La jerarquía católica planteó a la Cámara de Diputados modificar la iniciativa que crea la ley del cannabis, “privilegiando la salud y la seguridad pública, así como atender el bienestar de los ciudadanos y de sus familias que se ven afectados por estas y otras sustancias’’.
“Esta iniciativa es la puerta de entrada para drogas más peligrosas y adictivas con graves incidencias en la degradación del tejido social’’.
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Vemos una señal de una política de estado que ignora al débil y descarta a quienes deberían ser más tutelados. La legalización de un estupefaciente, sea este u otro, significa voltear la vista e ignorar las necesidades reales de la sociedad, y más aún en el contexto actual de la pandemia de Covid-19, la crisis económica y la crisis de inseguridad.
En ese contexto, la Conferencia del Episcopado Mexicano llamó a sus fieles, y a la sociedad en general, a participar activamente para colaborar con los legisladores para encontrar soluciones reales a los problemas que subyacen al complejo problema de las drogas, que tiene ramificaciones que superan nuestras fronteras.
Advierte que se abandona una política de promoción y protección de la salud por satisfacer los intereses de unos pocos. La salud y el bien común dejan de constituir un bien prioritario, y ceden su lugar a los gustos de individuos aunque pudieran causar un daño a terceros. “Importaron más los reclamos de libertad sin responsabilidad de algunos pocos, por encima del bien general de la salud, subrayó la cúpula religiosa’’.
“Observamos a la cultura de la muerte que está golpeando fuerte y repetidamente el corazón del pueblo mexicano y que se manifiesta, entre otras formas: (…) En los esfuerzos por legalizar los estupefacientes y otras drogas, a pesar de sus efectos nocivos en las personas y las familias”.
El CEM exhortó a todos los mexicanos a tomar una postura responsable ante las consecuencias que abre esta posible legalización. “De suceder, iniciarán mensajes publicitarios invitando a convertirse en productores y consumidores. Necesitamos ser muy prudentes para no caer en el consumo del cannabis que destruye la salud, ni caer en el negocio que busca obtener ganancias poniendo en riesgo a los ciudadanos’’.
“Exhortamos especialmente a los adolescentes y jóvenes a no dejarse llevar por la permisividad levantada por estas normas que permiten narcotizar a la ciudadanía’’.
La Conferencia del Episcopado también llamó a la sociedad a informarse acerca de las consecuencias que el consumo de cannabis causa en la salud, y a informarse y reflexionar acerca de los fines profundos que este tipo de propuestas buscan e implicaciones que estas decisiones tienen.
Caída de en escuestas, angustía
El CEM recordó palabras del Papa Francisco: “Las mayores angustias de un político no deberían ser las causadas por una caída en las encuestas, sino por no resolver efectivamente el fenómeno de la exclusión social y económica, con sus tristes consecuencias de trata de seres humanos, comercio de órganos y tejidos humanos, explotación sexual, trabajo esclavo, incluyendo la prostitución, tráfico de drogas y de armas, terrorismo y crimen internacional organizado’’.
Asimismo, se exhorto a los responsables de la educación y de la salud de los estados, así como al apostolado eclesial, que propongan campañas de información acerca de las adicciones y de las consecuencias de los narcóticos y otras sustancias en la salud, para favorecer la conciencia y la acción responsable.
“La iniciativa se votó en medio de manifestaciones exclusivamente de grupos que deseaban su legalización, sin un debate público plural y -sobre todo- sin escuchar a especialistas en la materia. El problema no es poner reglas y condiciones para el uso de la marihuana’’.
Importaron, dicen los obispos del país, más los anhelos individuales de un grupo y se pagó el precio de las consecuencias para todos, pero sobre todo para niños y jóvenes. Importó más la indiferencia de unos que la corresponsabilidad colectiva por el bienestar de la mayoría.
La iniciativa aprobada no atiende los daños a la salud surgidos por el consumo cada vez mayor de la marihuana, no atiende los efectos en las familias, por los jóvenes que consumen drogas, tampoco contribuye a inhibir y reducir la exposición a sustancias estupefacientes.