El tiempo de Semana Santa no es para desentenderse de la realidad que vivimos y emprender acciones que pongan en riesgo a otras personas. “No es tiempo de aglomeraciones, ni de fiestas, ni de ser parte de ese riesgo de una tercera ola”.
La Arquidiócesis de la Ciudad de México, señala en su Semanario Desde la Fe, que se llega a la Semana Santa 2021 con muchas heridas que aún están abiertas, con la esperanza que nos han dado los primeros meses de la campaña de vacunación, pero también con una clara advertencia sobre una tercera ola de contagios de Covid-19 de la que no se puede hablar solamente como si fueran números al alza.
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Recordó que han pasado 12 meses en los que han muerto millones de personas (sólo en México más de 200,000), en el que millones más se han contagiado de Covid-19, quedado con secuelas, perdido su empleo, afectado su economía. “Difícilmente alguien no ha sufrido hoy los golpes de la pandemia”.
“Son historias, vidas humanas, historias de dolor, a las que no podemos darles la espalda”.
La salida a esta dura prueba no está en los planes individuales ni en las acciones egoístas. Está en el trabajo en equipo, en la escucha y el diálogo, en la caridad y la fraternidad, de la que también nos ha hablado el Santo Padre.
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La Arquidiócesis hizo un llamado para que esta Semana Santa sea un momento de profunda renovación personal. “Seamos responsables y aprovechemos esta gran oportunidad para la reflexión, que nos ayudará a romper ese encierro, no físico, pero sí mental, que muchas veces nos ata a cosas que nos impiden crecer”.
Miremos el pasado, analicemos el presente y visualicemos el futuro, y respondamos al llamado que nos hace el Papa: ¿qué es lo que nos preocupa realmente?
Y recordemos, dice el Semanario, en palabras del Santo Padre, que “en medio del aislamiento, donde estamos sufriendo la falta de los afectos y de los encuentros, experimentando la carencia de tantas cosas, escuchemos una vez más el anuncio que nos salva: ha resucitado y vive a nuestro lado”.