Narco CDMX: El monstruo que nadie quiere ver

Te presentamos un segmento del libro escrito por los periodistas: Sandra Romandía, David Fuentes y Antonio Nieto, quienes viven bajo la sombra del narcotráfico de la Ciudad de México

Periodistas: Sandra Romandía, David Fuentes y Antonio Nieto

  · domingo 7 de abril de 2019

En el ajedrez del crimen organizado, la Ciudad de México juega un rol muchísimo más importante de lo que se pensaba; los periodistas Sandra Romandía, David Fuentes y Antonio Nieto documentan y reseñan lo anterior en este libro editado por Grijalbo, con un prólogo de Héctor de Mauleón, y del cual presentamos un fragmento.

Lo que sigue

La problemática actual relacionada con el narco en la Ciudad de México tiene sus raíces en tres acontecimientos significativos: la captura de Édgar Valdez Villareal, La Barbie, en 2010; la creación, meses antes, de La Unión, así como los asesinatos de Felipe de Jesús Pérez Luna, El Ojos, y de Francisco Javier Hernández Gómez, Pancho Cayagua, en 2017.

La lucha de esos capos por dominar los lugares estratégicos ha tenido en vilo a la Ciudad de México.

Si con la desarticulación del cartel de los Beltrán Leyva, el de mayor presencia en la capital, surgieron remanentes delictivos que se enfrentaron entre sí, con la caída del Ojos y de Pancho Cayagua aparecieron remanentes de los remanentes. Las antiguas alianzas de Pérez Luna se debilitaron tras su asesinato, como ocurrió con el grupo delictivo de los Rodolfos, asentado en Xochimilco, los cuales tuvieron que reagruparse y aumentar su seguridad para evitar que otras bandas invadieran sus territorios.

Estadísticas de la procuraduría local precisan que de julio de 2016 a julio de 2017- cuando murió El Ojos- se contabilizaron nueve asesinatos relacionados con la mafia en Xochimilco, mientras que de julio de 2017 a junio de 2018 dicha cifra se duplico a 20.

En Iztapalapa, donde el Cártel de Tláhuac irrumpió desde 2016, se dio otra atomización de organizaciones dedicadas a la venta de droga. Se dice que el Nacho, quien fuera socio del Ojos, es uno de los remanentes que ahora busca llenar el vacío delincuencial en Iztapalapa y sus lideres con Tláhuac. Asentado en la colonia San Miguel Teotongo, El Nacho, quien fuera agente de la AFI y de la PGR, lucha contra numerosas bandas por el control del narcomenudeo.

Sin embargo, la batalla más álgida se halla en el centro de la ciudad. Empezó en octubre de 2017, cuando el líder de La Unión Tepito, Francisco Javier Hernández Gómez, Pancho Cayagua, fue acribillado dentro de un coche en la colonia Tepeyac Insurgentes, en la delegación Gustavo A. Madero. Desde hacia meses, Pancho Cayagua había adoptado un bajo perfil: usaba Renault Fluence y salía de su casa solo para ir al gimnasio. Después de pasar un tiempo en Cancún, a su regreso se topó con que su antiguo empleado Roberto Mollado Esparza, El Betito, ya tenia su propia organización criminal, sicarios entrenados y bases de operación en Tepito, el centro la Guerrero e Iztacalco.

Foto: Twitter

Mientras tanto, Pancho Cayagua y su hermano, Armando. El Ostión , intentaron mantener a flote a La Unión Tepito.

Tenían negocios aparentemente lícitos, como uno asentado en el numero 43 de la calle Republica de Argentina, en el centro y seguían gozando de protección de ciertas autoridades.

A Pancho Cayagua lo encarcelaron en 2016, acusado de homicidio junto con uno de los pistoleros, Ismael Muñoz Rosario, El Men. Durante su proceso el juez que llevo el caso considero deficiente la investigación de la Procuraduría y absolvió a Pancho Cayagua, pese a que testimonios lo imputaban directamente. La ventaja que tuvo el capo fue que el crimen había ocurrido hacia mas de 11 de años, tiempo durante el cual desgastaron a la familia de la victima con amenazas de muerte. Además, El Men se autoinculpó en la audiencia; aseguro de haber sido el único atacante, pese a la hazaña que había significado disparar contra las victimas y conducir una motoneta al mismo tiempo.

La PGJ apelo la determinación del juez, razón por la cual Pancho Cayagua se vio obligado a tener comunicación con su abogado. De hecho, según la indagatoria citada fue con su defensor con quien el capo habló por ultima vez pues apenas colgaron lo asesinaron a balazos . Dentro de su Renault Fluence terminó una carrera delictiva que duro casi dos décadas, y un reinado en Tepito que sobrevivió poco mas de siete años, desde que fundo La Unión bajo el padrinazgo de la Barbie Y Ricardo Castillo, El Moco, un exagente federal y colaborador de los Zetas, arrestado en mayo de 2018.

Armando Hernández Gómez, El Ostión, ha luchado a sangre y fuego por defender las narcotiendas y el negocio de la extorsión que impusieron en el centro de la capital, pero al parecer no ha alcanzado el peso que tenía su hermano. Ya en 2013 lo habían detenido por el caso Heaven, en aquella ocasión aportó información sobre los responsables del rapto y homicidio de los 13 jóvenes pero también expuso de alguna manera a su hermano y a la organización delictiva, la cual empezó a aparecer en los medios de comunicación .

A la izquierza, como lucía en 2004 y en la derecha, su detención este 2018 / Foto: Especial

El Ostión aseguró ante el Ministerio Público que él, Pancho Cayagua y el resto de su familia se dedicaban a la venta de zapatos .

A partir del caso Heaven, La Unión se dividió: por un lado estaban los fundadores tepiteños como los hermanos Hernández Gómez, y por el otro La Unión de Insurgentes, ex socios asentados en la colonia Romero Rubio que dominaban la vida nocturna desde Gustavo A. Madero hasta Álvaro Obregón, por avenida Insurgentes.

Esa fractura ha tenido resonancias hasta 2018. De acuerdo con reportes de la PGJ, la SSP y la PGR , Roberto Mollado Esparza, El Betito, tejió alianzas con la Unión Insurgentes, mermada después de que sus miembros los persiguieran por el propio caso Heaven así como por otros hechos de violencia y extorsión en la Roma-Condesa.

El pacto se consumó con Edwin Agustín Cabrera Jiménez, El Antuán, el cerebro detrás del Heaven y hoy prófugo de la justicia. Sobrino de los hermanos Magaña viejos lobos del mar en el ambiente delictivo capitalino, y con fuertes conexiones con grupos criminales asentados en Morelos y Guerrero , Edwin le abrió las puestas de la Roma Condesa a El Betito.

Este hombre es oriundo de la colonia Guerrero lo apodan también Mini Aleks Syntek o El Chaparrito de la B. Tiene entre 35 y 40 años de edad y empezó su carrera delictiva hurtando relojes de lujo en Polanco. Por ese ilícito lo capturaron en junio de 2008 luego de asaltar al comensal de un restaurante y despojarlo de un Rólex. Tras salir del Reclusorio Norte en 2009 , El Betito se enrolo en el narcomenudeo, formando junto con sus familiares de sangre y políticos una pandilla delictiva que se asoció con la Unión Tepito. A la sombra de los hermanos Hernández Gómez, El Betito estuvo en el anonimato hasta marzo de 2013, cuando lo denunciaron por un asesinato en la colonia Morelos.

En septiembre de 2015, apareció una serie de videos en You Tube, donde una mujer oculta en una cobija negra y lentes de sol , expuso al Betito y a sus subordinados. Detrás las acciones estuvo Pancho Cayagua; los investigadores saben que ordenó a sus colaboradores contrarrestar con su “mala publicidad” al creciente grupo delictivo de El Betito. Quienes subieron la información se hicieron pasar por comerciantes de la plaza de Santo Domingo y del Centro Histórico, hartos del cobro de piso. Los vendedores efectivamente estaban cansados de las extorsiones, pero cuando decidieron unirse y denunciar al Betito el y sus sicarios asesinaron a varios de ellos .

En respuesta a los videos, El Betito publico otros donde apareció su primera fotografía, pero fue un engaño pues la imagen correspondía a una de sus víctimas, quien tenía cierto parecido con él. Posteriormente la procuraduría local capturó a Juan Antonio Ruiz Maciel, encargado de extorsiones y venta de droga para El Betito. En una publicación de Reforma, el entonces subprocurador de averiguaciones Previas Desconcentradas, Oscar Montes De Oca, afirmó que Maciel era el Betito, con el propósito de que los medios de comunicación dejaran de presionar a la institución con su arresto. Pronto se supo que en realidad era Maciel a pesar de que compartían rasgos físicos como el sobrepeso y la calvicie. Esta confusión beneficiá al Betito, quien burló no solamente a sus contrincantes sino a los medios de comunicación.

Las autoridades descubrieron que El Betito había dejado de vivir en la ciudad desde abril de 2016, cuando tras asistir a la lucha libre en la Arena México balaceó a varias personas en uno de los estacionamientos. La agresión quedó grabada y la difundió Reforma . En aquella ocasión, el rostro de Mollado Esparza quedo expuesto, por lo que decidió huir.

Informantes de la policía lo ubicaron entonces en el Estado de México y Guanajuato. Cuando regresaba a la ciudad lo hacia de forma sigilosa, custodiado por una legión de pistoleros y frecuentemente bajo la fachado de que asistía a una estética en Santa María de la Rivera, muy cerca de la delegación Cuauhtémoc. Al mismo tiempo, siguió ordenando asesinatos y el cobro de piso se extendió a actividades como la prostitución. Ello se revelo tras las investigaciones de Karen Grdziñski de origen argentino y Génesis Gibson Jaimes, de Venezuela. A aquellas las extorsionaban los sicarios de El Betito, algunos de los cuales las habían introducido en su mundo ser jóvenes influyentes, juniors o propietarios de antros . Ambas se involucraron de más con los pistoleros y las asesinaron en hoteles.

El caso mas representativo, debido a que dejó su testimonio en video, es el de Kenny Finol, también venezolana a quien mataron el 25 de febrero de 2018 en Ecatepec luego de asistir a un supuesto festival de música electrónica.

Finol dejó varios videos que se difundieron en los medios de comunicación. En ellos expuso el maltrato, las golpizas y las amenazas de muerte que recibía de un sujeto apodado, El Pozoles, quien resultó ser operador de El Betito. Al mismo tiempo, Reforma, dio a conocer fotografías donde aparecía con Kenny posando con armas de uso exclusivo del Ejército, y paquetes con cocaína pura, lo que reveló a los investigadores que su vínculo con El Pozoles y el crimen organizado fue demasiado lejos.

Kenny grabó algunos videos para una amiga y otros para El Pozoles, con quien al perecer tenia una relación sentimental . En uno de ellos dice:

“Yo ya mande a quitar todo lo de las paginas, solo estoy esperando a que se me quite un poquito lo inflamado de la cara ya mañana me movilizo, pues es que ahorita no me puedo levantar de la cama, no he comido nada ni orinado nada [….] En la boca, no se si me la ves, tengo un hueco y ahí en la garganta horrible, me abriste como un hueco y estoy demasiado inflamada, esperaré a que se me pase un poquito para movilizarme.”

Las pesquisas arrojaron que a Kenny la usaban para enganchar victimas de secuestro y extorsión, como dueños de bares y giros negros. De igual modo la utilizaron para trasladar y ocultar droga, al tiempo que ella anunciaba sus servicios sexuales en el portal de Zonas Divas, creado por la mafia argentina hace casi dos décadas. El miedo de las escorts a hablar con las autoridades ha complicado las pesquisas; en ese caso resultó que nadie conocía al Pozoles, aunque en diferentes redes sociales aparecía con edecanes y otras sexoservidoras del Zona Divas.