En México el gasto público enfocado en niños, niñas y adolescentes disminuyó en los últimos 13 años, de acuerdo con el “Análisis de la inversión pública en infancia y adolescencia en México 2012-2023”, elaborado por la Unicef y la Cámara de Diputados.
El informe señala que a pesar de que en los últimos años creció la inversión pública destinada a la infancia y adolescencia, este aumento no fue proporcional comparado con el crecimiento económico del país.
“Aunque en 2018 se destinaban 20 mil pesos para cada NNA (niños, niñas y adolesctente) y para 2023 se destinaron 22 mil 985 pesos (...) en términos reales es una disminución de -9.2%, que se explica por el efecto inflacionario”, señala el informe.
En promedio, entre 2012 y 2013 el Estado mexicano destinó 3.3 por ciento del PIB a este sector de la población, una inversión menor comparada con otros países de América Latina en donde el gasto para la infancia y adolescencia es mayor de cinco por ciento del PIB.
Por sectores, el ámbito educativo es uno de los que más recursos ha recibido particularmente durante el actual sexenio. Los programas Beca de Educación Básica Benito Juárez y Beca Universal de Educación Media Superior Benito Juárez, ambos sustitutos de PROSPERA, han recibido más asignaciones presupuestales. Caso similar ocurre con el programa La Escuela es Nuestra, sustituto de Escuelas de tiempo completo.
Sin embargo, en el tema de salud, los recursos federales asignados muestran una realidad distinta. Según el reporte de la Unicef “entre 2012 y 2023, los crecimientos reales han sido positivos en la mayoría de los años de análisis; sin embargo, estos incrementos no han beneficiado la inversión en salud para NNA”.
Esto se debe a cambios como la sustitución del Seguro Popular por el Insabi, la eliminación del programa Seguro Médico del Siglo XXI y la pandemia de Covid-19.
El Seguro Popular destinaba casi el 50 por ciento del total de su presupuesto para la atención de NNA; sin embargo, con la entrada en operación del INSABI, el porcentaje destinado a la infancia y adolescencia disminuyó a 40.5 por ciento en 2021 y hasta 29.8 por ciento en 2023precisa el análisis.
Las reducciones presupuestarias se observan particularmente en la reducción de recursos a los programas de vacunación, a la salud materna, sexual y reproductiva y a la prevención y control del sobrepeso y obesidad en la población menor de 18 años.
Además, las atenciones a la seguridad social enfocadas a niños, niñas y adolescentes también registraron continuos recortes, los programas de bienestar social se han enfocado principalmente en la población de la tercera edad mediante programas como la Pensión para Personas Adultas Mayores.
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De acuerdo con la Unicef, “invertir en la infancia y adolescencia debe ser prioridad siempre, sobre todo ante eventos catastróficos y crisis económicas”, además de que los recursos federales a este sector de la población deben asignarse de manera proporcional con el crecimiento económico del país.
Asimismo, el informe destaca que entre la población menor a 18 años -38.2 millones de niñas, niños y adolescentes de 0 a 17 años de edad, según el último censo del Inegi- el grupo de la primera infancia, es decir de cero a cinco años, debe tener atención prioritaria porque “es grupo históricamente rezagado en términos de inversión en educación, salud y protección social”.