Tráfico, desviaciones de ruta por obras viales no consideradas, automovilistas imprudentes y hasta discusiones entre el personal involucrado son algunos de los obstáculos colocados a propósito durante el ensayo de lo que será la recepción y entrega de las primeras vacunas anticovid que llegarán al país.
De eso se trataba, de prever lo que puede salir mal. El tiempo vale oro. Fue una carrera contrareloj.
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La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) llevó a cabo el simulacro de traslado de las vacunas contra Covid-19, en un operativo que involucró tanto a elementos castrenses como a trabajadores de aeropuertos, de la Secretaría de Salud, de laboratorios privados y de personal de una empresa de paquetería.
En este simulacro se buscó medir en el mundo real todos los contratiempos que podrían presentarse en el traslado de la vacuna y así evitar poner en riesgo el medicamento de Pfizer que, para ser efectivo, requiere estar a menos 70 grados centígrados y que sean descongeladas a una temperatura de entre dos y ocho grados centígrados por no más de cinco días para mantener su efectividad contra la enfermedad.
Por eso, tanto en la Ciudad de México como en Coahuila (donde comenzará la vacunación el martes 22 de diciembre) se diseño una ruta imperfecta, es decir, llena de contratiempos.
En la capital del país, los “problemas” comenzaron desde la aduana, donde los trabajadores de la empresa de mensajería DHL tuvieron un conflicto con la capitanía de la aduana del Aeropuerto. Eso retrasó la salida del embarque ficticio (las verdaderas vacunas llegan la próxima semana).
Una vez solventado el contratiempo, la camioneta de paquetería salió de la terminal aérea con dirección al 81 Batallón de Infantería en el Colegio Militar en Tlalpan, custodiada por dos camionetas de la Sedena, que forman parte del Plan DN-III, y por tres motocicletas y dos patrullas de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).
En condiciones óptimas, el recorrido de 27.1 kilómetros se hace en 55 minutos, pero el horario que se eligió para el traslado lo complicó.
Eran las 10:12 de la mañana y el convoy eligió la ruta la Avenida Central, Oceanía, Bolívares, Manchuria, Circuito Interior y la avenida Fray Servando y Jesús Villa, que por el tránsito se prolongó hasta las 11:25, es decir, 73 minutos totales.
Avance lento, obras, semáforos en rojo, todo lo que un automovilista se encuentra diariamente fue a lo que se enfrentó el convoy en la Ciudad de México.
El objetivo de este simulacro era poner en práctica todo lo aprendido en la capacitación del miércoles pasado, donde 300 médicos civiles, 150 médicos de la Sedena y otros 50 de la Marina aprendieron teóricamente a manejar y aplicar la vacuna de Pfizer, la primera en ser aprobada en México contra Covid-19.
“La vacuna va a ser un arma más contra la pandemia, sin embargo, es indispensable seguir con la sana distancia, el aislamiento social y el uso del cubrebocas”, dijo el miércoles Manuel Cervantes Ocampo, coordinador de Atención Integral a la Salud en el Primer Nivel del IMSS.
Al arribar al lugar, el conductor del vehículo de paquetería entregó las vacunas al personal del Ejército, mismo que la recibió en contenedores de congelación y que entraron en orden a las instalaciones para iniciar con la distribución.
Dentro de estas, elementos de la Defensa Nacional y personal de la Secretaría de Salud recibieron a 120 soldados, a los cuales se les aplicó la vacuna contra influenza en su brazo izquierdo.
“Le voy a aplicar la vacuna de la influenza, en caso de que tenga una reacción puede informar al área de observación. No se debe sobar ni rascar en el área de inyección, por favor”, se les decía a los elementos vacunados seguido de la advertencia de posibles efectos secundarios de la vacuna que pueden ser desde fiebre, malestar y hasta diarrea.
Terminado este proceso, se les indicó que debían pasar a un pabellón de observación donde debían esperar de 15 a 30 minutos para supervisar posibles reacciones de la vacuna. Al término de este tiempo, y después de no presentar ninguna reacción, se les daba la autorización para retirarse con la condición de que a los 21 días debían acudir por su refuerzo.
“La intención es garantizar que la población reciba la vacuna y comprobar la seguridad de la misma”, dijo Miriam Esther Veras Godoy, directora general del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia.
Ayer fue un simulacro, pero a partir de la próxima semana será el protocolo que seguirán tanto las fuerzas armadas como el personal de salud y civiles que transporte las dosis que se aplicarán primero a personal médico en la Ciudad de México y Coahuila, y después en el resto del país.
Se espera que en la primera fase se vacunen a 107 mil trabajadores de la salud en la capital del país y 17 mil en Coahuila.
En Coahuila, el simulacro se llevó a cabo en Torreón, donde personal de la Sedena transportó un paquete “ficticio” con vacunas desde el aeropuerto hasta el Hospital Militar, donde el personal castrense y civil hizo el ensayo del manejo de la vacuna y su aplicación.
Se espera que las vacunas de Pifizer comiencen a llegar entre lunes y martes. Co información de Ar5mando Cobain