Como muy probablemente le esté pasando a usted, querido lector, regreso luego de las vacaciones invernales con un par de kilos de más. Entre tragadera y bebedera desmedidas –no sin haber sido previamente calculadas con frío arrojo– un saludable aumento de peso era de esperarse.
En condiciones normales el hoyo de más en el cinturón no es nada que un par de semanas de seriedad alimenticia y ejercicio no arreglen, el problema que nos ocupa es que estos tiempos distan de ser normales, camaradas.
➡️ Mantente informado en nuestro canal de Google Noticias
Si los gobiernos federal y locales no tienen cuidado, los mexicanos no vamos a poder caminar la cuesta de enero pues la vamos a acabar rodando.
Siendo la Conade una madriguera de intereses políticos y la Secretaría de Salud una estructura abocada hoy completamente al combate al Covid, acá en México carecemos de una figura institucional que enarbole y promueva la bandera del ejercicio.
En latitudes en las que la salud es entendida bajo un concepto integral y que abarca más allá de la medicina y los doctores, el problema gordo que se nos viene encima durante los primeros meses de 2021 ya ha sido alertado.
➡️ Obesos e hipertensos, nuevos vulnerables a contaminación: CAMe
Según declaró al diario británico The Guardian el exatleta olímpico, científico y asesor para el gobierno del Reino Unido, Greg Whyte, el confinamiento reimpuesto durante estos meses invernales supone una "tormenta perfecta" para el desmejoramiento del bienestar físico y mental de las personas.
Encerradas de nuevo, sin gimnasios, clima frío y en algunos casos con actividades al aire libre limitadas, –explicó el experto– las personas batallarán aún más para recuperar la forma que usualmente pierden durante las fiestas decembrinas.
Esto no es un tema de vanidad, es una complicación seria para el bienestar de las personas que gustan de hacer ejercicio, quieren tomar el hábito o para aquellos que se recuperan del Covid-19 y los mismos médicos les han recomendado la actividad física para mejorar su capacidad pulmonar y estado anímico.
➡️ Enfermedades crónicas y obesidad
En lo económico, el cierre autoritario de espacios deportivos está matando la economía de miles de trabajadores de la industria del fitness que en su mayoría está compuesta por pequeños y medianos empresarios.
Rodrigo, dueño de un pequeño gimnasio familiar en Azcapotzalco, le comenta a quien escribe que logró acordar con su arrendador pagar la proporción de su renta de acuerdo al aforo que el gobierno de la Ciudad de México se le ocurra autorizarles. Aún así sigue pagando los servicios de ley sin ingreso alguno.
Esta es una excepción. Para pagar las rentas algunos dueños de gimnasios están recibiendo en la clandestinidad a un puñado de clientes, como Tomás, instructor de artes marciales en la Benito Juárez y quien reanudó actividades a la vez que sus hijos tienen el mal hábito de comer diario.
Desde agosto pasado en este espacio venimos advirtiendo que nadie en los gabinetes locales y federal ha hecho nada para discutir la otra pandemia en la que 6 de cada 10 mexicanos padecían obesidad o sobrepeso antes del Covid.
Durante los primeros meses del 2020 el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, había esbozado una preocupación sobre el impacto del Covid en la obesidad nacional, pero esa línea discursiva se fue perdiendo mientras dilapidaba su imagen de gente seria en broncas innecesarias y viajes a Huatulco.
➡️ En debate | Las vacaciones de López-Gatell
En la Ciudad de México dueños de espacios deportivos y usuarios estamos atenidos a que la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum cumpla su palabra y levante las restricciones este 10 de enero, como si la fecha fuera vara mágica para eliminar la tendencia alcista de contagios en la capital de país.
Hay un límite para los pambazos navideños, tortas de pavo y pozoles que se pueden bajar haciendo 100 lagartijas al día. Santa necesita un gym para aguantar el 2021.
Puedes leer más del autor aquí ⬇️