En el primer año de la pandemia, 30 mil 646 mexicanos demandaron tratamiento por consumo de drogas sintéticas en los centros de adicción del país, un incremento de 218 por ciento respecto a 2017, según datos de la Secretaría de Salud.
De acuerdo con el Informe sobre la Salud Mental y Consumo de Sustancias Psicoactivas en México 2021, entre 2017 y 2020 se observa que “la demanda de tratamiento por consumo de Estimulantes de Tipo Anfetamínico (ETA) incrementó en 218 por ciento”. Se trata de atención por consumo de anfetaminas, metanfetaminas, éxtasis y estimulantes de uso médico.
El documento elaborado por el Observatorio Mexicano de Salud Mental y Consumo de Sustancias Psicoactivas del gobierno federal y la Comisión Nacional Contra las Adicciones, señala que en este mismo lapso de tiempo los pacientes que buscaron ayuda por consumo de alcohol disminuyeron 32 por ciento y por mariguana 31 por ciento.
El informe indica que la demanda por entidad para el tratamiento de adicciones revela un consumo problemático de drogas sintéticas en Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Colima, Durango, Coahuila, Michoacán, Jalisco, Guanajuato, Nayarit y Querétaro.
Mientras que el uso problemático de alcohol estuvo más presente en Chihuahua, Zacatecas, Aguascalientes, Hidalgo, Estado de México, Ciudad de México, Veracruz, Tlaxcala, Puebla, Morelos, Guerrero, Oaxaca, Tabasco, Chiapas, Yucatán y Quintana Roo y el de mariguana en Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí y Campeche.
Gady Zabicky Sirot, comisionado Nacional contra las Adicciones, señala en ese documento que México vive “una transición epidemiológica que apunta hacia diferentes vertientes, el aumento de problemas de salud mental, el incremento del consumo experimental de sustancias en edades tempranas, especialmente entre mujeres, y la acentuación del consumo problemático de Estimulantes de Tipo de Anfetamínico”.
Este estudio es el segundo en su tipo para nuestro país y recoge los datos de la demanda de tratamiento en la Red Nacional de Atención a las Adicciones.
“Cualquier incremento en el consumo de cualquier droga implica un riesgo de salud, de violencia y de todos los efectos colaterales como violencia familiar”, dijo Javier Oliva, experto en temas de seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Explicó que hay drogas que tienen que ver con consumos generacionales, por ejemplo, la mariguana se hizo popular en la década de 1960 y 1970, la cocaína en los 1980 y las que son derivadas del opio y del fentanilo sintético corresponden a las nuevas generaciones.
“Su fabricación es mucho más barata en el sentido que se pueden fabricar cientos de pastillas por día en un laboratorio pequeño y esto incrementa la disposición e incluso el precio de las dosis".
El documento de la Secretaría de Salud informa que a pesar de que en la pandemia de Covid-19 el acceso a todas las drogas fue difícil, las de tipo sintéticas llegaron en mayor proporción a menores de edad, de entre 11 y 17 años.
Sobre el perfil de consumidores de sustancias psicoactivas se pudo identificar que el promedio de usuarios es de 25.4 años, 8.26 por ciento de los usuarios fueron menores de edad (11 a 17 años), en tanto que 91.74 por ciento fueron mayores de edad (18 a 72 años).
En siete de cada 10 casos de los que solicitaron atención se trató de personas solteras, 29 por ciento casadas o viviendo en unión libre.