El contraste no podría ser mejor. Al tiempo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación por fin estableció jurisprudencia para que ninguna mujer en ninguna parte del país acabe en la cárcel por decidir abortar, las cúpulas partidistas andan perdidas en el mismo muladar oportunista de siempre.
El fallo histórico de la Corte es, sin duda alguna, uno de los mayores avances reales en el México reciente en favor de la protección de la integridad y derechos de las mujeres.
Al considerar que la legislación vigente en Coahuila viola la Constitución al castigar a las mujeres que deciden interrumpir su embarazo, ahora, en teoría, los jueces en todos los estados que hoy lo consideran un delito deberán atender a este criterio.
De esta manera, el Poder Judicial echa para atrás décadas de políticas aprobadas por legislaturas machistas a nivel local que antepusieron el rédito político sobre el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo.
El hecho es sumamente relevante en un país donde el feminicidio, la violencia y la desigualdad en contra de las mujeres son una realidad dolorosa para la que la política tradicional y las fuerzas de seguridad no han tenido respuestas contundentes.
En este contexto, ¿qué hicieron los máximos representantes de las dos mayores fuerzas políticas de este país?
Primero me detengo en la decepción que fue escuchar al presidente López Obrador. En lugar de festejarlo como cualquier líder de izquierda serio y congruente hubiera hecho, para el fallo de la Corte el Presidente reaccionó con un tímido “tenemos que ser respetuosos de la legalidad, y yo tengo que cumplir”.
El mandatario ya se había disculpado previamente de fijar una postura por ser "un tema polémico", incluso sugiriendo el disparate de hacer una consulta; sin embargo, su presunta imparcialidad sobre el aborto cae en la hipocresía cuando el Presidente no duda en fijar posturas recalcitrantes en cantidad de temas absurdos o innecesarios diariamente.
Del otro lado, y quizá más grave, es ver cómo la cúpula del PAN abraza ideologías abiertamente fascistas y supresoras de los derechos de las mujeres.
Luego de que el coordinador del PAN en el Senado, Julen Rementería, y otros 14 legisladores del partido tuvieran la brillante idea de recibir a un reconocido fascista, racista y machista como lo es Santiago Abasca, del partido español de extrema derecha VOX, ¿cómo reaccionó la cúpula del partido?
Por su parte Santiago Creel, presidente de la Comisión Política de Acción Nacional, en una carta deslindó al partido de VOX pero no tuvo los arrestos para señalar los excesos ideológicos en los que incurre dicha secta y que se opone a la despenalización del aborto.
En tanto ni el presidente del PAN con licencia para hacer campaña, Marko Cortés, ni su suplente, Héctor Larios, se han decido por separar a Rementería de su cargo en la Cámara Alta.
"Es un asunto que hay que tomar con la prudencia y la serenidad que amerita", dijo a Ciro Gómez Leyva en su programa de radio el mismo Héctor Larios, quien sí autorizó correr al encargado de las redes sociales del partido Christian Camacho por el hecho.
¿Qué hay que analizar? Somos los amigos que guardamos e invitamos a la casa.
Digo que la postura del PAN es "quizá más grave" respecto a la del Presidente porque si algo necesita la política nacional es de un contrapeso decente al poder de Palacio Nacional.
De Morena ya sabemos que no va a arriesgar el apoyo de la parte más confesional de su base electoral al festejar la despenalización del aborto, pero del PAN sorprende que les cueste tanto organizarse para sacudirse los fundamentalismos ideológicos que lo alejan de la viabilidad política.
Allá ellos. Bien por ellas.
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