad o de no ejercerla. Todo eso nos convoca a seguir problematizando a la luz de las necesidades actuales”, concluye la Dra. Gómez.

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