El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, negó este miércoles mantener un diálogo con grupos del crimen organizado para lograr su desarme y aclaró así las palabras de una ministra de su Gobierno que causaron confusión sobre este tema.
"No se tiene diálogo con integrantes de las bandas del crimen organizado, como se les denomina. No tenemos esa relación", expresó el mandatario y líder del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en su rueda de prensa matutina.
López Obrador aclaró que su Gobierno plantea "buscar un proceso de paz en el país con la participación de todos", especialmente de las víctimas del crimen organizado, ya que "no se puede hacer nada si no se tiene la anuencia de las víctimas".
El presidente fue cuestionado sobre las palabras de la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien este martes declaró que el Gobierno dialoga con "muchos grupos" que están dispuestos a dejar las armas y avanzar hacia la pacificación del país, sin precisar a qué agrupaciones se refería.
Posteriormente, la Secretaría de Gobernación matizó que la ministra se refería a las policías comunitarias o grupos de autodefensa que han surgido en años recientes, principalmente en Michoacán y Guerrero, para hacer frente a robos, extorsiones, secuestros y otros delitos del crimen organizado.
López Obrador dijo que su Gobierno no promoverá "nada que signifique la autodefensa" como, según dijo, hicieron los anteriores Gobiernos para enfrentar los grupos criminales.
"La seguridad pública la tiene que garantizar el Estado. No podemos promover la creación de grupos para atender temas de seguridad porque no funciona y genera mucho desorden", expresó el mandatario.
López Obrador reivindicó que está "trabajando todos los días para garantizar la paz en el país", pues se reúne cada mañana con su gabinete de seguridad para estudiar las cifras de criminalidad en México.
Recordó que su Gobierno busca "atender las causas de la violencia" y por ello tiene planes para generar empleos, rescatar el campo, atender a los jóvenes y combatir las adicciones a las drogas.
También señaló que se debe "consolidar" la Guardia Nacional, un cuerpo de seguridad pública de nueva creación que integra a militares, marinos y policías bajo un mismo mando.
López Obrador ha criticado la política de combate frontal a los carteles por medio de las Fuerzas Armadas iniciada por el presidente Felipe Calderón (2006-2012), a la que atribuye la ola de violencia que padece el país.
Aunque el actual presidente no ha corregido la militarización de la seguridad pública, ha puesto en el punto de mira la necesidad de combatir la pobreza para mitigar la violencia.
En campaña electoral, López Obrador llegó a plantear una ley de amnistía a algunos criminales siempre que tuviera el aval de las víctimas, aunque la iniciativa no ha prosperado desde que asumió el poder el 1 de diciembre de 2018.