/ sábado 30 de julio de 2022

Los abuelísmos en México: frases y expresiones que han quedado en el olvido

En México, existen aún expresiones y locuciones muy mexicanas que son utilizadas por nuestros padres o abuelos y han ido desapareciendo

Con el paso del tiempo, la forma y las maneras de comunicarnos han ido cambiando. La llegada de internet ha sido un detonante en la forma que hablamos, ya que muchos de los jóvenes han adquirido expresiones de otras culturas y las han adaptado a la forma de hablar.

En México, existen aún expresiones y locuciones muy mexicanas que son utilizadas por nuestros padres o abuelos y que al paso del tiempo se han ido olvidando o desapareciendo.

Estas frases o expresiones son conocidas coloquialmente como "abuelísmos", y forman parte importante de la cultura mexicana, pues como podemos ver en películas clásicas mexicanas, formaron parte del colorido lenguaje de nuestros abuelos o padres.

Te puede interesar: Lengua, ¿de chiflidos? Conoce la comunidad mexicana que se comunica de esta forma

La maestra en Lingüística Hispánica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y experta en lenguaje de Internet, Paulina Landeros, comentó que el lenguaje es algo vivo y en constante evolución.

“Internet ha modificado mucho el lenguaje porque el uso de los emoticones puede cambiar completamente el sentido de una oración. No se tienen que decir cosas, los emoticones ahorran tener que decir cosas, porque uno puede apoyarse en este tipo de recursos para dar un mensaje”, dijo.

Lista con abuelísmos utilizados en México

Aquí una pequeña lista con frases o expresiones que utilizan o utilizaban tus abuelitos comúnmente:

  • Achichincle. Acompañante incondicional, también es un ayudante y adulador.
  • Achicopalarse. Depresión, agobio, aflicción temporal.
  • Argüende. Murmuración falsa, chisme, intriga.
  • Borlote. Escándalo, gritería, desorden, tumulto.
  • Chicho. Dícese de aquel que se veía, suponía o era muy valiente, sabiondo, bravucón, bueno para los trancazos.
  • Chochear. Dar el viejazo, comenzar con las conductas seniles.
  • Cotorrear. Plática bastante animada entre amigos.
  • Chilpayate. Expresión equivalente a niño, chamaco, morrito.
  • De pipiripao. Equivalente a mediocre.
  • Desconchinflada. Artefacto descompuesto, que ya ni dándole un golpe funciona.
  • Desguanzada. Que ya dio lo que tenía que dar, que todo está agotado.
  • El pipirín. Manera de nombrar a la comida, la hora de llenar la muela.
  • Endilgar. Atribuirle algo desagradable a alguien.
  • En un de repente. Un imprevisto, algo inesperado, una sorpresa total.
  • Enyerbado. Brujería con hierbas para atrapar al novio, esposo o amante.
  • “Gonzalitos” de oficina… Responsable y humilde empleado de gobierno que asume sus obligaciones oficinistas con alegría. Es el abuelo del actual “Godínez”.
  • Gorrón. Sinvergüenza que nunca paga sus cuentas o coopera para la causa.
  • Granjear. Hacer méritos para ganarse la voluntad de otros.
  • Guateque. Fiesta donde se come, bebe y baila alegremente.
  • Hacer de tripas corazón. Esfuerzo grande, aguantar, seguir de pie y resistiendo.
  • Itacate. Provisión de comida para el largo camino y que es parte de los alimentos de la fiesta, la reunión, la pachanga.
  • Mal paso. No resistir a la tentación de la “carne” prenupcialmente.
  • Me sabe la boca a centavo. Coraje o mal rato que deja una marca desagradable.
  • Mitote. Fiesta casera, la palabra proviene del náhuatl mitotl, una danza practicada por los aztecas en la que los participantes se adornaban vistosamente.
  • Muina. Rabieta, un enfado, un enojo. Existió el verbo «amuinar».
  • Ni fu ni fa. Indecisión plena, ambigüedad pura, también utilizada para expresar falta de importancia.
  • Ni yendo a bailar a Chalma. Carencia de toda esperanza para remediar algún mal, es decir, ya valió. Y es que al pueblito ubicado en el estado de México peregrinaban los indígenas para bailarle a Tezcatlipoca también conocido como Oztétotl o Dios de la Cueva- y obtener favores de él.
  • No sé por qué diantres. Frase para suavizar un enojo o una maldición invocando al diablo, pero que lo sustituye utilizando el eufemismo diantres.
  • Quién quita y… Posibilidad, probabilidad de que suceda, casi casi un volado.
  • Patatús. Enfermedad emocional y psicosomática empleada para el chantaje, era la palabra de la premonición al mareo y el desmayo por un acto aventurero ajeno.
  • Pelmas. Abreviatura de pelmazo, lento, poco preocupón, desobligado, flojo, el clásico ai’ se va.
  • Prángana. Él sin dinero, sin oficio y sin beneficio, holgazán, pues.
  • Sanseacabó. Expresión enfática que da por terminado un asunto.
  • Sarampahuilo Ingenuo, tonto, lerdo, poco avispado, que fácilmente lo hacen pato. Se le cuelga el milagrito al azorrillado y se le dice Compa’ Sarampis.
  • Soponcio. Mareo de las abuelitas y mamás preocuponas
  • Sulfurarse. Exaltarse, cuando la sangre sube a la cabeza.
  • Tanganito. Chaparro, corto de piernas o de cuerpo.
  • Tilico. Flacucho, casi esquelético.
  • Tirria. Mala voluntad hacia alguien, tirándole al odio.
  • Traqueteo. Muchas veces el mismo camino y se notan las marcas del tiempo andado.
  • Vaquetón. Palabra para señalar al “ni-ni” del siglo pasado.
  • Zangolotearse. Moverse de manera continua y violenta.
  • Quítame tu Piojero. Refiriéndose a una prenda olvidada

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La experta en lenguaje de la UNAM explica que “las redes sociales e Internet ya están modificando a la lengua, porque los hablantes son dueños de su lengua y esta va cambiando de acuerdo con las necesidades que tienen”.

Con el paso del tiempo, la forma y las maneras de comunicarnos han ido cambiando. La llegada de internet ha sido un detonante en la forma que hablamos, ya que muchos de los jóvenes han adquirido expresiones de otras culturas y las han adaptado a la forma de hablar.

En México, existen aún expresiones y locuciones muy mexicanas que son utilizadas por nuestros padres o abuelos y que al paso del tiempo se han ido olvidando o desapareciendo.

Estas frases o expresiones son conocidas coloquialmente como "abuelísmos", y forman parte importante de la cultura mexicana, pues como podemos ver en películas clásicas mexicanas, formaron parte del colorido lenguaje de nuestros abuelos o padres.

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La maestra en Lingüística Hispánica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y experta en lenguaje de Internet, Paulina Landeros, comentó que el lenguaje es algo vivo y en constante evolución.

“Internet ha modificado mucho el lenguaje porque el uso de los emoticones puede cambiar completamente el sentido de una oración. No se tienen que decir cosas, los emoticones ahorran tener que decir cosas, porque uno puede apoyarse en este tipo de recursos para dar un mensaje”, dijo.

Lista con abuelísmos utilizados en México

Aquí una pequeña lista con frases o expresiones que utilizan o utilizaban tus abuelitos comúnmente:

  • Achichincle. Acompañante incondicional, también es un ayudante y adulador.
  • Achicopalarse. Depresión, agobio, aflicción temporal.
  • Argüende. Murmuración falsa, chisme, intriga.
  • Borlote. Escándalo, gritería, desorden, tumulto.
  • Chicho. Dícese de aquel que se veía, suponía o era muy valiente, sabiondo, bravucón, bueno para los trancazos.
  • Chochear. Dar el viejazo, comenzar con las conductas seniles.
  • Cotorrear. Plática bastante animada entre amigos.
  • Chilpayate. Expresión equivalente a niño, chamaco, morrito.
  • De pipiripao. Equivalente a mediocre.
  • Desconchinflada. Artefacto descompuesto, que ya ni dándole un golpe funciona.
  • Desguanzada. Que ya dio lo que tenía que dar, que todo está agotado.
  • El pipirín. Manera de nombrar a la comida, la hora de llenar la muela.
  • Endilgar. Atribuirle algo desagradable a alguien.
  • En un de repente. Un imprevisto, algo inesperado, una sorpresa total.
  • Enyerbado. Brujería con hierbas para atrapar al novio, esposo o amante.
  • “Gonzalitos” de oficina… Responsable y humilde empleado de gobierno que asume sus obligaciones oficinistas con alegría. Es el abuelo del actual “Godínez”.
  • Gorrón. Sinvergüenza que nunca paga sus cuentas o coopera para la causa.
  • Granjear. Hacer méritos para ganarse la voluntad de otros.
  • Guateque. Fiesta donde se come, bebe y baila alegremente.
  • Hacer de tripas corazón. Esfuerzo grande, aguantar, seguir de pie y resistiendo.
  • Itacate. Provisión de comida para el largo camino y que es parte de los alimentos de la fiesta, la reunión, la pachanga.
  • Mal paso. No resistir a la tentación de la “carne” prenupcialmente.
  • Me sabe la boca a centavo. Coraje o mal rato que deja una marca desagradable.
  • Mitote. Fiesta casera, la palabra proviene del náhuatl mitotl, una danza practicada por los aztecas en la que los participantes se adornaban vistosamente.
  • Muina. Rabieta, un enfado, un enojo. Existió el verbo «amuinar».
  • Ni fu ni fa. Indecisión plena, ambigüedad pura, también utilizada para expresar falta de importancia.
  • Ni yendo a bailar a Chalma. Carencia de toda esperanza para remediar algún mal, es decir, ya valió. Y es que al pueblito ubicado en el estado de México peregrinaban los indígenas para bailarle a Tezcatlipoca también conocido como Oztétotl o Dios de la Cueva- y obtener favores de él.
  • No sé por qué diantres. Frase para suavizar un enojo o una maldición invocando al diablo, pero que lo sustituye utilizando el eufemismo diantres.
  • Quién quita y… Posibilidad, probabilidad de que suceda, casi casi un volado.
  • Patatús. Enfermedad emocional y psicosomática empleada para el chantaje, era la palabra de la premonición al mareo y el desmayo por un acto aventurero ajeno.
  • Pelmas. Abreviatura de pelmazo, lento, poco preocupón, desobligado, flojo, el clásico ai’ se va.
  • Prángana. Él sin dinero, sin oficio y sin beneficio, holgazán, pues.
  • Sanseacabó. Expresión enfática que da por terminado un asunto.
  • Sarampahuilo Ingenuo, tonto, lerdo, poco avispado, que fácilmente lo hacen pato. Se le cuelga el milagrito al azorrillado y se le dice Compa’ Sarampis.
  • Soponcio. Mareo de las abuelitas y mamás preocuponas
  • Sulfurarse. Exaltarse, cuando la sangre sube a la cabeza.
  • Tanganito. Chaparro, corto de piernas o de cuerpo.
  • Tilico. Flacucho, casi esquelético.
  • Tirria. Mala voluntad hacia alguien, tirándole al odio.
  • Traqueteo. Muchas veces el mismo camino y se notan las marcas del tiempo andado.
  • Vaquetón. Palabra para señalar al “ni-ni” del siglo pasado.
  • Zangolotearse. Moverse de manera continua y violenta.
  • Quítame tu Piojero. Refiriéndose a una prenda olvidada

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La experta en lenguaje de la UNAM explica que “las redes sociales e Internet ya están modificando a la lengua, porque los hablantes son dueños de su lengua y esta va cambiando de acuerdo con las necesidades que tienen”.

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