Los integrantes de la familia Ortega seguían puntualmente las medidas para evitar contagiarse de Covid-19, se lavaban las manos constantemente, mantenía su ropa limpia y su casa estaba aseada pero una tarde, sin mayor razón, les cortaron la luz. Así vivieron 14 días.
Puntualmente los Ortega pagaban a la CFE pero sin energía eléctrica se quedaron sin la bomba que les garantiza agua potable, sin internet para estudiar a distancia y mantenerse comunicados e incluso, tampoco pudieron resguardar en el refrigerador medicinas y alimentos para la emergencia sanitaria.
En al menos dos ocasiones tuvieron que abandonar su resguardo voluntario para acudir a las instalaciones de la Comisión Federal de Electricidad y arreglar el problema pero los dejaron sin respuesta y sin luz.
Tras insistir por la reconexión de energía eléctrica les dijeron que no había personal encargado y que sus computadoras no tenían ninguna orden de corte en su medidor por lo que la incertidumbre y el temor los invadió ante el contexto que se vive por el Coronavirus.
Dos semanas tuvieron que pasar para que un tribunal federal resolviera a su favor y determinara que la CFE está obligada a proveer el suministro de energía eléctrica para garantizar el acceso al agua y proteger así los derechos a la salud y la vida durante la pandemia por Covid-19
Y es que, ante la situación los Ortega fueron ante un juez que por motivos legales desechó su demanda. Posteriormente acudieron a un tribunal federal que, finalmente, ordenó a la CFE restablecerles en lo inmediato el suministro de energía eléctrica.
“Si pertenecen a un grupo vulnerable y durante la pandemia que estamos viviendo no cuentan con agua potable, el acto reclamado se trata de uno que importa peligro de privación de la vida, ya que una de las principales medidas de precaución para evitar el contagio del coronavirus es el constante lavado de manos que se recomienda con agua y jabón, entre otras sustancias, así como la toma de sus medicamentos para conservar un buen estado de salud”, se concluyó.
Los magistrados explicaron que sin energía eléctrica, una familia no puede tener el aseo indispensable en su persona, ropas y casas, tampoco puede resguardar medicamentos y como consecuencia existe una mayor posibilidad de adquirir Covid-19.
“Existe el riesgo de afectación en su salud y a la postre, perder la vida ante la inexistencia de la vacuna, y lamentablemente, ante la carencia de los insumos de todas nuestras instituciones de Salud para enfrentar dicha pandemia, tanto públicas como privadas que en este momento se están viendo rebasadas con el número de casos que aumenta cada día de forma alarmante”, se señaló.
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