VALLE DE BRAVO. Un kilo de arroz, frijol o cualquier producto de la canasta básica a cambio de flores, artículos de limpieza, semillas, sopas, ropa y hasta libros. La premisa es simple, lo que no necesitas tú, le sirve a alguien más y viceversa.
El trueque ha vuelto y con más fuerza, como una acción económica solidaria ante la situación sanitaria en México por la presencia del Covid-19. Muchas personas, acostumbradas a vivir al día, fueron obligadas a pausar sus actividades laborales por el confinamiento y han iniciado la búsqueda de nuevas alternativas que les ayuden a abastecerse de alimentos y artículos de primera necesidad.
Este es el caso de Tomás Velázquez, productor de flores de Valle de Bravo, en el Estado de México a quien se le ocurrió la idea del trueque al no querer materializar un producto tan valioso como sus rosas.
Su convocatoria por redes sociales lo rebasó, incluso hubo personas que intercambiaron rosas por costales de semillas, jitomates, y otros productos.
“Esa parte de regresar un poco a lo del cambio de mercancías para la satisfacción de una necesidad tienen un impacto social para satisfacernos como seres humanos y claro que tiene repercusiones y las personas que se acercaron lo hicieron con la intención de ayudar, ahí también vi que el objetivo del trueque definitivamente sí impacta pues satisface necesidades básicas como seres humanos, hemos tenido una respuesta no a raíz del valor económico, sino a raíz de la solidaridad”, dijo en entrevista.
El Estado de México es líder en la producción floral, pues según el Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera, el año pasado produjo 7.1 millones de rosas, de 9.2 millones producidas en todo el país.
En Valle de Bravo, 140 personas dependen de esta actividad comercial, siendo las mujeres las principales jefas de familia. La producción de rosas representa entre 20 y 30 días de cuidados y amor, porque las flores sin amor no viven, asegura Tomás.
Con el Día de las Madres en puerta, los productores se vieron envueltos en una situación difícil, con 10 hectáreas fijas de siembra sin poder moverse, más la misma cantidad de siembra temporal. No esperaban que tras el 14 de febrero la pandemia alcanzaría niveles de emergencia en el mundo entero.
Estas dos fechas representan las de mayor venta para los floricultores de Valle de Bravo y de todo el país.
Entonces, los propios productores concluyeron que antes de desechar y tirar los productos cultivados, organizarían un trueque en el que darán sus flores a cambio de alimentos de la canasta básica.
Tras los resultados de la iniciativa, 180 paquetes de rosas (25 en cada uno) vendidos, Tomás Velázquez afirma que las rosas tomaron un nuevo significado para él: “es alimento, representa nobleza, pero también un acto de amor, pues regalamos flores en situaciones de amor pero también de tristeza, es un regalo de la misma naturaleza, recibir un aroma de una rosa o de cualquier otra flor inspira poesía, solidaridad, gentileza, muchos gestos de ayuda”, menciona.
Recordó que los primeros días de la cuarentena trataron de sobrevivir con los cobros pendientes de sus clientes. De igual manera, bajaron los costos de producción, pero estas acciones fueron insuficientes para seguir sobreviviendo.
Las flores producidas en esta región se distribuyen a través de dos mercados: el nacional y el internacional. En el primero, venden parte de su producción en la Central de Abastos en la Ciudad de México, además de tener una cartera de clientes amplia en el mercado local.
En el mercado de exportación, su venta está orientada a Estados Unidos, país que ha endurecido sus políticas económicas con los floricultores vallesanos a partir de la declaratoria de emergencia sanitaria en ambos países.
Pero los floricultores de Valle de Bravo no son los únicos que recurren al milenario trueque. Abraham García, quien se dedica a cuidar carros y lavarlos afuera de la Dirección del Registro Civil en Cuernavaca, Morelos, también intercambia sus servicios de lavacoches por productos, después de que las actividades legales fueron frenadas por la contingencia de salud.
Un kilo de frijol o cualquier producto de la canasta básica a cambio de lavar el auto, es lo que ofrece don Abraham en la cartulina que coloca sobre la calle De La Luz, en el municipio de Cuernavaca
“Anteriormente cuidaba los autos de los trabajadores del Registro Civil, les lavaba el carro y bueno para mi esa era mi fuente de ingresos, porque me quedé sin trabajo, y ahora me va peor porque no están trabajando aquí”.
Las personas que se acercan le regalan comida, otros le llevan sus automóviles para su respectivo aseo.
El grupo de Facebook Trueques Xalapa ha tenido un incremento en sus actividades, a partir de la contingencia.
Con medidas de seguridad y guardando las recomendaciones oficiales, los trueques son considerados como un medio de subsistencia de solidaridad que caracteriza a este esquema económico desde su nacimiento.
Yessel Lira, administradora del grupo de Facebook, explica que en medio de la emergencia sanitaria por el Covid-19 la gente sigue integrándose a los diferentes grupos que hay en redes sociales y los intercambios se mantienen.
Precisa que en estos días lo que más se ha cambiado son productos alimenticios, despensa básica, así como ropa, servicios y artículos de entretenimiento.
“En Xalapa cada día son más personas que se integran al grupo de intercambio y la gran mayoría presenta un nivel socioeconómico bajo. Ante la situación, la recomendación que damos es que las personas que decidan hacer el trueque deben asegurarse de no deben presentar ningún síntoma de gripa, tos y fiebre y acordar un punto de reunión cercano”.
Tras descubrir que el trueque era una forma de comercio justa, solidaria y hasta ecológica es que decide comenzar a hacerlo de manera formal, a través de un grupo que tiene más de 12 mil miembros.
Reconoce que el trueque también proliferó debido a la crisis económica que viven miles de personas en Xalapa desde hace años, pues este sistema es una alternativa real para que las personas de escasos recursos puedan intercambiar productos y servicio por despensa o productos perecederos para alimentarse ellos y sus familias.
También en la capital veracruzana, Elizabeth León Pérez, administra un grupo en Facebook llamado Únete al trueque Xalapa, así como dos grupos de WhatsApp en el que coordina intercambios.
Precisó que en sus grupos los vecinos ofrecen ropa, zapatos, muebles, juguetes o artículos escolares ya sea nuevos o usados a cambio de despensa, ropa e incluso de comida o productos que preparan otros vecinos del fraccionamiento Valle Real.
Con casi cuatro mil miembros, el grupo Trueques justos Xalapa oficial opera en Facebook desde 2018, y en medio de la contingencia, hicieron un llamado a la solidaridad. “Sabemos que hay personas que con esta contingencia no trabajan y que lo poco que tenían ya se terminó (…) La ayuda puede ser desde una sopa. Y el trato debe ser aquí, y el punto sea intermedio para ambas”.
En San Luis Potosí, Karla Bravo, actualmente sin trabajo, señala que intercambiar objetos le ha permitido subsistir estas semanas. “Hemos tenido que volver a las viejas costumbres, si no fuera por el trueque, la crisis ya hubiese acabado con nosotros y no el virus”. Con información de
El Sol de Toluca, El Sol de Cuernavaca, Diario de Xalapa y El Sol de San Luis´
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