TAPACHULA, Chiapas.- El "destrampe" de los migrantes en la garita El Chaparral obedece a un sentimiento de desesperación, según Rubén Figueroa, activista del Movimiento Migrante Mesoamericano y uno de quienes el domingo vivió el intento de cruce en la frontera y la respuesta estadounidense con "una lluvia de gases y balas de goma".
Afirma que en Tijuana la ayuda humanitaria ha llegado del pueblo, pero de manera institucional, todo envuelto en un aire de criminalización y desprecio hacia la comunidad migrante centroamericana.
"El gobierno mexicano no ha atendido esta situación, (…) los migrantes están muy desesperados ante la ausencia de todo y la presencia de nada", acusa.
También recrimina la nula intervención de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ante esta situación de crisis humanitaria. "Ya no será Peña Nieto, ahora será Andrés Manuel quien vea por esta problemática, Se debe atender de manera urgente, México debe darse a respetar".
El domingo, en los minutos críticos frente a los soldados estadounidenses, afirma que solo vio un proyectil que iba directo a su rostro. La reacción al girar y protegerse fue rápida pero no lo suficiente para evitar la colisión contra su cuerpo. En pocos segundos, los gritos, el pecho agitado y la nula visión se apoderaron de él; después vio gotear sangre hacia el suelo y un ardor corrió por su cabeza.
Las balas de goma y los gases para replegar a los integrantes de la caravana hicieron blanco en varios migrantes. La frontera física entre Estados Unidos y México desapareció por unos minutos en medio de la espesa nube blanca que carcomía las pupilas e imposibilitaba la respiración. Lo intentaron a toda costa, pero el resultado fue más que negativo. En todo momento la guardia fronteriza impidió el acceso.
“No sé que vaya a pasar, si toda esta gente tendrá una respuesta, estamos en un limbo, en condiciones precarias e infrahumanas”, lamenta.
El senador Miguel Ángel Osorio Chong dijo que se ha perdido el control por la llegada de miles de migrantes centroamericanos. “No se trata dejar pasar por pasar, tiene que existir un control para conocer quién ingresa’’. Lo que vemos es un problema serio, más grande de los que muchos están viendo, porque cada vez se oyen más voces que se organizan en Centroamérica y vienen para acá", explicó.