Simone de Beauvoir
Pensadora existencialista y feminista de la igualdad, encuentra en la maternidad, en la capacidad reproductora de las mujeres, el principal escollo para que las mujeres alcancen la trascendencia, es decir, el reino de la libertad que le compete a todo ser humano perseguir. El segundo sexo, la experiencia vivida, vol. II, Siglo XX, Buenos Aires [1949].
Conoce más del especial de maternidad del Find: Cuando la fortaleza materna surge del dolor: Amparo Espinosa
Simone De Beauvoir “la maternidad es una atadura para las mujeres, al intentar separarla de la idealización que colabora a mantenerla como único destino femenino. No existe el instinto maternal y las conductas maternales están en el campo de la cultura.
De Beauvoir charlando con Sartre: “..se me ha reprochado mucho el no haber tenido hijos, mientras que nadie se lo ha reprochado a usted, aunque sea tan normal para un hombre como para una mujer tener hijos. Pero el reproche ha caído sobre mí porque se piensa que una escritora es, ante todo, una mujer que se distrae escribiendo.
Alice Schwartzer ( autora del Eunuco Femenino)
“Las condiciones sociales desiguales y desfavorables en cuales se lleva a cabo el ejercicio materno (maternazgo). Hacen pensar que si las cosas fueran un poco diferentes, si las tareas, como la de educar a los niños, estuvieran mejor repartidas entre el hombre y la mujer, si hubiera una ayuda mucho más considerable por parte del Estado que permitiera crear más guarderías, jardines infantiles, etcétera, y si se pudiera despojar a la mujer de los remordimientos de conciencia que le vienen de una manera atávica a través de su propia abuela, bueno, con todo esto, ¿por qué no aceptar la maternidad? Es algo bastante bello, en efecto, ver nacer, crecer y desarrollarse a un ser humano. Pero en la situación actual, para la mujer es una trampa en la que se ve obligada a dejar su libertad y su felicidad (1982).
Marcela Lagarde y de los Ríos (antropóloga mexicana)
La humanización de las mujeres se logra mediante la maternidad, eje articulador de la identidad femenina y medio social para su realización. Desde su nacimiento y aun antes, las mujeres forman parte de una historia que las conforma como madres y esposas...Todas las mujeres son madresposas aunque no tengan hijos o esposo...así viven de acuerdo con las normas que expresan su ser para y de otros, realizar actividades de reproducción y tener relaciones de servidumbre voluntaria...(Los Cautiverios de las Mujeres, UNAM 1990).
Marta Lamas
La maternidad es un trabajo ligado a la afectividad, un trabajo de amor por el que las mujeres reciben una “dosis más o menos elevada de gratificación psíquica y de poder en el campo interpersonal de la familia y la pareja”. Esta labor puede ser culposa cuando las madres no pueden cumplir con el “mandato social”.( 1987 “Maternidad y política”, en Jornadas feministas, Ediciones EMAS, México.)
La maternidad es el deseo “natural” de procrear puede ser el deseo de reafirmar la propia femineidad, de rejuvenecer, de unirse a un compañero, de llenar el hueco dejado por hijos mayores o de asegurarse una vejez acompañada: Marta Lamas, en el artículo “Madrecita Santa”, contenido en el libro Mitos mexicanos.
Rosario Castellanos
“La mujer mexicana no se considera a sí misma —ni es considerada por los demás— como una mujer que haya alcanzado su realización si no ha sido fecundada en hijos, si no la ilumina el halo de la maternidad” discurso en la ceremonia oficial del Día Internacional de la Mujer, celebrada el día 15 de febrero de 1971.
En “Se habla de Gabriel” Rosario Castellanos: Como todos los huéspedes mi hijo me estorbaba ocupando un lugar que era mi lugar, existiendo a deshora, haciéndome partir en dos cada bocado. Fea, enferma, aburrida lo sentía crecer a mis expensas, robarle su color a mi sangre, añadir un peso y un volumen clandestinos a mi modo de estar sobre la tierra. Su cuerpo me pidió nacer, cederle el paso, darle un sitio en el mundo. La provisión del tiempo necesaria a su historia. Consentí. Y por la herida en que partió, por esa hemorragia de su desprendimiento se fue también lo último que tuve de soledad, de yo mirando tras de un vidrio. Quedé abierta, ofrecida a las visitaciones, al viento, a la presencia.( “Se habla de Gabriel” se publicó en la antología titulada En la tierra de en medio (1972).
Betty Friedan
La mística femenina, es aquella ideología que ve a la mujer como una criatura cuyas necesidades y aptitudes se agotan en el ejercicio de la sexualidad legítima, en la reproducción —legítima también— de la especie y en el cuidado de la casa. Lo demás no le concierne. Ni la participación en la república, ni la lucha por la igualdad de derechos, ni el desempeño de un trabajo que no sea doméstico, ni el cumplimiento de una vocación. (Autora norteamericana de la Mística de la Femineidad que revolucionó al mundo en 1968).
Para filósofa francesa Elisabeth Badinter la maternidad no es un “hecho natural”, sino una construcción cultural multideterminada, definida y organizada por normas que se desprenden de las necesidades de un grupo social específico y de una época definida de su historia. Se trata de un fenómeno compuesto por discursos y prácticas sociales que conforman un imaginario complejo y poderoso que es, a la vez, fuente y efecto de la condición social de las mujeres: El instinto materno y el amor maternal (Badinter, 1980 y Knibiehler, 2001).
Victoria Sau Sánchez (escritora y psicóloga catalana)
dice que el amor maternal representa parte de lo femenino permitido dentro de la sociedad patriarcal, lo que resulta paradójico, ya que por un lado es infravalorado por instintivo, natural, que no requiere esfuerzos para ser adquirido. A la vez es una exigencia para las mujeres, a las que se les acusa de «malas madres» si no demuestran las formas de amor esperadas por la sociedad. Es una maternidad vigilada y necesaria para mantener el modelo patriarcal 10.
Según Judith Butler
La garantía social de contar con mujeres reproductoras —madres instintivas— yace en la imposición de la heterosexualidad como la única preferencia sexual aceptada socialmente y en el falocentrismo como eje del ejercicio sexual. Es la administración de la reproductividad femenina, manifestada en la simbolización de la maternidad como instinto y como deseo primordial de todas las mujeres. Butler, Judith 1990 Gender Trouble (feminism and the subversion of identity), Routledge, Nueva York. Filosofa neomaterialista, judeo-estadounidense, leída por la juventud feminista en EU y Méico, con importantes aportes en el campo del feministmo, la filosofía política y la ética.
Teresita de Barbieri
Se trata de darle a la maternidad un nuevo sentido: que sean madres sólo las mujeres que deseen serlo; que la maternidad sea un gozo y no una fuente de dolor y de sufrimiento de por vida; que la sociedad se responsabilice de su propia reproducción y no cada mujer aislada y en forma individual; que la maternidad no sea una tarea que excluya a la mujer de su participación laboral, social y política, sino que se integre armónicamente con las otras tareas iguales en importancia para la sociedad (Socióloga Uruguaya, teórica de la vida cotidiana de las mujeres. En Mujeres y Vida Cotidiana, SEP/80, 1984- fue 30 años investigadora y activista feminista, murió hace 7 años, publicó 40 textos en el suplemento DobleJornada,de la Jornada)
Las mujeres somos las que tenemos, por constitución anatomofisiológica, el monopolio exclusivo de gestar y parir el fruto de la concepción humana que, dentro de toda escala animal, es la especie que nace más desvalida y necesitada de cuidado para la sobrevivencia. Pero no todas las mujeres, desean, pueden o quieren ser madres.
Hasta ahora, cualquier varón que desea realizar su posibilidad de paternidad biológica debe asegurarse una mujer dispuesta a gestar, parir y cuidar el fruto de la concepción. Si además desea ejercer la paternidad social sin desarrollar muchos esfuerzos, debe asegurarse una mujer dispuesta a acompañar el largo y lento proceso de maduración, aprendizaje, socialización, es decir, realizar la maternidad social.
Escritora Catalina D’Erzell
Todas las madres debían ser veneradas, pues la maternidad purificaba su alma. Se debe hablar de “madres felices” y “sin ventura”. Las primeras recibían “dones de bienestar y amor” por haber encauzado su vida por el “sendero recto”, mientras que las segundas carecían del apoyo de un hombre y sólo contaban con su “retoño”.
Madres solteras, Catalina D’ Erzel: La maternidad, entendida como una “misión sagrada”, no sólo ayuda a ocultar la deshonra, sino que la convertía en una “madre buena” que es “consciente de sus responsabilidades” y que ve en su vástago “su estímulo, su recompensa, su sostén y su consuelo”.
En la película Corona de lágrimas (1968) La viuda Doña Refugio Chavero, interpretada por Marga López, es una de las madres más abnegadas que ha dado el cine mexicano. Dispuesta a trabajar cuantas horas sean necesarias para sacar a sus hijos adelante, aun cuando su vista no le permita hacer su trabajo al 100% y le genere regaños del jefe. Asimismo, su amor de madre le impide ver las fallas de sus muchachos, su hijo el que estudia medicina en realidad pasa sus días en el billar. Todo un clásico del cine popular firmado por el cineasta Alejandro Galindo.
Origen de la anticoncepción
La “píldora” anticonceptiva sintética hormonal se “descubrió” en México, gracias a las propiedades encontradas en una planta tropical llamada Discórea barbasco, un tubérculo que crecía de manera silvestre en las montañas tropicales del estado de Veracruz, cuyas cualidades eran utilizadas por los indígenas, para otros fines.
Gregory Pincus se encargó de coordinar los estudios clínicos y en 1959 en los Estados Unidos se dio la patente Enovid 10 como agente anticonceptivo.
La influencia de Margaret Sanger (autora del folleto La Brújula del Hogar) vuelve a ser determinante en esta empresa científica por obtener la producción de un nuevo método anticonceptivo, legal, barato y seguro.
Sanger, por su interés en desarrollar los métodos anticonceptivos la llevó a organizar en 1927 una conferencia en Ginebra, de donde nació la Unión Internacional para el Estudio Científico de la Población (UIESP). Este peculiar personaje logró, a mediados de la década de los cincuenta, crear su propia fundación y juntar un equipo de investigadores (Abraham Stone y Gregory Pincus) y apoyos financieros (Katherine Mc Cornick), para que se desarrollara la investigación de los métodos anticonceptivos y de los tratamientos para la infertilidad.
La investigación de los anticonceptivos estuvo a cargo de la doctora Rice Wray, quien aplicó la fase experimental del proyecto en Puerto Rico; pero luego se estableció en México, cuando se fundó en el año de 1958 la Asociación Pro Salud Maternal, cuyos fondos eran de procedencia norteamericana.