"¿Quieren saber una cosa?"- tentó meloso, sonriente, complacido ayer el Presidente Andrés Manuel López Obrador a un grupo de pequeñuelos llegados de Veracruz.
"Pues que yo soy su paisano. Nací en Tabasco, pero mi padre era veracruzano y la Constitución de Veracruz dice que hijo de padre veracruzano, también lo es".
Eran seis o siete los niños. Una niña de 12 años que ya se pinta los labios formó en el grupo, tres de ellos formularon preguntas -que otras manos y cerebros redactaron- al presidente.
"¿Qué, cómo participan los niños en la 4T?”.
"¡Magnífica pregunta! -elogió López Obrador. Portándose bien, obedezcan a sus papás, más a sus mamás. Estudien, jueguen. El juego es para los niños -definió- lo que para los adultos el trabajo”.
Terminaba así su conferencia matinal. La había iniciado con cierto retraso. Tanto que mudó el amable saludo por un festivo: "¡Buenas tardes!” -con la mirada puesta en la esfera del reloj-. Lo seguían responsables del Sector Salud.
"Les informo -dijo a los reporteros- que el Plan de Salud de este gobierno vive una situación compleja ¡por culpa de los intereses creados!. Nuestro objetivo es contar con mejores médicos, con magníficos hospitales, contar con medicamentos suficientes y personal que dé trato humanitario a enfermos y familiares. Me preocupa que más de la mitad de la población del país no tenga acceso ningún servicio de salud...”.
"Son muy fuertes los intereses creados. Con decirles que ni Obama pudo con ellos, pues su plan de salud no llegó donde quería. Los monopolios resisten, la salud significa negocio de miles de millones...”.
"Y todo eso no me amilana. El Plan Nacional de Salud ¡Va! -decidió vehemente-. Aunque sea necesario adquirir medicamentos en cualquier lugar del mundo”.
"Se pone fin al abuso, se acaba con la dañina práctica de la subrogación, se llegó al extremo de subrogar las guarderías infantiles, se entregaron contratos a particulares. Los neoliberales arruinaron el país. Se esmeraron, sí, sí como lo oyen, se esmeraron en provocar su desastre. A los neoliberales los movió el dinero. ¡El cochino dinero!”.
“‘A privatizar se ha dicho’ -se dijeron los neoliberales-. Privatizaron Salud, Educación, dejaron a la deriva a Pemex y a la Comisión Federal de Electricidad para anularlas, para diluir el papel del Estado. Abrigo la convicción de que el Estado está obligado a garantizar Salud y Educación gratuita para todos los mexicanos”.
"El neoliberalismo provocó la escasez de médicos generales y especialistas que padecemos. Canceló aspiraciones de miles de hombres y mujeres ansiosos de aprender a curar, que no aprobaban exámenes de admisión. Escuelas y Facultades de Medicina de universidades publicas les dieron con la puerta en la nariz, por ello padecemos un déficit notable de médicos”.
“Ese fenómeno benefició a universidades privadas, los potentados pagaron como los ricos que se curan en hospitales privados. ¿Tienen? ¡Qué bueno! Paguen. Yo no me opongo”.
"Ya me imagino a un campesino que quiera poner un píe en uno de esos sanatorios privados. ¡Ni siquiera lo dejarán entrar! Y si entra le soltarían: ¿Qué tienes? Y antes de que cuente sus dolencias lo atajarían: "No, no te pregunté qué te duele. Te pregunto ¿Cuánto tienes? ¿Cuánto traes?. Todo por culpa de los neoliberales. Ya demandan olvido y piden que cese de repasar sus fallas. ¿Amnésico, yo? ¡Desde luego que no! ¡Arruinaron a México! ¡No lo olvidaremos jamás!”. Esto dijo el Presidente en la mañanera de hoy.