Enrique Peña Nieto, cuando era presidente de la República, tenía a su alrededor un museo con óleos de Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y Luis Nishizawa.
El exgobernador del Estado de México disponía de tesoros, que podrían convertirse en un paseo escultórico, por la obra selecta de escultores como Sebastián, Juan Soriano, Jesús Guerrero Santos, Alberto Baralia, Antonio Haghenbeck, entre otros.
Otro de los privilegios del exmandatario es que podía ver de cerca una serie de reliquias históricas como el original del corrido de la Adelita, los apuntes de las tribus Chinantecas, Mazatecas y Popoluca, las postales del primer centenario de la Independencia de México, libros en su primera edición como Díaz y México, así como el suplemento El jefe y hombres de la Revolución, publicado por El Legionario, así como litografías.
Todo ese material forma parte del acervo histórico que al 30 de noviembre de 2018 era administrado por el exjefe de Presidencia, Francisco Guzmán Ortiz, quien se encargó de hacer un inventario de unos 38 mil 956 bienes muebles.
El valor unitario de todo el acervo artístico, que incluye óleos, libros, esculturas, litografías, monedas, retratos, fotografías, así como perros, aviones, helicópteros, automóviles, subametralladoras, televisores plasma, sillones, sillas, teléfonos es de aproximadamente dos mil 500 millones de pesos.
La relación de bienes patrimoniales, a las que tuvo acceso El Sol de México, fue entregada por personal de la presidencia de Enrique Peña Nieto, quien dejó el poder el 1 de diciembre de 2018, al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai).
Muchos de los objetos históricos eran parte de la vida cotidiana de Enrique Peña Nieto, quien estuvo viviendo durante seis años en la residencia oficial de los Pinos.
Hoy esa casa presidencial es un centro cultural y continúa en el ojo del huracán, luego de que el 20 de diciembre de 2018 Andrés Manuel López Obrador, Presidente de la República, pidió investigar la presunta desaparición de obras de arte, muebles y otros instrumentos.
“En Los Pinos, según me han informado, al parecer no hay muebles y faltan pinturas y algunas obras, pero no se sabe si se entregaron a los fondos, porque muchas obras de arte que están en las oficinas públicas son patrimonio de Hacienda", afirmó el Presidente, quien renunció a las comodidades de una residencia donde vivieron los últimos mandatarios.
“No se sabe si se entregaron. Se está viendo, y en su momento se va a saber.
Hay que verlo primero, no quiero que hagamos escándalo de nada si no tenemos elementos”, afirmó Obrador.
La Oficina de la Presidencia, la Secretaría de Cultura y la Secretaría de la Función Pública anunciaron una auditoría para evaluar el inventario de bienes encontrados en Los Pinos.
El patrimonio de la Oficina de la Presidencia de la República incluía ocho perros pastores belga malinois o perros de guerra, dos cobrador dorado, así como tres cachorros cobrador, que eran usados para cuidar y proteger la seguridad del expresidente Enrique Peña Nieto.
También estaban dispuestos dos aviones: Una aeronave Boeing 757-225 fabricado en 1987 y el otro es un Boeing 737- 322 de 1989, que eran usadas por Peña Nieto a principios de su gobierno. También cuentan con un simulador para volar estos aparatos.
La flota aérea, que estaba a disposición del político mexiquense, era completada por seis helicópteros para ser usados en los viajes por la Ciudad de México o el Estado de México.
Al menos 20 automóviles podían ser usados por el presidente Peña Nieto, pero destacan un Mercedes Benz cuatro puertas, y un Lincoln Town Car Executive, modelo 2001, soporta un ataque de un rifle de asalto y vale un millón 500 pesos.
Para la seguridad de Enrique Peña Nieto en la residencia oficial de Los Pinos los miembros del equipo de escolta disponían de 40 pistolas glock y 147 sub-ametralladoras P90.