En los últimos años se incrementó el índice de accidentes en Petróleos Mexicanos (Pemex): de 1979 a la fecha se acumulan 869 decesos, mil 291 heridos y 15 desaparecidos en 40 siniestros.
En el último percance en la Sonda de Campeche, el incendio en la línea submarina a 150 metros de la plataforma satélite KU-C, no hubo lesionados; pero no fue así en la explosión en la plataforma Ab-Katún, el 3 de abril de 2015, donde 45 trabajadores resultaron heridos, hubo cuatro decesos y tres desaparecidos.
Mientras en la explosión e incendio del 18 de septiembre de 2012 en la planta de gas de Pemex, a 19 kilómetros de Reynosa, hubo 30 fallecidos, decenas de heridos y siete desaparecidos.
Otros percances fueron las explosiones en el Complejo Pajaritos en Coatzacoalcos, Veracruz, el 20 de abril de 2016, cuyo saldo fue de 24 personas fallecidas, y en el gasoducto Santa Catarina en Nuevo León, el 1 de agosto de 2015, que costó la vida de 16 personas.
Así lo manifestó el secretario general del Sindicato Nacional de las Empresas Productivas del Estado, Petróleos Mexicanos, Subsidiarias y Filiales (SNEPE-PM-SF), Eliel Flores Ángeles, al presentar el Plan de Seguridad Integral y Vigilancia, del que dijo es una estrategia coherente que se ajusta a la legislación en materia de seguridad e higiene.
En el primer trimestre de este 2021, el índice de frecuencia de percances al interior de las instalaciones petroleras se ubicó en 0.23 accidentes por cada millón de horas laboradas. Esto representa un incremento del 9.5% respecto al mismo período de 2020.
En donde se registró el mayor número de accidentes fue en Pemex Transformación Industrial con ocho trabajadores lesionados. Le sigue Pemex Exploración y Producción con cuatro trabajadores heridos y Pemex Logística con tres, de enero marzo de este año.
El índice de gravedad acumulada en los tres meses se ubicó en 6 días perdidos por millón de horas-hombre laboradas con exposición al riesgo, precisó.
La continuidad de los accidentes con decesos es más frecuente y regularmente los análisis Causa Raíz acusan falta de mantenimiento preventivo. Aunado a esto, no es ajeno los accidentes provocados por el robo de combustibles e incluso en el destino del presupuesto y calidad de los trabajos de mantenimiento.
Lo más preocupante, denunció, es que ni la empresa ni el sindicato, que no tiene aún líder, no toman acciones contundentes en la supervisión del mantenimiento preventivo y correctivo, situación que pone en riesgo la vida de los trabajadores.
“Nos manifestamos enérgicamente para que la Seguridad Industrial, Operativa, Salud en el Trabajo y Protección al Medio Ambiente tenga mayor prioridad que la producción. Sin seguridad, no somos nada. Los desastres no ocurren por sí solos. Son una cadena de eventos críticos”, afirmó.
Ante esta situación, como organismo gremial proponen colaborar en este Plan de Seguridad Integral y Vigilancia de las Instalaciones de Pemex, en coadyuvancia con la empresa productiva del Estado y las secretarías de la Defensa Nacional, Marina, Gobernación y la Guardia Nacional.
Afirmó que trabajan en una industria de alto riesgo. La industria del petróleo en su conjunto se considera como actividad de muy alto riesgo, tanto por el potencial peligro al personal, infraestructura y medio ambiente.
Circunstancias como reducción de presupuesto, jubilación de mano de obra calificada, negligencia, desánimo, incertidumbre, falta de capacitación, carencia de mantenimiento, corrupción y una larga lista de factores, generan un ambiente tóxico y son ingredientes nada favorables para trabajar en una industria de alto riesgo.
El impacto económico es totalmente mayúsculo ante los constantes accidentes ocurridos en la infraestructura de Pemex, como la explosión por gas metano en las oficinas centrales de la empresa productiva del estado el 31 de enero de 2013, donde hubo 126 personas heridas y 37 muertas.
“Y cobra mayor quebranto ante la pérdida de vidas humanas y daño al medio ambiente, por lo que contrario a la inversión en mantenimiento y seguridad que ha dejado de hacerse por muchos años, es imperiosa la necesidad que la seguridad de Pemex se toma con más energía y darle prioridad por encima de cualquier ahorro o cuota de producción”, afirmó
Refirió que incluso Pemex reconoce que los derrames de hidrocarburos al ambiente pueden provocar daños a la salud de la población local, flora y fauna nativas y en el capital natural, así como requerir grandes inversiones para la remediación de los sitios contaminados.